DESARROLLO: Maternidad es sinónimo de discriminación laboral

Un tercio de las mujeres que trabajan en todo el mundo lo hacen con el fin exclusivo de mantener a sus familias y una de cada dos destina a esto la mitad o más de sus ingresos. Pero su función reproductora se convierten en la principal causa de discriminación laboral en muchos países.

"En diversas regiones del mundo, las trabajadoras embarazadas están expuestas a perder sus puestos de trabajo y sus ingresos y corren mayores riesgos sanitarios", dice F. Dy-Hamar, jefa del Servicio de Condiciones de Trabajo y Prestaciones Sociales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La OIT considera que el embarazo, el parto y el período posterior son tres fases de la vida de la mujer que implican riesgos adicionales para su salud, por lo que exhortan a los países miembros a brindarles una protección especial en el centro laboral.

La ausencia del trabajo por licencia de maternidad o parto no puede ser causa de despido o de pérdida de ingresos, señaló Dy- Hamar, quien supervisó la redacción del Informe sobre Protección de Maternidad en el Trabajo de la OIT.

Aunque muchos países han incorporado a su legislación las licencias retribuidas por maternidad, la distancia entre el enunciado legal y la realidad es enorme, así como las desigualdades en los modelos de protección.

Además, estos beneficios no alcanzan a las trabajadoras rurales, las empleadas domésticas, las que trabajan a tiempo parcial o las del sector informal.

En Colombia, el 52 por ciento de mujeres trabajadoras pertenecen al sector informal y en Perú, el 48 por ciento. En los dos casos, estas mujeres están al margen de la legislación laboral de protección de la maternidad.

Costa Rica es el único país de la región que incorporó a la seguridad social a las trabajadoras independientes embarazadas, con las mismas condiciones que las del sector formal.

Para las mujeres con empleo estable, la legislación puede convertirse en una desventaja y se ven forzadas a no tomar licencia de maternidad o volver al trabajo tan pronto como su salud se lo permita, para no verse perjudicadas en los ascensos o aumentos frente a sus colegas varones.

Para muchas de ellas, asumir esos riesgos para su salud no les reporta beneficios, ya que igual suelen ser despedidas un tiempo después del parto.

"Una de las causas de despido femenino en el trabajo es el embarazo", admite María Jesús Espinoza, presidenta de la Comisión de la Mujer y Desarrollo Humano del Congreso de Perú.

Esa Comisión aprobó hace varios meses un proyecto de ley que considera nulo el despido producido en cualquier momento del embarazo o en los 90 días posteriores al parto, siempre que el empleador haya sido notificado de la gestación en forma previa al despido. Sin embargo, el Congreso aún no lo ha aprobado.

En Perú, donde, casi el 40 por ciento de las mujeres son jefas de hogar, según datos oficiales, la ley permite que se le despida a causa del embarazo antes que cumpla el sexto mes de gestación y se exime al empleador de la responsabilidad de probar que fue ésta la verdadera causal.

"La maternidad se está convirtiendo en una sutil forma de discriminación en un mercado tan competitivo y deprimido como el peruano, donde la oferta de mano de obra sobra y los trabajos son cada vez más escasos", dijo a IPS Héctor Sáenz, un consultor que brinda servicios de reclutamiento de personal a empresas.

En licencias por maternidad, ningún país latinoamericano o del Caribe figura entre los que otorgan las más prolongadas.

Chile, Cuba y Venezuela son los que tienen licencia más larga – 18 semanas-, mientras que algunos países europeos -especialmente de Europa oriental- se prolonga hasta 28 semanas. En Italia es de cinco meses y en los países nórdicos puede ser tomada indistintamente por el padre o la madre.

En cuanto a la protección del empleo, sólo Uruguay posee leyes que prohiben absolutamente el despido de las trabajadoras que hacen uso de licencia por maternidad. En otros 29 países, en su mayor parte de Asia y Africa, se contempla esta situación.

Por su parte, Venezuela prohibe el despido de las madres hasta un año después de reintegrarse al trabajo, tras hacer uso de la licencia por maternidad.

En Brasil esta prohibición dura seis meses, aventajando a algunos países industrializados como Bélgica, Suiza o Alemania, donde la protección dura 30 días, 16 semanas y cuatro meses, respectivamente. (FIN/IPS/zp/ag/dv-hd/99

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