Pocas dudas quedan en El Salvador sobre el resultado de las elecciones presidenciales que se realizarán el 7 de marzo, pues la derechista y gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena) mantiene una fuerte ventaja.
Para José Miguel Cruz, director del Instituto de Opinión Pública (Iudop), de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, si Arena gana estas elecciones, como al parecer lo hará, "será porque el FMLN se las sirvió en bandeja de plata" al candidato oficialista, Francisco Flores.
Hasta principios de 1998, el ex guerrillero FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) estaba empatado en las intenciones de voto, lo que auguraba para este 7 de marzo unas elecciones históricas.
No obstante, en el correr de 1998 Arena empezó a separarse de su principal contrincante y a repuntar en las encuestas.
Según Cruz, esto se debió a dos razones. Por un lado, Arena comenzó su campaña en febrero de 1998, cuando Flores fue designado candidato.
"Desde entonces, Arena mantuvo una campaña de bajo perfil en los medios de comunicación, pero muy fuerte en cuanto a giras del candidato, al cual llevó por todo el país", explicó.
El segundo factor, según el experto, es que el FMLN, a diferencia de Arena, empezó a enfrentar el problema de las elecciones apenas en agosto de 1998, con las convenciones internas para escoger al candidato.
Este proceso fue muy traumático, porque las dos facciones en que el partido se encuentra dividido (los reformistas y los ortodoxos) se enfrentaron duramente. El conflicto tuvo un gran impacto en la opinión pública, pues presentó al FMLN como un partido con serios problemas internos.
"Los votantes empezaron a dudar de su capacidad de mantenerse unido y de llevar un programa de gobierno", dijo Cruz.
El candidato de este partido, Facundo Guardado, sigue enfrentando serios problemas internos, al punto que el sector ortodoxo no sólo no se ha involucrado en la lucha electoral, sino que, en algunos casos, hasta intenta boicotearlo internamente, según el experto.
Cruz dijo que las luchas internas llevaron a este partido, que en 1996 ganó en elecciones municipales el gobierno de importantes ciudades y casi igualó a Arena en número de escaños en el congreso, a una situación de total desventaja.
La última encuesta del Iudop, realizada en diciembre, le dio a Arena 34 por ciento de las intenciones de voto y al FMLN cerca del 14 por ciento.
Pero, más allá de los problemas del FMLN, las elecciones presidenciales salvadoreñas no han logrado calentar el ambiente político en este país centroamericano.
Pese a que empezó hace tres meses, la campaña publicitaria ha sido más bien escasa y los signos externos, como banderas y volantes, no han inundado las ciudades y los campos, como en otras oportunidades.
La fría campaña coincide, según analistas, con la escasa capacidad propositiva de los partidos para ayudar al electorado a definir su posición frente a la contienda.
El politólogo Ricardo Córdova, entrevistado por el diario La Prensa Gráfica, indicó que, a diferencia de hace 20 años, ahora la sociedad salvadoreña muestra un relativo consenso sobre los principales problemas y retos del país.
"Ahora a los partidos hay que exigirles que nos digan cómo van a lograr los retos, porque en el nivel de generalidad todos coinciden: todos quieren reducir la pobreza, proteger el ambiente, reformar el sistema de justicia. La gente no entiende dónde está la diferencia", afirmó.
Para Cruz, esta campaña no ha sido como las anteriores. La característica principal de la actual es que se ha dejado hablar del pasado, en especial de la guerra civil que concluyó en 1992.
Difícilmente la población conocerá las diferencias partidarias y la forma en que los partidos pretenden llevar a cabo sus propuestas porque casi todos los sectores tienen poca presencia en los medios de comunicación, agregó.
Arena, que ha dominado la campaña electrónica, se ha negado, sin embargo, a debatir públicamente sus propuestas con los demás partidos, con el argumento de que no quieren pelear con nadie.
El economista William Pleytez atribuyó la superficialidad con que se muestran los programas a que "en El Salvador tenemos poca tradición de alimentar los planes con números". "Por lo general, nos conformamos con declaraciones líricas", agregó.
Pero estas declaraciones, no pueden servir de base para un adecuado seguimiento de la gestión gubernamental, indicó.
La situación es similar en todos los partidos. Arena mantiene su negativa a debatir. El FMLN presentó hasta este lunes, cuatro semanas antes de los comicios, un documento de 72 páginas con su programa. Hay partidos minoritarios que apenas los están elaborando.
Para Córdova, El Salvador requiere de un electorado más exigente "que exija propuestas concretas".
En total, siete partidos participarán en la disputa por la silla presidencial el 7 de marzo. (FIN/IPS/mso/mj/ip/99