La Organización de las Naciones Unidas (ONU) culpó hoy a Internet, la red informática mundial a la cual es posible conectarse a través de millones de computadoras, de permitir un acceso relativamente fácil a las drogas ilegales.
"Los manuales de 'hágalo usted mismo', que permiten a sus lectores preparar drogas ilegales y abusar de ellas, siguen proliferando en Internet", señaló el último informe anual de la Junta Internacional de Control de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, que fue dado a conocer este martes.
La JIFE es una organización independiente creada en 1968 para implementar las convenciones de la ONU sobre drogas. El informe, de 67 páginas, indicó que la información disponible en muchos de los sitios de Internet que promueven el consumo de drogas está almacenada en Canadá y Estados Unidos.
Los 13 miembros de la JIFE también advirtieron que las normas nacionales e internacionales sobre control y regulación "están siendo cada vez más amenazados por el mal uso de tecnologías emergentes, como la red informática mundial".
"Las drogas ilegales adictivas y la parafernalia relacionada con ellas son descaradamente vendidas en Internet", agregó el documento.
La JIFE urgió a todos los gobiernos, y en especial a los que permitieron la proliferación de sitios sobre drogas en la red informática, a trabajar en estrecha asociación con la industria de Internet, organizaciones comunitarias, familias y educadores, para desalentar o prohibir la promoción del consumo de drogas.
El informe señaló que las nuevas tecnologías se han vuelto indispensables para desarrollar la investigación sobre las drogas y las prácticas clínicas, así como la investigación criminológica, la identificación de drogas susceptibles de abuso y la comunicación entre servicios competentes de control.
Pero el flujo de información electrónica también ha sido explotado, aun más rápida y fácilmente, por organizaciones criminales, subrayó.
"Nuevas drogas adictivas pueden 'diseñarse' con facilidad, 'manipulando' en una computadora las moléculas de las sustancias que están bajo el régimen de control de narcóticos, y los métodos de producción de estupefacientes, en pequeña o gran escala, pueden conocerse en pocos minutos mediante Internet", agregó.
"Necesitamos alrededor de 1.000 millones de dólares por año durante una década para eliminar completamente los cultivos de narcóticos", declaró la semana pasada el subsecretario general de la ONU, Pino Arlacchi, director del Programa Internacional para el Control de Drogas de las Naciones Unidas.
Arlacchi añadió que por lo menos tres países, Bolivia, Colombia y Perú, están totalmente comprometidos en el propósito de erradicar el cultivo de coca dentro de sus fronteras en los próximos 10 años.
El funcionario sostuvo que la mitad de los 10.000 millones de dólares necesarios para poner fin al cultivo de drogas procederán de los gobiernos, y que el resto será aportado por la comunidad internacional mediante préstamos y concesiones.
Los países donantes prometieron en 1998 más de 270 millones de dolares para la lucha contra las drogas en Perú, que apunta a eliminar los cultivos de coca y promover el desarrollo de cultivos alternativos que permitan la subsistencia de los campesinos, informó Arlacchi.
El informe de la JIFE admitió que el cultivo y la producción de drogas ilegales, así como su tráfico a manos de organizaciones criminales, han tomado "dimensiones enormes".
Es comprensible que se manifiesten con frecuencia dudas sobre la conveniencia de gastar dinero en tratar de controlar la droga, en el contexto de un creciente narcotráfico mundial, que moviliza muchos miles de millones de dólares, añadió el informe.
"¿No sería más económico abandonar todas las reglamentaciones sobre drogas y los esfuerzos vinculados con ellas, para dejar que las fuerzas económicas del mercado controlen la situación, sin costos para la sociedad?", planteó el documento de la JIFE.
En opinión del organismo, "ésta es una pregunta equivocada. Es como preguntarse si resultaría más barato no prevenir los accidentes de tránsito o no tratar las enfermedades infecciosas".
"La historia demuestra que el control nacional e internacional es un arma eficaz para reducir el desarrollo de la dependencia a las drogas y, por lo tanto, se trata de la decisión correcta", concluyó la JIFE.
En noviembre de 1998 casi 74 por ciento de los votantes suizos se pronunciaron contra una propuesta de legalización del consumo de marihuana, cocaína y heroína, que fue sometida a referendo.
La iniciativa apuntaba a transformar a Suiza en una especie de zona franca de la droga. En ese país existe uno de los porcentajes de adicción a estupefacientes ilegales más altos de Europa, con más de 30.000 adictos en una población de unos siete millones. (FIN/IPS/tra-en/td/kb/ego/mp/mj/ip/99