La cotización del dólar en Brasil se elevó hoy a 1,94 reales y las bolsas registraron una pequeña alza, clausurando una semana financiera tranquila y de escasos negocios como consecuencia de las festividades del Carnaval.
Una semana atrás el dólar se cotizaba a 1,90 reales. El aumento de este viernes se atribuyó a las compras realizadas por empresas y bancos que deberán pagar créditos o bonos externos en los próximos días.
Desde el 13 de enero, cuando se inició el proceso de devaluación cambiaria, el dólar se reevaluó en 60 por ciento respecto al real, el doble del nivel considerado razonable por analistas del mercado.
Las bolsas, que iniciaron este viernes en pequeña baja, se recuperaron en la tarde, impulsadas por el buen desempeño de Nueva York. También la pequeña depreciación del real, de 1,04 por ciento, contribuyó a esa tendencia.
El índice de Sao Paulo cerró con un alza de 1,72 por ciento, recuperando pérdidas de días anteriores.
La semana terminó con un saldo positivo global de 0,68 por ciento, pero el volumen de negocios registrado fue 50 por ciento inferior al normal.
En Rio de Janeiro, la bolsa avanzó 1,1 por ciento, acumulando 0,9 por ciento de alza en la semana.
Desde el inicio del año su índice se elevó 34,5 por ciento, un resultado similar al de Sao Paulo.
Esta es la segunda semana consecutiva de estabilidad en los mercados cmabiarios, en la que el dólar osciló en torno a los 1,90 reales, a raíz de los escasos ingresos o salidas de divisas extranjeras.
El Banco Central mantiene también desde hace quince días su tasa de interés para el mercado financiero en 39 por ciento, mientras la cotización de los títulos de la deuda externa se estabilizó tras la pequeña recuperación registrada en las últimas semanas.
Los actores del mundo financiero esperan definiciones sobre el futuro inmediato de la economía brasileña con posterioridad a las negociaciones que mantienen en Washington desde este lunes el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En las discusiones, que siguen a otras desarrolladas anteriormente en Brasilia, está en juego la revisión del acuerdo establecido en noviembre que sirve de base a la ayuda de 41.500 millones de dóares aportados por el FMI, los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo y 20 países desarrollados.
Ambas partes ya acordaron que este año Brasil deberá hacer un esfuerzo fiscal adicional y buscar contener la inflación en 11 por ciento.
No obstante, faltan definir metas en materia de déficit fiscal y de evolución del producto bruto nacional.
La misión brasileña y el FMI están discutiendo asimismo sobre los criterios y los mecanismos de intervención del Banco Central del país sudamericano para evitar oscilaciones excesivas en el mercado cambiario.
Otros hechos que también pueden influir en el comportamiento de las bolsas y en materia cambiaria son de naturaleza política. Algunas medidas del ajuste fiscal, por ejemplo, dependen aún de la aprobación parlamentaria.
Dos impuestos vitales para que se llegue al objetivo de un superávit fiscal de tres por ciento este año deberán ser votados en marzo.
El gobierno central está negociando por otra parte con varios gobernadores estaduales que reclaman una renegociación de sus deudas con el argumento de que los acuerdos suscritos en los dos últimos años por sus predecesores son inviables.
El desenlace de esa discusión puede afectar los resultados fiscales y el cumplimiento de las metas acordadas con el FMI, así como la actitud de los inversionistas extranjeros. (FIN/IPS/mo/dg/if/99
