Las centrales sindicales de los cuatro países del Mercosur reclamaron a los gobiernos de la región un cambio de rumbo en sus políticas económicas.
Los dirigentes laborales consideran que la crisis desatada en Brasil el 13 de enero demostró que esas políticas han demostrado ser ineficaces.
Advirtieron asimismo que han realizado proyecciones de la actual situación según las cuales la crisis que se vive "corre el riesgo de tornarse dramática".
Los sindicalistas, nucleados en la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), reunidos del lunes al miércoles en Montevideo, decidieron realizar en marzo una gira por la región para entrevistarse con los presidentes de los países del área.
Convocaron igualmente a un acto conjunto de celebración del 1 de Mayo en la frontera de Brasil y Uruguay, donde se unen las ciudades de Livramento y Rivera.
Antes de la crisis brasileña, el Mercosur ya presentaba una tasa media del 10 al 15 por ciento de desempleo y una precaria situación laboral que afectaba a dos tercios del mercado global de trabajo, dijeron.
"La abrupta desvalorización cambiaria brasileña provocará (en Brasil) un desequilibrio en los flujos comerciales, posibles cambios de producción y empleos, con graves consecuencias para los demás países", afirmaron.
Según las principales organizaciones sindicales del Cono Sur, la crisis brasileña tiene su raíz en la "enorme inestabilidad que las políticas neoliberales y concentradoras generaron en el mundo, debido a los procesoS de libearlización financiera, desregulación y reducción del papel de los estados nacionales".
Las centrales sindicales se reunieron en Montevideo para analizar los acontecimientos políticos, económicos y sociales derivados de la devaluación de la moneda brasileña.
Estuvieron representados la Confederación General de Trabajo de Argentina, las brasileñas Central Unica de Trabajadores, Confederación General dos Trabalhadores (CGT) y Foca Sindical, y la Central Unitaria de Trabajadores de Paraguay, y el Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT), de Uruguay.
Para realizar el análisis de la situación y tomar una decisión, los participantes de la reunión de Montevideo realizaron consultas telefónicas con la Central Unitaria de Trabajadores de Chile y la Central Obrera Boliviana, países que mantienen acuerdos de asociación con el Mercosur.
La secretaría general de la CCSCS es actualmente ejercida por la CGT de Brasil.
Eduardo Fernández, secretario de relaciones internacionales del PIT-CNT, dijo a IPS que los impactos generados en Brasil traerán "consecuencias gravísimas" que perjudicarán a todo el Mercosur.
Las políticas económicas adopadas por los gobiernos de esta región desde el final de los años 80 amplifican los impactos negativos, ya que están centradas "en una apertura comercial unilateral y sin protección frente al resto del mundo", señaló.
El dirigente sindical uruguayo estimó que esa situación se prolongó "sin que (los gobiernos) adoptasen medidas de promoción a la producción nacional, ni políticas que permitiesen una distribución de la renta capaz de activar e impulsar un enorme mercado regional como el del Mercosur"
El modelo desarrollado por el bloque comercial sudamericano produjo "la desnacionalización de nuestros sistemas productivos", destacó.
También generó "una profunda dependencia de las decisiones estratégicas de las empresas transnacionales y sobretodo de los capitales financieros, que entran y salen de nuestros países sin ningún compromiso con las consecuencias sociales que producen", proclamó a su vez la coordinadora.
De acuerdo a la CCSCS, la crisis pone al descubierto "las limitaciones de un proceso de integración sustentado en políticas monetarias frágiles, donde la competencia comercial ocupa el lugar de una política de complementariedad económica y productiva".
Consideró asimismo que "la guerra fiscal y cambiaria sustituye medidas que podrían generar el fortalecimiento de la región frente a la economía mundial".
El futuro del Mercosur sólo es posible promoviendo "la profundización de la integración, coordinando las políticas macroeconómicas e impulsando la adopción de una política fiscal y tributaria común", sostuvieron los dirigentes sindicales.
Si los gobiernos adoptan esa postura y priorizan una distribución de la renta, justa y equitativa, se podrá impedir que "la guerra por la captación de inversiones externa debilite y disminuya aún más los estados nacionales y los gobiernos locales", aseguraron.
La CCSCS denunció asimismo "la inoperancia de los gobiernos antes y durante la crisis con sus impactos sobre la producción y el trabajo de nuestros países" y reafirmó su apoyo "a la profundización del proceso de integración". (FIN/IPS/rr/dg/if-lb/99)