Los presidentes Jamil Mahuad, de Ecuador, y Alberto Fujimori, de Perú, se compometieron hoy ante representantes de toda América a "no gastar un solo centavo en la compra de armas en los próximos cuatro años".
Ambos mandatarios depositaron en una ceremonia en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) los tratados de paz que pusieron fin el 26 de octubre a 150 años de disputas territoriales que ocasionaron tres guerras sangrientas en apenas medio siglo, la última de ellas en enero y febrero de 1995.
"Mi gobierno no tiene intención de gastar un solo centavo en la compra de armas en los próximos cuatro años", dijo Mahuad ante representantes de todos los países de la OEA, entre los que figuraba el secretario general de la organización, el ex presidente de Colombia César Gaviria.
"Si el gobierno de mi amigo Mahuad no va a gastar un centavo en armas Perú hará la mismo, y además venderá algunos de sus pertrechos", señaló Fujimori.
Los acuerdos de Brasilia representan "mejor que cualquier otro acto después del fin de la guerra fría los ideales de todos nuestros pueblos de vivir en paz y en armonía", afirmó Gaviria al recibir a los dos presidentes.
La paz comprueba "el nuevo espíritu de integración, de búsqueda colectiva de valores que nos son comunes, de defensa de los derechos humanos y de desarrollo sostenible que reina en América", agregó.
Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, los cuatro países garantes de los acuerdos fronterizos previos, que databan de 1942, lograron en 1995 detener el fuego y llevar a la mesa de negociaciones a los combatientes.
Los reiterados anuncios de compras de material bélico, algunos concretados, que parecían presagiar una carrera armamentista entre los dos países integrantes de la Comunidad Andina hicieron zozobrar en varias ocasiones las negociaciones de paz entre 1995 y 1998.
Luego de la guerra, Ecuador adquirió cuatro aviones de combate K-fir (versión israelí de los Mirage franceses). Perú compró en 1996 un número no determinado de cazas Mig 29 procedentes de Belarús, a un costo de 300 millones de dólares.
Esas compras generaron temor de una carrera armamentista que habría involucrado también a Argentina, Brasil y Chile, debido a una compleja cadena de rivalidades históricas.
Incluso durante la guerra, una empresa perteneciente al Ministerio de Defensa de Argentina, país garante del tratado limítrofe y participante activo en las negociaciones de paz, vendió a Ecuador de forma clandestina 8.000 fusiles de asalto FAL y 75 toneladas de municiones.
El primer avance significativo en las negociaciones se produjo en agosto del año pasado, cuando Mahuad sucedió a Fabián Alarcón en la presidencia de Ecuador y se puso al frente, junto con Fujimori, de las conversaciones en forma personal.
De todos modos, las negociaciones transcurrieron en medio de incidentes fronterizos y acusaciones mutuas de armamentismo. La mala relación entre militares, diplomáticos y otros funcionarios de rango menor solo mejoró con la intervención directa de los presidentes.
El litigio por un tramo fronterizo no demarcado en las nacientes del río Cenepa concluyó en octubre pasado con la firma de un acuerdo en Brasilia entre Mahuad y Fujimori, de Perú.
Las conversaciones avanzaron notablemente después de que una comisión técnica de los países garantes ratificó la línea fronteriza establecida en 1942.
Mahuad y Fujimori se reunieron este mismo viernes, con su par de Estados Unidos Bill Clinton. La Casa Blanca anunció entonces un nuevo aporte de 500 millones de dólares al programa de 10 años diseñado para desarrollar la región amazónica donde se registró la guerra de 1995.
La zona en disputa cuenta con una gran riqueza petrolera que empresas estadounidenses ambicionan explotar.
Ambos presidentes aprovecharon su estancia en Washington el jueves y este viernes para solicitar fondos a funcionarios estadounidenses, empresarios e inversores, así como a los presidentes del Banco Mundial, James Wolfensohn, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias.
El BID y la Corporación Andina de Fomento comprometieron el jueves cada uno 500 millones de dólares al programa de desarrollo fronterizo, que tendrá un costo total de 3.000 millones. Se prevé que el resto procederá del Banco Mundial, Japón y la Unión Europea.
Los acuerdos de paz reconocieron a Perú gran parte del área en disputa, pero dieron acceso a Ecuador a todo ese territorio, en especial navegabilidad en el río Amazonas y sus afluentes, una reivindicación de larga data. (FIN/IPS/jl-mj/ip/99