Los mercados asiáticos se complicaron de nuevo por la devaluación de la moneda de Brasil, que provocó una caída de precios de los productos básicos y llegó a paralizar el comercio en ciertos mercados.
El real de Brasil perdió 66 por ciento de su valor frente al dólar entre el 13 de enero y el miércoles, desde que el gobierno se vio obligado a dejarlo en libre flotación en enero de este año, por lo que los productos brasileros se volvieron más competitivos en los mercados internacionales.
La caída del real provocó la rebaja de precios de exportación de soja y azúcar de Brasil, por lo que esos productos y sus sustitutos de origen asiático, en particular los aceites comestibles, sufrieron estrepitosas caídas en el mercado internacional.
El precio mundial de la soja disminuyó aun más cuando Argentina, que junto con Brasil produce 30 por ciento del volumen mundial, redujo sus precios para mantenerse competitiva.
La baja demanda en los mercados asiáticos, unida a las previsiones de cosecha abundante para marzo en Argentina, Brasil y Estados Unidos, provocó la caída de los precios, dijeron los comerciantes.
Malasia, el mayor productor mundial de aceite de palma, e India, un gran productor de aceites comestibles, sufrieron directamente las consecuencias.
Los beneficios imprevistos de 1998, gracias al aumento de precio del aceite crudo de palma y a la devaluación del ringgit de Malasia, no se volverán a producir debido a la disminución del precio de este producto y el de la soja, y la devaluación del real, señaló un comerciante de Kuala Lumpur.
"Ambos productos se sustituyen mutuamente. Existe una tendencia a cambiar uno por otro, por lo que la continua disminución del precio (de la soja) en el mercado de Chicago es muy preocupante", advirtió el comerciante de Sime-Darby, en Malasia.
El precio actual del aceite crudo de palma es de 1.800 ringgits por tonelada, pero hace un año era de 2.300 ringgits y en enero de este año, de 2.000 ringgits.
El recorte de las detracciones a la exportación de aceite crudo de palma de Indonesia y la reducción de la cuota de importaciones de China también impulsaron la caída del precio de dicho producto en las últimas semanas, señalaron los comerciantes.
Se prevé que los precios sigan disminuyendo, puesto que se prevé el aumento de la producción de aceite de palma, ahora que se terminaron los efectos climáticos de La Niña y El Niño.
El ministro de Industrias Primarias de Malasia, Lim Keng Yaik, se mostró confiado de que los precios aumenten en el tercer trimestre, cuando los productores de soja recorten la producción.
Sin embargo, algunos actores del mercado sostuvieron que la situación podría empeorar antes de empezar a mejorar. Un comerciante pronosticó la caída del precio del aceite de palma a 1.500 ringgits la tonelada durante los próximos dos meses en caso de que haya superabundancia de soja en el mercado.
La volatilidad del real paralizó la participación de India en el mercado de aceites comestibles y de azúcar, informó el diario Economic Times de Nueva Delhi.
Las exportaciones e importaciones de productos tales como trigo, arroz, semillas y legumbres también están paralizados, ya que el exceso de reservas nacionales, la depresión de la demanda mundial y la caída de los precios impidieron a India competir en el mercado internacional, según el informe.
Ningún comerciante de India deseaba integrarse al mercado mundial, pues se esperaban cosechas sin precedentes en Brasil y Argentina y debido a la caída del precio del aceite crudo vegetal por la devaluación del real.
El azúcar también se convirtió en un negocio inviable ya que los comerciantes que habían colocado sus productos antes de la devaluación sufrieron grandes pérdidas al bajar los precios.
"Todos esperan ahora que se termine la crisis brasilera y que se estabilicen los precios antes de hacer nuevos contratos", indicó una fuente.
Más allá del factor Brasil, la situación de India muestra que los países recurrieron a la acción drástica al enfrentarse a precios vacilantes y a una crisis prolongada.
Tailandia se unió a Malasia, a principios de este mes, en su retirada de la Organización Internacional de Caucho Natural (INRO), con el argumento de que el grupo fue incapaz de proteger los intereses de los productores.
Este hecho puso al borde del colapso a la última organización de productos básicos que quedaba en el mundo, dado que los dos países que se retiraron producían 60 por ciento del total mundial de caucho.
Malasia, que protesta hace tiempo por la incapacidad de la INRO para apuntalar los precios del caucho, se retirará oficialmente de la organización en octubre.
La INRO se formó en 1980 para estabilizar la provisión y la demanda del mercado mundial de caucho y para proteger a consumidores y productores de la fluctuación de los precios a través de la creación de una reserva de caucho.
Si bien Malasia y Tailandia deben haber obtenido provecho de la INRO, el precio del caucho en el mercado mundial estuvo inerte en los últimos años a pesar de la intervención de la organización, dijeron los comerciantes.
La paciencia de Malasia y Tailandia, golpeadas por la recesión, se agota, ya que la membresía de la INRO resulta costosa cuando los beneficios son tan escasos.
Tailandia anunció su retirada y explicó que no puede seguir pagando su cuota a la reserva de caucho de la INRO si el gobierno debe, además, subsidiar los precios locales del caucho, que, según las previsiones, permanecerán congelados.
"Si nos retiramos, podemos usar la cuota de membresía para otros fines. Es lo adecuado para nuestra situación actual", declaró el viceministro de Agricultura, Newin Chidchob. (FIN/IPS/tra-en/ap-if/cyh/js/ceb/mj/if/99