Cuba impidió en los últimos cinco años que más de 100 millones de dosis de alta concentración de cocaína llegaran al mercado internacional a través de sus fronteras, informaron hoy medios de prensa oficiales.
El semanario Granma Internacional, órgano oficial del gobernante Partido Comunista, reveló que en 1998 se frustraron en instalaciones aeroportuarias cubanas 129 tentativas de utilizar al país caribeño como puente para el tráfico de narcóticos.
Las autoridades reconocen que la apertura de Cuba a la inversión extranjera y al turismo aumentó el riesgo de ser utilizada como trampolín para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
"Persiste el interés del narcotráfico de usar a Cuba como tránsito e ir estimulando el consumo interno", alertó en enero el presidente cubano Fidel Castro, ante 5.000 miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
El gobierno lanzó esta semana una ofensiva contra la delincuencia, mediante el endurecimiento de las sanciones establecidas en el Código Penal, entre las que se cuenta la pena de muerte para funcionarios culpables de narcotráfico.
El parlamento aprobó la pena de muerte para los casos de producción, venta, demanda, tráfico, distribución y tenencia ilícita de drogas en que el inculpado sea funcionario público o facilite la ejecución del delito usando recursos estatales.
Castro, quien estuvo presente en el parlamento en todos los debates que precedieron a la aprobación de las modificaciones este martes, sostuvo que la pena de muerte es para quienes "cometen crímenes abominables".
El 13 de julio de 1989, el general Arnaldo Ochoa, el coronel Antonio de la Guardia y el mayor Amado Padrón, quienes fueron fusilados acusados de narcotráfico tras un juicio sumario en el que fueron condenados a la pena de muerte.
El combate al narcotráfico resulta un asunto de seguridad nacional, porque Cuba está situada entre países productores y Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo, lo que convierte a la isla en una plataforma para infiltrar la mercancía por diversas vías, según Granma Internacional.
"Ello se ha intentado muchas veces lanzándola (la droga) desde aviones a las aguas cercanas a nuestro litoral con la intención de que sea recogida por lanchas rápidas y trasladada a su destino final", afirma el semanario.
Informes oficiales aseguran que la recalada de barcos con cargamentos de drogas en las costas cubanas aumentó de 34 en 1994 a más de 200 en el primer semestre de 1998. En los últimos cinco años, unos 188 extranjeros fueron detenidos al pretender utilizar al país como trampolín hacia Estados Unidos o Europa.
"Un problema de la droga en Cuba es sobre todo un problema para el mundo, pues aquí la droga lo que haría es entrar y salir, pero, ¿hacia dónde?", declaró a Granma Internacional el embajador de Gran Bretaña en La Habana, David Frederick Charles Ridgway.
"Este problema para nosotros es más antiguo que para ustedes, por eso queremos compartir nuestras experiencias con los cubanos", señaló Ridgway.
Gran Bretaña es uno de los 18 países con los que Cuba ha firmado convenios bilaterales y mantiene estrecha colaboración para combatir el narcotráfico interacional. Además, Cuba es firmante de las tres convenciones internacionales vigentes en la materia. (FIN/IPS/pg/ag/ip/99