El consumo de drogas aumentó en Africa porque sus ciudades y puertos son cada vez más utilizados como lugar de tránsito hacia Europa por los narcotraficantes, informó la Junta internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
El informe sobre el consumo y comercio de drogas ilícitas en el mundo, preparado por la JIFE y difundido simultáneamente en 30 ciudades el martes, reveló que Africa es aún un gran proveedor de drogas para Europa, sobre todo de cannabis (cáñamo índico, origen de la marihuana y el hachís).
Sudáfrica es uno de los mayores productores de cannabis del continente. Marruecos batió el récord de producción de cannabis con tres cosechas consecutivas, desde 1996. Se calculó que la extensión de las plantaciones en 1998 fue de 60.000 hectáreas.
Los principales productores de cannabis de Africa occidental son Ghana y Nigeria, seguidos de cerca por Senegal y Costa de Marfil.
"Se estima que la producción de cannabis de Nigeria sigue en aumento, ya que los cultivos son en gran escala, a pesar de la campaña de erradicación de plantaciones que se desarrolla en ese país", decía el informe.
El consumo de drogas podría aumentar si las autoridades ceden a la presión para legalizar el uso del cannabis como planta medicinal, sostuvo Paul Salay, de la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la Prevención del Crimen de Pretoria, en Sudáfrica.
"Nos apena constatar que los posibles usos médicos del cannabis fueron tergiversados para justificar la legalización de todos los usos de dicha planta o su 'prescripción' con supuestos fines medicinales", declaró Salay.
Salay explicó que el consumo cannabis fue presentado como tratamiento de la debilidad física que ocasiona el sida y para aliviar los efectos colaterales del cáncer.
La investigación científica "seria" sobre las propiedades medicinales del cannabis y la amplia difusión de los resultados obtenidos es bienvenida, pero tales esfuerzos podrían ser mal utilizados para obtener la legalización, advirtió Salay.
"Aunque se determinara la utilidad medicinal del cannabis, seguiría siendo una droga parecida a la mayoría de las sustancias narcóticas y sicotrópicas", indicó Salay.
La Organización de la Unidad Africana rechaza con firmeza la legalización del cannabis, pero la carencia de información adecuada y confiable sobre la situación en que se encuentra el control sobre la droga es el mayor obstáculo para implementar una acción eficaz.
"En muchos países, los organismos de control de drogas fueron entorpecidos en sus tareas por la falta de autoridad, de reconocimiento y de trabajo en equipo, así como por la escasez general de recursos humanos y financieros", consignó el informe.
"Fuimos testigos de la progresiva politización de la batalla por el cannabis. Esto debe terminar", declaró Salay.
Africa es utilizada como zona de tránsito, y esto derivó en que sus pobladores se involucraran en el tráfico de drogas ilícitas.
Según Frank Msutu, alto funcionario de Interpol, hubo varios arrestos. En 1995, 14 personas de la región sur de Africa fueron arrestadas por vender drogas. En 1996 atraparon a 36 personas, y un año después, fueron 75.
"Muchas de estas drogas duras que llegan al sur de Africa tienen otros destinos, pero eso no quiere decir que no sean consumidas aquí, aunque la gente no tenga dinero para comprar esas drogas", comentó Msutu.
La heroína, que se fabrica en Asia, se puede encontrar en Tanzania, Kenia y Sudáfrica.
El control mundial de drogas tuvo cierto éxito y el consumo no llega a los niveles de epidemia que se registraron en el pasado, pero existen nuevas amenazas.
Nuevas tecnologías apoyan los esfuerzos por controlar las drogas, pero los traficantes también las utilizan para expandir su negocio, según el informe.
Traficantes de Africa oriental y austral fabrican grandes cantidades del sicotrópico metaqualone, en lugar de traerla de contrabando desde India. Una máquina de procesamiento de drogas en gran escala fue requisada en el puerto de Dar el Salaam en marzo.
El Programa de la ONU para la Fiscalización Internacional de Drogas manifestó inquietud por la fabricación clandestina y el consumo de la droga sintética estimulante éxtasis en la región.
El acceso de datos confiables sobre cultivo, producción, procesamiento, tráfico y consumo de drogas ilegales es escaso, lo cual constituye el principal obstáculo cuando se trata de buscar soluciones para los países africanos.
Según la JIFE, varios países africanos aún carecen de leyes o personal que implementen los acuerdos internacionales.
Siete países (Angola, la República Centroafricana, Comoros, Congo, Djibouti, Guinea Ecuatorial y Eritrea) no se integraron todavía a ninguno de los principales acuerdos internacionales de control sobre las drogas.
A ello se suma el débil control de los puertos y la presión creciente para legalizar el cannabis, por lo que Africa no está lejos de volverse drogadicta, a menos que se pongan en vigor muy pronto las medidas prohibitivas. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/ceb/mj/ip he/99