La producción de café de Brasil este año será de 26,6 millones de sacos de 60 kilos, 25 por ciento menos que en 1998, según una estimación divulgada hoy por la Asociación Brasileña de Exportadores de Café (Abecafé).
La caía se debe básicamente al ciclo bienal de los cafetales, en que la productividad baja el año siguiente al de una buena cosecha, como fue la iniciada en julio pasado, explicó la institución.
Los 35,3 millones de sacos obtenidos en esa oportunidad permitieron al país recuperar su participación en el mercado internacional, que pasó de 21 por ciento en 1997 a 23 por ciento el año pasado, al exportar 16,6 millones de sacos de café en grano por un valor de 2.328 millones de dólares.
La producción del año cafetalero 1999-2000, sin embargo, será insuficiente para cubrir las necesidades, sumando el consumo interno, de unos 13 millones de sacos, y las exportaciones, que incluyen además el café soluble, advirtió Jorge Steve, presidente de la Abecafé.
La demanda total sería, de julio de este año a junio del 2000, entre 32 y 34 millones de sacos, estima la asociación.
Por eso los exportadores y las industrias de café presionan al gobierno para ampliar la venta de sus existencias, estimadas en nueve millones de sacos. Pero los caficultores rechazan la propuesta, ya que reduciría sus posibilidades de ganancia.
Todos los sectores buscan aprovechar la coyuntura favorable al café de Brasil, principal productor mundial.
La gran producción actual provocó una limitada reducción de los precios internacionales, porque los destrozos ocasionados por el huracán Mitch en América Central y otros problemas en Asia y Africa redujeron la oferta de los competidores.
El terremoto ocurrido en Colombia a comienzos de este año afectó las ventas de ese país, segundo mayor productor y exportador mundial de café.
La depreciación de la moneda brasileña, el real, a partir de las medidas cambiarias adoptadas el 13 de enero, que alcanzaba 66 por ciento este miércoles, tornó el producto de este país más competitivo, aunque estimulando nuevas bajas en las cotizaciones internacionales.
Debido a la caída del real frente al dólar, el precio del café vendido en el mercado interno subió 29 por ciento en los últimos 30 días, lo que amplió las ganancias de productores e industriales del sector.
Los dólares obtenidos por las ventas externas se convierten ahora en mayor cantidad de reales y los caficultores tratan de apropiarse de esa diferencia, elevando sus precios.
Con un impuesto sobre exportaciones, el gobierno se apropiaría de parte de esas ganancias y evitaría un mayor aumento de precios en el mercado interno, combatiendo la inflación que volvió con fuerza a causa de la modificación cambiaria.
Sin embargo, el gobierno descartó instrumentar el tributo, ante la fuerte resistencia del sector privado. La mayor capitalización de la caficultura brasileña deberá representar un fuerte aumento de la producción en los próximos años, al permitir inversiones en esa área. (FIN/IPS/mo/dm/if/99
