BRASIL: El turismo resultó beneficiado por la crisis

El turismo, que ha crecido en medio del estancamiento económico de Brasil, sigue desconociendo la crisis y es uno de los únicos sectores que logró un beneficio inmediato de la depreciación del real.

Los expertos pronostican una caída de entre dos y seis por ciento del producto interno bruto este año, como consecuencia de la turbulencia cambiaria iniciada el 13 de enero, pero las autoridades esperan una expansión de entre 10 y 12 por ciento en el sector turístico.

La recesión y el desempleo reducirán el poder adquisitivo de los brasileños y sus posibilidades de viajar dentro del país en busca de esparcimiento, pero se prevé que el arribo de extranjeros compensará con creces esas pérdidas.

Además, el encarecimiento del dólar para quienes ganan en reales, 57 por ciento hasta ahora, estimulará a gran parte de los brasileños que pensaban viajar al exterior a desviarse al turismo interno.

En consecuencia, se estima que la actividad turística en Brasil crecerá 15 por ciento este año, convirtiéndose en una "gran locomotora de la economía", según el ministro de Deportes y Turismo, Rafael Greca.

La depreciación del real causará una disminución de 30 por ciento de los viajes al exterior, pronosticó la Asociación Brasileña de Agentes de Viaje (ABAV).

Julio Camille, estudiante de secundaria de 17 años, suspendió su plan de viajar en julio a Alemania para participar en un encuentro de jóvenes. "Queda para el futuro, cuando el dólar no esté tan caro", se conformó.

En cambio, la cantidad de personas que arriben a Brasil este año crecerá 20 por ciento respecto de 1998. La Empresa Brasileña de Turismo, órgano estatal encargado de fomentar la actividad, estimó que el año pasado visitaron el país unos 5,5 millones de personas.

El carnaval, la gran fiesta de los últimos cuatro días, comprobó la factibilidad de esa previsión.

El rubro turístico es el primero en ofrecer resultados en las cuentas corrientes externas del país, que registraron un déficit de unos 35.000 millones de dólares el año pasado, contribuyendo a la desconfianza de los inversionistas en la economía brasileña que cumplió un papel fundamental en la crisis.

A los 4,4 millones de brasileños que estuvieron en el exterior en 1998 corresponde cerca de 12 por ciento de ese desequilibrio. La sobrevaluación anterior del real estimulaba viajes y abultadas compras en el exterior.

Los brasileños figuraban entre los turistas que más consumían en los grandes centros turísticos de Estados Unidos, como Nueva York y Miami. Su ausencia ya es sentida en el estado de Florida, cuyas autoridades estudian medidas para recuperar a los generosos visitantes.

La suspensión de viajes al exterior y la gran afluencia de extranjeros durante el carnaval confirmaron la pronta reacción del turismo.

En el comercio, sin embargo, los reflejos son más tardíos. La turbulencia financiera hizo desaparecer los créditos, impidiendo el crecimiento de las exportaciones que sólo se efectivizarán dentro de algunos meses.

Esa es una cuenta que aún no se introdujo en las disputas del Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque comercial del que Brasil es el socio principal y que integran además Argentina, Paraguay y Uruguay.

Uno de los primeros efectos de la depreciación del real en Uruguay fue la reducción de 24 por ciento en el arribo de turistas brasileños en la primera semana de febrero respecto de la primera semana de febrero de 1998, según la Dirección Nacional de Migraciones.

En Argentina la ausencia de brasileños se sentirá principalmente en invierno, pero en las cuentas bilaterales ya empezó a pesar el gran aumento de los argentinos que aprovechan los bajos costos del esparcimiento en Brasil.

La demanda de pasajes desde Buenos Aires a ciudades brasileñas se triplicó en las últimas semanas, según Varig, la mayor compañía aérea de Brasil.

En Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina, el preferido de los argentinos, la ocupación de los hoteles superó 80 por ciento en las últimas semanas, contra 62 por ciento el verano pasado, según la asociación local de hoteleros.

El secretario municipal de Tursimo, Joao Eduardo Amaral Moritz, estimó que esta ciudad del sur de Brasil ya recibió más de 600.000 turistas en este verano, 50 por ciento más que en el año pasado. La "invasión argentina acaba de empezar", señaló el dueño de una agencia de viajes.

En olas anteriores de incursiones masivas, antes de la sobrevaluación del real en 1994, los argentinos adquirieron gran cantidad de viviendas y departamentos en el sur de Brasil, especialmente en Camboriú, una ciudad de playas en Santa Catarina.

Un prolongado desequilibrio cambiario puede producir una nueva oleada de inversiones argentinas en la construcción en Brasil, estimuladas por el gran valor del peso, que tiene paridad con el dólar, en relación con el real.

Eso ya empezó a ocurrir en las industrias de automóviles y de alimentos, en un proceso que, sumado al desequilibrio turístico y comercial, pone en riesgo al Mercosur. (FIN/IPS/mo/dm-mj/if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe