Los primeros ministros de India y Pakistán aliviaron la tensión bilateral este fin de semana, después de que las pruebas nucleares realizadas por ambos países en mayo pasado dañaran sus relaciones, signadas por medio siglo de rivalidades.
Tras una histórica visita de dos días a Lahore, el indio Atal Bihari Vajpayee se comprometió junto con el paquistaní Nawaz Sharif a tomar medidas para evitar el uso no autorizado o accidental de armas nucleares y también discutir la disputa sobre el territorio de Cachemira, que ocasionó tres guerras en 50 años.
"Se rompió el hielo", dijo Sharif en la conferencia de prensa conjunta que marcó el final de la simbólica visita del nacionalista hindú Vajpayee, que llegó a Pakistán, país de mayoría musulmana, en ómnibus.
La reunión fue la primera en 10 años entre los primeros ministros de los dos países que no se celebró en un tercer país. La mayoría de sus reuniones transcurrieron en medio de conferencias regionales o internacionales y no tenían resultados significativos.
La "Declaración de Lahore" de dos páginas, y una declaración leída antes del comienzo de la conferencia decían que "el ambiente nuclearizado aumenta nuestra responsabilidad de evitar un conflicto".
En la declaración, los gobernantes prometieron a sus pueblos intensificar las medidas para resolver todos los asuntos, incluso la disputa respecto de Cachemira, y también "compartir la paz y la estabilidad (…) el progreso y la prosperidad".
Vajpayee dijo que el problema de Cachemira, dividida por razones religiosas hace 50 años, se estaba "discutiendo según una agenda aceptada", pero no agregó nada más. "Es muy difícil para mí decir cuál será el resultado", afirmó.
Sin embargo, la declaración trató la cuestión del terrorismo fronterizo con el compromiso de los dos países de no interferir ni intervenir en los asuntos del otro y la condena de todas las formas del terrorismo.
India acusó durante años a Pakistán de realizar en Cachemira una "guerra por intermediarios", con el envío de guerrilleros a través de la línea que actualmente divide Cachemira entre los dos países. Pakistán siempre negó esos cargos.
Cuando Vajpayee se preparaba para viajar a Pakistán, hubo un tiroteo entre militantes en los distritos indios de Udhampur y Rajouri de Cachemira, limítrofes con territorio pakistaní, que concluyeron con la muerte de 22 hindúes.
Respecto de los supuestos ataques fronterizos, Sharif admitió que los dos países se han estado culpando uno a otro de sus problemas. "Necesitamos salir de esto", dijo.
En una cena que ofreció a Vajpayee el sábado en Lahore, Sharif dijo que el problema de Cachemira "no puede desaparecer y debe ser resuelto de manera consecuente con las obligaciones internacionales, la justicia y la equidad".
Las pruebas nucleares realizadas por los dos países causaron tensión entre ellos, llegaron a proporciones peligrosas e hicieron del sur de Asia una región volátil, admitió el mandatario paquistaní.
"En este ambiente tan inestable, nos compete a los dos países trabajar por el control y la estabilidad respecto del armamento nuclear y convencional", dijo Sharif.
Significativamente, sin paz, los pueblos de los dos países, que figuran entre los más pobres del mundo, "continuarían privados del progreso y la prosperidad", agregó.
Sharif observó que medio siglo después de su independencia de Gran Bretaña, los dos países, unidos durante la época colonial, todavía continuaban enredados en disputas sin resolver. "Hemos quedado muy atrás en la carrera global por el crecimiento y el desarrollo sustentable", dijo.
Luego de las pruebas nucleares en mayo, se aplicaron sanciones internacionales lideradas por Estados Unidos a ambos países, lo que dañó sus economías, en especial la de Pakistán.
Al hablar a los periodistas antes de la conferencia de prensa en las afueras de la residencia del gobernador del estado de Punjab, Vajpayee dijo que la visita marca el comienzo de una nueva era de mejores relaciones entre los vecinos.
Vajpayee quería que los dos países intercambiaran "con confianza" información acerca de los arsenales de cada uno, y también que gastaran sólo "el dinero que fuera necesario en armas nucleares".
El primer ministro hindio también manifestó su intención de abrir el comercio a través de la frontera a través de la cual se hizo el primer cruce por tierra de un primer ministro indio o pakistaní al otro país.
Los gobernantes firmaron un acuerdo sobre el discutido servicio de ómnibus Lahore-Delhi. El viaje del fuertemente custodiado ómnibus de Vajpayee, que iba acompañado por estrellas de cine, constituyó la inauguración de la línea.
Aunque las películas y la cultura indias tienen seguidores en Pakistán, los fundamentalistas y seguidores de una línea dura desaprueban todo lo que proceda de India y se oponen a las actuales conversaciones de paz.
Las violentas manifestaciones en las calles el sábado exigiendo la partida de Vajpayee lo obligaron a rodearse de una fuerte custodia al visitar puntos históricos de territorio paquistaní el domingo.
Hasta ahora, no se permitió el tránsito terrestre por carretera entre los dos países, aunque existen vínculos ferroviaros y aéreos.
La excepción hace cuatro años fue la visita de los graduados del antiguo Real Colegio Militar Indio, facilitada por el ex ministro del interior Naseerullah Babar, quien estudió en ese centor.
Para la gente común, que se las arregla para obtener visas, el camino es el caro vuelo de media hora o el tedioso viaje en tren Lahore-Delhi, con intensos controles aduaneros y de pasaportes.
Vajpayee lamentó el duro régimen de visas y el requisito de que los ciudadanos de los dos países se reporten en las estaciones de policía mientras dure su visita al otro país, y dijo que se estaban tomando medidas para suavizar estos procedimientos. (FIN/IPS/tra-en/bs/rdr/at/mj/ip/99