CHINA: Reformas constitucionales, un arma de doble filo

Las enmiendas a la Constitución de China cuya aprobación se prevé para la sesión del Congreso Nacional del Pueblo (parlamento) que comienza el 5 de marzo incluyen nuevas reformas de mercado y más represión política.

Las modificaciones que formalizará el Congreso Nacional del Pueblo fueron acordadas por los principales legisladores en una reunión secreta celebrada el fin de semana pasado. El Comité Central del gobernante Partido Comunista adhirió a esas reformas en enero.

Se trata de la octava vez que la República Popular de China cambia la Constitución en los 50 años de su fundación y la primera desde 1993.

Las modificaciones procuran reforzar el papel de la empresa privada en la economía, el cumplimiento de la ley y la implementación de las ideas del difunto patriarca Deng Xiaoping, arquitecto de las reformas económicas de mercado dos décadas atrás.

Para la dirección comunista, las reformas fortalecerán al partido y a la nación.

Los cambios fueron evaluados de forma positiva por medios extranjeros. Sin embargo, opositores al gobierno pronostican un duro camino por recorrer.

Los legisladores chinos afirman haber incorporado las ideas de Deng en las reformas propuestas.

El presidente Jiang Zemin dijo que "la Constitución necesita avanzar con los cambios que ocurren en el país, y es fundamental revisar algunos artículos que no concuerdan con los aspectos prácticos actuales, de acuerdo con las necesidades de la vida política, económica y social de China".

Además, las reformas deben "tener en cuenta la experiencia adquirida con la reforma, la apertura y la modernización", agregó.

Los disidentes afirman que las reformas que el gobierno defiende no siguen las políticas de Deng, que en 1978 colocó a China en el camino de las reformas económicas.

Un ex funcionario del gobierno que pidió reserva sobre su identidad dijo que Deng formuló tres condiciones para implementar las reformas de mercado: deben estimular el crecimiento de la producción, fortalecer el poder de China y mejorar la vida de las personas.

Pero la realidad es otra, dijo el ex funcionario. En la China actual, el desempleo aumenta y el estado recorta la provisión de vivienda y servicios de salud gratuitos.

La brecha entre el ingreso de ricos y pobres, incluso a escala regional, está aumentando.

Las reformas propuestas refuerzan el papel del sector privado como "componente importante de la economía de mercado socialista", lo que constituye una señal política de que las empresas ajenas al estado deberían desempeñar un papel más importante en la economía.

La Constitución actual describe a estas empresas como meros "complementos de la economía de propiedad estatal" a las que se permite "existir y desarrollarse" dentro de los límites de la ley.

Esta modificación, junto con una nueva disposición que subraya que los funcionarios deben "utilizar las leyes para gobernar el país", se consideran una medida positiva hacia la transición de China a una economía de mercado.

Los analistas afirman que una mayor actividad del sector privado, cuya producción representa apenas 15 por ciento de la economía global, ayudaría a estimular la economía.

Otros, sin embargo, critican severamente la propuesta de modificar el artículo 28 de la Constitución, para que, en lugar de oponerse a las "actividades contrarrevolucionarias", ataque los "delitos que ponen en peligro la seguridad del Estado".

La mayoría de los legisladores estuvieron de acuerdo en que las reformas a la Constitución son necesarias y deseadas por "todos los chinos".

Pero personas como el activista estudiantil prodemocrático Sun Yi manifiestan su desacuerdo, pues la reforma propuesta dará a Beijing una excusa constitucional para aniquilar a los disidentes invocando "crímenes que ponen en peligro la seguridad del Estado".

El término "contrarrevolucionarios" era más restringido, pues se refería a quienes se oponían a la revolución que dio origen a la China actual.

Sin embargo, otros afirman que las enmiendas son necesarias para asegurar el desarrollo sólido de la nación, de acuerdo con las ideas de Deng, y el mantenimiento de la cohesión y el orden social durante la trancisión.

Xiao Li, miembro del Partido Comunista de 50 años, recordó las palabras de Deng al referirse a la masacre de activistas prodemocráticos en la Plaza de Tianmen en 1989.

"Si se introduce la liberalización burguesa en China, los desórdenes son inevitables y, como consecuencia, seremos incapaces de lograr nada", dijo el líder comunista en esa oportunidad.

Xiao afirmó que la base de reformas y cambios proyectados por Deng es el "cemento" que une las "arenas movedizas" de la sociedad China".

El preámbulo de la Constitución dice que "China está actualmente en la etapa primaria del socialismo". La palabra "actualmente" sería cambiada por "durante un largo período de tiempo".

El principio de que China continúa en la primera etapa del socialismo podría justificar la erradicación de actividades contra el gobierno en nombre de la solidificación del socialismo, dijo Sun Yi.

Pero "sólo haremos las reformas que se consideren necesarias y para las cuales ya maduraron las condiciones", dijo Tian Jiyun, un miembro del comité de revisión constitucional.

En una entrevista efectuada por un periódico alemán, el presidente del Congreso Nacional del Pueblo, Li Peng, dijo que "el ascenso de una oposición política traería aparejado un caos comparable con el de la Revolución Cultural", período de gran represión que comenzó en los años 60.

Pero Jiang afirmó que el imperio de la ley se está volviendo realidad en China, y que las violaciones de la Constitución durante la Revolución Cultural nunca se repetirían.

Jiang recordó que la autoridad de la Constitución todavía no aplicó completamente, y que todavía existen algunos problemas.

Para algunos analistas, la serie de aniversarios políticos en 1999 hizo al gobierno más sensible al disenso abierto, y de allí surgieron las propuestas de reformas constitucionales relacionadas con "crímenes que ponen en peligro la seguridad del Estado".

Este año se celebrará el cincuentenario de la fundación de la República Popular de China, el cuadragésimo aniversario de la "liberación pacífica" (ocupación) de Tibet, el décimo de la masacre de Tianmen y el vigésimo de su políticas de reforma y apertura. (FIN/IPS/tra-en/pa/js/at/mj/ip if hd/99

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