La visita de cinco días a España del vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, habría limado las asperezas que perturbaban las relaciones bilaterales y allanó el camino para el viaje de los reyes Juan Carlos y Sofía a la isla.
Lage se reunió el lunes horas antes de partir de regreso a Cuba con el jefe del gobierno español, José María Aznar, para definir detalles de la visita real.
El vicepresidente cubano, considerado el estratega de las reformas con que el gobierno espera sacar a flote la economía, dijo a la prensa española que los problemas entre Madrid y La Habana "ya han quedado atrás".
Portavoces del gobierno cubano comentaron en Madrid que los dos países continuarán buscando el momento más conveniente para que se concrete la visita, previsto en principio para el segundo trimestre de este año, pero cuya fecha exacta aún debe acordarse.
La inminete presencia del rey Juan Carlos en Cuba alimentó las expectativas de la numerosa comunidad hispana, especialmente de los empresarios, que esperan un importante impulso para sus inversiones.
"Todos esperamos con mucho agrado la visita y ojalá los reyes pudieran conocer nuestra nueva sede", dijo a IPS Manuel Comas, vicepresidente del Centro Balear, con unos 2.500 asociados.
Lage auspició durante su estadía en Madrid unos 20 nuevos contratos de empresas mixtas y acuerdos de intención en diferentes esferas, y firmó varios convenios, lo que marca el interés por fortalecer los nexos económicos y comerciales entre ambos países.
El convenio que evita la doble tributación, firmado por Lage y el vicepresidente del gobierno español y ministro de Economía, Rodrigo Rato, aparece como el que más beneficios traerá para los inversores españoles en Cuba.
El ministro de Comercio Exterior de Cuba, Ricardo Cabrisas, y la secretaria de Estado de Comercio y Turismo de España, Elena Pisonera, firmaron, a su vez, un acuerdo para promover el intercambio entre empresas de los dos países.
El convenio permitirá intercambiar información técnica y económica, para lo cual se prevé la organización de seminarios y la asistencia recíproca a ferias y exposiciones industriales.
El gobierno español ofreció a la delegación cubana abrir nuevas líneas de créditos, si el gobierno del presidente Fidel Castro garantiza el cumplimiento de la renegociación de su deuda con España, que asciende a unos 785 millones de dólares.
Lage había comunicado el año pasado a empresarios españoles la disposición de su país de discutir de manera flexible los términos de una renegociación, a fin de mantener la fluidez de las inversiones y el comercio bilateral.
Cuba aspira este año a un aumento de 11,5 por ciento de las inversiones extranjeras, concentradas actualmente en turismo, energía, telecomunicaciones y servicios destinados al mercado interno de divisas.
España figura entre los países con mayor número de asociaciones en Cuba, junto a Canadá, Italia, Francia y Gran Bretaña. Este grupo concentra 80 por ciento de los negocios, con un peso importante en la industria básica y en el turismo.
Lage, quien además de Madrid visitó Cataluña, Galicia e Islas Canarias, recordó que en su país existe una presencia creciente de empresas españolas y agregó que el turismo español creció en más de 20 por ciento en 1998, con 145.000 visitantes españoles, y que el intercambio comercial superó los 600 millones de dólares.
Las relaciones cubano-españolas pasaron por momentos de tensión luego de que en noviembre de 1996, La Habana retiró el placet al embajador José Coderch, tras lo cual la sede diplomática quedó acéfala durante más de un año.
La situación comenzó a normalizarse luego de la designación en marzo de 1998 de Eduardo Junco como nuevo jefe de la misión diplomática española y la posterior visita oficial a España del canciller Roberto Robaina, invitado por su colega Abel Matutes, quien retribuyó la visita de Robaina en noviembre.
La visita del rey Juan Carlos sería la primera que realiza a Cuba, la última de las colonias americanas en lograr su independencia de España. (FIN/IPS/pg/ag/ip-if/99