Los campamentos para refugiados en Kenia se convirtieron en un campo de batalla donde los enfrentamientos entre grupos étnicos rivales de Somalia y Sudán ya provocaron 11 muertes este año.
Los 11 refugiados fueron asesinados en los campamentos de Kakuma y Dadaab, que en conjunto albergan a unas 180.000 personas procedentes de Etiopía, Somalia, Sudán y Uganda.
El último incidente ocurrió la semana pasada cuando cinco sudaneses murieron y más de 200 fueron heridos en luchas entre las etnias dinka y didinga en el campamento de Kakuma, al noroeste de Kenia, en la frontera con Sudán.
Los enfrentamientos obligaron a más de 5.000 personas a abandonar sus lugares de residencia.
Informes no confirmados señalan que los combates se desataron luego de la muerte del comandante Deng Akwang, dinka del insurgente Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA), ocurrida en una emboscada en Chukudum, Sudán, a 12 kilómetros de la frontera con Kenia.
El ataque habría sido responsabilidad de "delincuentes" de la comunidad didinga. Más de 300 casas de los dinkas fueron incendiadas durante los combates, según Z. Azam, a cargo del campamento de Kakuma.
Kakuma alberga a 70.000 refugiados de Etiopía, Sudán y Uganda.
Los enfrentamientos en Kakuma ocurrieron sólo dos semanas después de que seis somalíes fueron asesinados en el campamento de Dadaab, en el nordeste de este país, en la frontera con Somalia, según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Nairobi.
Los cadáveres de los seis somalíes, cuatro hombres y dos jóvenes entre 15 y 17 años, fueron hallados el 21 de enero con balazos en el pecho, atados a árboles a unos tres kilómetros de Hagadera, uno de los campamentos satélites de Dadaab.
Los asesinatos desataron una ola de violencia la semana pasada que dejó a 25 personas con heridas de arma blanca y 91 chozas quemadas. Un hombre y una mujer que recibieron graves heridas fueron trasladados por vía aérea a la localidad de Garissa, a 50 kilómetros de Dadaab, para recibir tratamiento médico.
"La violencia parece ser el resultado de tensiones entre clanes. Parece haber cierta disputa sobre derechos de pastoreo", declaró el portavoz de Acnur, Peter Kessler.
Voluntarios de organizaciones humanitarias aseguran que los enfrentamientos en Dadaab ocurren entre sheikal y auliyahaan, ambos subclanes del clan darod.
El campamento de Dadaab está integrado por los tres campamentos satélites de Ifo, Dagahaley y Hagadera. Los tres cubren un área de 50 kilómetros cuadrados y albergan a 110.000 refugiados, principalmente de Etiopía, Somalia, Sudán y Uganda. En Kenia residen aproximadamente 188.000 refugiados.
La primera gran oleada de refugiados de Etiopía, Somalia y Sudán llegó a Kenia a principios de 1991.
Como consecuencia de la violencia en Kakuma y Dadaab, Acnur limitó el movimiento en la zona, mientras que los dirigentes de los refugiados colaboran con la policía y los organismos de ayuda para restaurar la seguridad en el lugar.
Moses Ndung'u, administrador de Garissa, manifestó que fueron somalíes que cruzaron la frontera y cometieron las atrocidades en Dadaab. El campamento se encuentra a 50 kilómetros de Somalia. La policía detuvo a cinco personas en relación con el caso.
"La seguridad sigue siendo un gran problema en la zona", señala un informe de Acnur, y advierte que "aumentaron los ataques de los delincuentes contra los refugiados en las inmediaciones de los tres campamentos de Dadaab", sobre todo contra las mujeres, las niñas y los vehículos de Acnur.
"La violencia sexual contra las mujeres y las niñas es una gran preocupación para todos los que trabajamos para ayudar a los refugiados", dijo Yvette Stevens, representante de Acnur en Kenia.
Stevens se lamentó de que los recortes presupuestales impidieron que Acnur instalara cercos de alambres de púa en torno a los campamentos.
Acnur proporcionó 27 vehículos policiales para patrullar los campamentos y mejorar su seguridad. El organismo también instaló una red radial para comunicación de la policía, que conecta a Dadaab con Garissa y Liboi.
Liboi es la principal ciudad en la frontera entre Kenia y Somalia, de donde se sospecha que proceden la mayoría de los delincuentes.(FIN/IPS/tra-en/pn/mn/aq/pr/99