HONDURAS: Seis mil campesinos paralizan el país

Unos seis mil campesinos paralizaron hoy Honduras al tomar las principales carreteras en protesta por la inminente sanción de una ley que dejaría sin tierras a unos 400.000 agricultores.

La protesta convocada por el Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (COCOCH) tomó por sorpresa al gobierno y los empresarios, que impulsaron desde diciembre el proyecto sin tomar en cuenta la posición de los agricultores.

La ley da incentivos a la producción y pone fin al proceso de reforma agraria iniciado cuatro décadas atrás, según el COCOCH.

Rafael Alegría, asesor del COCOCH, dijo que la toma de carreteras durante seis horas tuvo el objetivo de arrancar del parlamento "compromisos serios" para "convocar a un diálogo de participación amplia" en el cual participen los campesinos.

Los legisladores procuran "concentrar aun más el poder en manos de terratenientes, que con este mecanismo incluso podrían expropiar las tierras adjudicadas" a los pequeños agricultores hace años, según Alegría.

La ley de modernización agrícola e incentivos a la producción y la inversión fue aprobada en diciembre con la intención de atraer capitales extranjeros que permitan elevar la producción y productividad, que cayó 70 por ciento tras el paso del huracán Mitch.

Esta catástrofe, de la cual Honduras fue el país más afectado, precipitó la aprobación de la ley.

El COCOCH, que nuclea unos 250.000 campesinos, afirma no oponerse a la llegada de inversión, sino a dos artículos de la ley que les deja sin posibilidad de acceder a una parcela de tierra y que, incluso, les deja en peligro de ser despojados de otras que ya ocupan.

El endamiaje jurídico en que está basada la ley, "nos daña enormente porque prácticamente deja sin tierras a los campeños, y nos quieren dar a nosotros parcelas ociosas que no pueden ser cultivadas, porque el huracán Mitch sencillamente las dejó inservibles", advirtió Francisco Ramos, presidente del COCOCH.

"Estamos de acuerdo en que venga la inversión. Sólo pedimos reformas a dos artículos para que se nos garantice el acceso a la tierra y garantías de que no se va a echar a la basura 40 años de reforma agraria. La sangre de nuestra gente no va quedar como algo decorativo, mancillando nuestra dignidad", afirmó Ramos.

Mientras, Eduardo Facussé, del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), dijo que su organización no dialogaría "con campesinos relajeros (alborotadores) que buscan protagonismo y dañar la imagen del país a nivel internacional".

"Si el Congreso deroga, como piden los campesinos, no hay democracia. Nosotros también queremos diálogo, pero no vamos a negociar bajo presión. Déjense de chabacanadas, sean más serios y no hagan relajos en las calles", agregó Facussé.

El presidente del Congreso legislativo, Rafael Pineda Ponce, artífice de la ley, admitió que hubo "ligereza" en la aprobación de la ley, que no estaba plenamente consensuada, y mostró disposición a derogar algunos artículos y "llamar a un diálogo de emergencia".

El COCOCH aceptó suspender las protestas. "Queremos ser claros que si las reformas no se hacen al término de las próxima semana, sacaremos a toda nuestra gente. Los 400.000 campesinos sin tierra en este país harán sentir su voz porque no vamos a permitir que jueguen con nosotros", sostuvo Ramos.

La protesta campesina se produjo en momentos en que ocho altos funcionarios del Banco Mundial realizan una visita por este país para estudiar los daños ocasionados por Mitch hace tres meses.

Manuel Acosta Bonilla, un experto en asuntos agrarios, dijo a IPS que la revuelta campesina se "veía venir porque el gobierno no ha querido darle la seriedad del caso al tema de la tierra".

"En su afán neoliberal, el gobierno de Carlos Flores está promoviendo a diestra y siniestra leyes para invertir que no toman en cuenta el lado humano y social de las situaciones", agregó el experto.

En Honduras, dijo Acosta, se promueve como gran descubrimiento la maquila o industria del ensamblaje, que si bien produce "empleos temporales y opciones de desarrollo, un día se van a ir".

"A la tierra de los campesinos, esos que cultivan nuestras cosechas, nadie la quiere resolver. Vamos a volver a una crisis social sin precedentes si no toman en cuenta el agro", sostuvo.

Gustavo Alfaro, ministro de la Presidencia criticó la acción de los campesinos. Tras llamarlos al diálogo dijo que "no es conveniente que en momentos que nos visita una misión del Banco Mundial demos la impresión de ser una nación salvaje, sin cultura", pues "van echar a perder el financiamiento externo".

La protesta campesina es la primera de gran magnitud que recibe el gobierno de Flores, considerado "intolerante" y poco accesible al diálogo con la sociedad civil, según Alegría. (FIN/IPS/tm/mj/ip dv lb/99

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