Un informe de Estados Unidos que ubica a Colombia otra vez como el mayor productor mundial de coca evidencia el interés de Washington en incidir en el diálogo de paz, al ligar el conflicto armado colombiano con la lucha contra el narcotráfico.
El jefe de la Dirección de Control de Narcóticos de Estados Unidos, Barry McCaffrey, en su estudio sobre la situación de los cultivos iícitos en el área andina en 1998, afirmó que en Colombia "el incremento fue tremendo y sustancial"
McCaffrey sostiene que, aunque se registraron éxitos en la erradicación de esos cultivos, en las zonas bajo control de la guerrilla y de grupos paramilitares las plantaciones de coca y amapola crecieron 28 por ciento.
El informe divulgado el día 10 agrega que el aumento es "tremendamente preocupante", por lo cual es importante ayudar al gobierno colombiano a recuperar el control sobre todo el país.
Los cálculos realizados sobre imágenes satelitales tomadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), complementados con análisis estadísticos y observación directa, indican que en 1998 el área cultivada llegó a 108.800 hectáreas, frente a cerca de 70.000 del año anterior.
La CIA afirmó que Colombia concentra 53 por ciento del área cultivada en el mundo, seguido de Perú, que bajó de 45 a 27 por ciento entre 1997 y 1998, y Bolivia, que pasó en el mismo lapso de 23 a 20 por ciento.
Las agencias estadounidenses expresaron también su preocupación por "las descomunales ganancias" que obtienen los grupos guerrilleros de las actividades relacionadas con el narcotráfico.
Sin embargo, los datos divulgados por Estados Unidos discrepan de los contenidos en un informe de Acción Andina, que agrupa a instituciones e investigadores de Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela que trabajan en problemas socioeconómicos, políticos y ambientales generados por la producción y tráfico de drogas.
El estudio de Acción Andina reveló que 83,51 por ciento de la fumigación con herbicidas realizada en el lapso estudiado por los organismos estadounidenses abarcó zonas bajo control guerrillero en los departamentos de Caquetá y Guaviare, al sudeste del país.
También se señala que en los municipios de Cartagena del Chairá, en Caquetá, y Miraflores, en Guaviare, se arrojaron 43 por ciento del total de herbicidas utilizado en la amazonia en 1998, cuando el plan abarcaba a 19 municipios.
"De este modo se puede observar el impresionante grado de concentración de la fumigación de cultivos" en un área considerada fundamental "para la guerrilla, tanto financiera como militarmente", dijo a IPS Ricardo Vargas, investigador colombiano de Acción Andina.
Para Vargas, contrariamente a lo sostenido por Mcaffrey, "lo que realmente ha ocurrido es que los cultivos de coca se han desplazado vertiginosamente" de los departamentos de Caquetá y Guaviare "hacia múltiples sitios, lo que ha contribuido a expandir las áreas cocaleras".
El objetivo de McCaffre, al afirmar que el aumento de cultivos se ha concentrado en las zonas de influencia guerrillera, es "encubrir el rotundo fracaso de la estrategia estadounidense contra las drogas y dejar limpia su reputación y la de la policía colombiana, agregó Vargas.
Otros expertos entienden que el informe de la agencia antidrogas de Estados Unidos busca presionar a la insurgencia para que se comprometa con las políticas de erradicación de cultivos ilegales, en el marco del incipiente diálogo de paz.
Los expertos temen también que la ayuda estadounidense para la lucha contra el narcotráfico en Colombia, prevista este año en más de 200 millones de dólares, sea desviada para financiar el combate a los grupos guerrilleros, acusados de estar vinculados al tráfico de drogas.
Luego de que Mcaffrey diera a conocer el informe, portavoces de Washington citadas por el diario El Espectador (segundo en circulación en Colombia) afirmaron que el objetivo de Estados Unidos era "poner toda la carga (responsabilidad) en hombros de la guerrilla".
Según las fuentes, el presidente colombiano Andrés Pastrana "le ha dado muchas concesiones a la guerrilla y ésta debe mostrar ahora su voluntad de paz".
Washington tomó con reservas la decisión de Pastrana de retirar el Ejército de cinco municipios del sudeste del país, a pedido de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para iniciar el proceso de paz, que se encuentra suspendido hasta el 20 de abril.
Estados Unidos considera que la zona controlada por la mayor organización rebelde del país es estratégica para el narcotráfico.
Otro punto que llama la atención de los analistas es que McCaffrey divulgó el informe en momentos en que la actividad de la guerrilla colombiana ha sido señalada como una amenaza para la seguridad en la frontera con Ecuador y Perú.
Esos dos países reforzaron los controles militares en la zona la semana pasada. (FIN/IPS/yf/dm/ip/99