La posibilidad de donaciones de semen para la fecundación asistida en humanos fue eliminada de un proyecto de ley que se debate en Italia, pero las nuevas técnicas en la materia ya habían tornado obsoleta la iniciativa, según expertos.
La discusión parlamentaria transcurre mientras se acerca en una ciudad del norte de Italia el nacimiento de una niña considerada por muchos "hija de dos madres", una de las cuales donó parte del óvulo, pero no la correspondiente a la herencia genética.
La niña será fruto del óvulo de una mujer de 35 años que sufrió el fracaso de cuatro intentos anteriores de fecundación artificial, cuyo nombre se mantiene en secreto, modificado con el citoplasma de otra, una técnica usada por primera vez en Europa. Hay solo seis casos previos, en Estados Unidos e Israel.
Este caso representa un revolucionario avance para la fecundación asistida, a cuyas técnicas recurren cada año unas 60.000 italianas y sobre las cuales el gobierno de centroizquierda presentó un proyecto de ley.
El ginecólogo que realizó la intervención, Alessandro De Gregorio, consideró que la niña "será hija solo de la madre genética, que será la que suministró el óvulo fecundado con el semen de su marido".
"La otra mujer donó solo una pequeña parte de citoplasma para que el embarazo llegue a buen fin", explicó De Gregorio.
El aporte del citoplasma de la donante "no tendrá influencia porque se manifiesta solo en las primeras 72 horas de su vida y después desaparece".
De un óvulo sano y fuerte se extrajo una pequeñísima parte de material no genético (sin cromosomas) para fortalecer a un óvulo que no sería capaz sin esa ayuda de llevar el embarazo a término, explicó.
La polémica por la llamada "niña de dos madres" tiñe una intensa discusión parlamentaria en la cual la filiación religiosa de los legisladores tiene importancia decisiva.
La iniciativa presentada por el gobierno de centroizquierda permite que parejas no casadas recurran a este procedimiento, a lo que se oponen las fuerzas de derecha.
El proyecto divide también al gobierno. Los partidos católicos que lo integran sostienen que la fecundación artificial debe ser practicada solo en el marco de las parejas, por lo que se oponen a que se permita recurrir a semen de donantes.
El proyecto no permite la fecundación asistida en mujeres solas o de más de 52 años, el alquiler de úteros, el comercio de óvulos y espermatozoides y la fecundación después de la muerte del marido o concubino.
La Cámara de Diputados rechazó el jueves en votación secreta, por 251 votos a 215, el que se consideraba el principal y más controversial artículo del proyecto, el que permitía el aporte de semen de un donante fuera de la pareja en caso de que el marido sea estéril.
En esta votación hubo unidad entre los parlamentarios católicos, más allá de que fueran oficialistas u opositores.
La principal impulsora del proyecto a la Cámara de Diputados, Marida Bolognesi, renunció de inmediato a continuar ejerciendo esa tarea. La ley que se discuta "ya no será el texto del gobierno", explicó.
La aceptación de donantes existe en Alemania, Austria, España, Gran Bretaña, Francia y Suecia.
"¡Cuánto miedo provoca la libertad de la mujer! Cuanto más grande es, más aumenta el deseo de hacer leyes que la detengan, que la amarren", dijo la presidenta de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, la oficialista Anna Finochiaro.
"Estamos asistiendo a la demolición de un principio fundamental: a la concepción de la familia como lugar de los afectos, y no solo como el fruto de vínculos burocráticos o biológicos", agregó Finochiaro.
En Italia se constituyen 300.000 parejas cada año sin casarse, de las cuales 5.000 son homosexuales y para las cuales no existe posibilidad de matrimonio civil.
En total, en Italia residen 20 millones de familias.
La ley en discusión está vieja aun antes de ser aprobada, superada por estas nuevas técnicas, expresó De Gregorio.
"Como el progreso es extremadamente rápido, es complicado estar detrás de los nuevos descubrimientos de la ciencia en este campo", dijo.
A juicio de parlamentarios del gobierno, el rechazo del artículo sobre donantes de semen equivale al naufragio de la iniciativa y hará necesario un nuevo proyecto. (FIN/IPS/jp/mj/he hd/99