El frío ha puesto de rodillas a Italia, desacostumbrada a temperaturas tan bajas como las registradas en los últimos días, y la situación es especialmente dura para quienes ocupan viviendas de emergencia a causa del terremoto de mayo de 1997 en Umbría y Las Marcas.
Nueve personas murieron el fin de semana pasado en Italia debido a las bajas temperaturas y al hielo que cubre las rutas, y algunas localidades de Umbría, ubicada cien kilómetros al norte de Roma, están bajo tres metros de nieve.
Unas 5.800 familias viven en casas metálicas de emergencia en Umbría, donde se encuentran la mayoría de los damnificados por el terremoto. Las autoridades anunciaron que tienen listo un plan de emergencia para la evacuación de ancianos de esa región y de Las Marcas, 200 kilómetros al norte de la capital.
Según un estudio, se requerirán al menos aún otros tres años antes que los damnificados puedan volver a sus antiguas y reconstruidas viviendas o reciban nuevas.
El invierno en curso es uno de los tres más fríos desde la segunda guerra mundial, junto con los de 1956 y 1985. El viento, la nieve y el hielo condicionan la vida en todo el país.
La costa sobre el mar Adriático recibe las corrientes de aire frío procedentes de la estepa siberiana, que pasa por Umbría, Las Marcas, Abruzzo, Molise, Puglia, Calabria y Sicilia, en el sur. Mientras, en la norteña Toscana, la temperatura alcanzó el récord de 28 grados bajo cero.
En Roma, Nápoles, Milán y en otras grandes ciudades se han tomado medidas para socorrer a los sin techo, dejando abiertas en la noche las estaciones del metro y entregándoles comida caliente.
Pedro, un peruano de 30 años, que se cubre con una manta, dice que volverá a su país. "Estoy en Roma desde hace unos tres a Años, nunca he podido conseguir un trabajo estable y tampoco me he podido legalizar. Es mejor estar mal con los míos que aquí solo y con frío", señaló.
La mayoría de los que buscan abrigo en los subterráneos del metro son "extracomunitarios". Es decir, proceden de países que no pertenecen a la Unión Europea, ya sean del mundo en desarrollo o de Europa oriental.
Las historias son casi siempre las mismas: muchos han recurrido al alcohol, y no sólo para combatir el frío, sino para olvidar sus problemas.
El mal tiempo, que comenzó en los últimos dos días de enero, continuará hasta el miércoles, según el pronóstico de meteorología, aunque los expertos afirman que "lo peor ya pasó".
El frío también afectó al papa Juan Pablo II, a quien una gripe obligó suspender todas las audiencias de este lunes, informó el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro.
El Papa, de 78 años, ha tenido problemas de salud en los últimos tiempos, y el 31 de enero limitó al mínimo su oración del Angelus y el saludo a los peregrinos de todo el mundo y a los jóvenes italianos de la Acción Católica que se habían congregado en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
"Hoy el Papa está un poco resfriado y por lo tanto sus palabras serán breves", dijo el mismo Juan Pablo II.
El Papa habló de su viaje pastoral de seis días a México y a Estados Unidos e invitó a los jóvenes a aumentar su compromiso en favor de la paz. (FIN/IPS/jp/ff/en/99
