Los eventuales efectos de la crisis hídrica mundial sobre la seguridad nacional e internacional podría persuadir a los políticos del siglo XXI a incorporar el tema de los humedales entre sus prioridades, opinan expertos.
La séptima reunión de la Convención de Ramsar sobre Humedales, que se realizará en Costa Rica entre el 10 y el 18 de mayo, tratará por primera vez el problema del agua en el mundo y la posible crisis alimentaria derivada de ello.
De esta manera, los 130 estados parte del tratado firmado en 1971 en la ciudad iraní de Ramsar ampliarán su área de trabajo, que hasta ahora estaba centrada en la defensa de los humedales como hogar de una gran variedad de especies.
Dalmar Blasco, secretario general de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas que desarrolla los principios de la Convención, dijo que al asumir el tema del agua se pretende instar a los países miembros a que garanticen la cantidad y calidad del agua, necesaria para su existencia.
Es necesario tomar conciencia sobre el importantísimo papel que cumplen los humedales en la recarga de los acuíferos, agregó Blasco.
Indicó, además, que "históricamente los humedales han tenido muy mala imagen, porque se los consideraba zonas inhóspitas, plagadas de mosquitos y animales peligrosos, lo que causó la desapareción de casi 90 por ciento.
Sin embargo, "en las últimas décadas esa tendencia se ha revertido", afirmó Blasco.
A este cambio contribuyeron los estudios científicos que comenzaron a demostrar hace 40 años la importancia que tienen los humedales en la vida humana.
La demostración de ese cambio positivo es el crecimiento de la "lista Ramsar", que registra los humedales protegidos por los gobiernos miembros de la Convención, y que en la actualidad suman unos 1.000.
En la reunión a realizarse en San José se discutirá un documento técnico para que ese número no crezca en forma desordenada y sin un objetivo específico, explicó Blasco.
La vicepresidenta de Costa Rica, Elizabeth Odio, dijo, por su parte, que no se esperan fuertes polémicas en el desarrollo de la reunión en su país, porque "nadie va a cuestionar la necesidad de proteger el agua".
No obstante, anticipó que en el futuro pueden suscitarse conflictos, ante la necesidad de considerar al agua como un recurso que tiene precio.
Científicos de varios países tratan de encontrar desde hace años un sistema que permita asignar un valor de mercado a ciertas funciones y servicios en torno a los ecosistemas, como el caso de los humedales.
Las tareas de protección contra tormentas o la recarga de aguas subterráneas tampoco han sido valoradas hasta ahora.
Un grupo de investigadores calculó el valor de los humedales en el mundo en 33 billones de dólares por año, según un documento de la Convención de Ramsar,
De ese monto, 19 billones de dólares corresponden a lo que generan los bienes y servicios suministrados por los sistemas de humedales, lo que muestra su importancia.
Algunos expertos han criticado el excesivo interés en ponerle precio a algo que no lo tiene. Quienes discrepan con esa posición responden que sólo así aquellos que tienen poder de decisión entenderán la urgencia de proteger los recursos naturales.
Otro aspecto que llamará la atención de los gobernantes en el mundo es la incidencia de los ecosistemas en la crisis hídrica que se avecina, según expertos.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) pronosticó que en el 2025 casi 20 por ciento de la población mundial tendrá problemas de abastecimiento de agua.
El informe de previsiones para el Siglo XXI de esa organización, divulgado la semana pasada, señala que en la actualidad ya hay 29 países que sufren escasez hídrica moderada o grave.
El secretario general de la OMM, Godwin Obasi, aseguró que la población que vive en zonas con mucha carencia de agua pasará de los 132 millones actuales a entre 650 y 900 millones en el 2025.
Las proyecciones de la Convención de Ramsar indican que la escasez de agua generará una crisis alimentaria, si se toma en cuenta que toda producción agropecuaria depende de ese elemento. Especialmente los cultivos a riego, que constituyen 40 por ciento de la producción agrícola mundial.
La eventual carencia de alimentos provocará, a su vez, fuertes migraciones y grandes conflictos, que pondrán en peligro la seguridad nacional e internacional, estima la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Jeff McNeely, esperto de la UICN, advirtió que "la escasez de agua a menudo genera efectos sociales insidiosos y acumulativos, que redundan en luchas étnicas, guerras e insurgencias".
La séptima reunión de la Convención de Ramsar en San José reunirá a unos 1.500 representantes de gobiernos, científicos y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo. (FIN/IPS/mso/dm/en/99