Karl Marx dijo que "la historia se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como farsa". A juzgar por los candidatos al premio Oscar de este año, el reinado de Isabel I de Inglaterra fue a la vez dramático y farsesco, y por eso valió la pena recrearlo en el cine moderno.
Dos películas sobre la vida de Isabel I (1533-1603), última monarca de la casa Tudor, están ahora en exhibición y ambas se han adjudicado una abultada cuota de candidaturas para el Oscar, el premio principal de la industria cinematográfica de Estados Unidos, que se entregará en marzo.
"Shakespeare in Love" (Shakespeare enamorado), una comedia romántica distribuida por Miramax, tiene 13 candidaturas, mientras "Elizabeth" (Isabel), una horrenda pintura de sus primeros años de reinado, distribuida por Working Title, cuenta con siete.
Las dos son candidatas a la mejor película de 1998 y tienen muchos otros paralelismos, además de su prestigio académico y su pintura de epoca, y en ambas actúan Joseph Fiennes y Geoffrey Rush.
Las dos interpretaciones de Isabel son también candidatas al Oscar. Se trata de Cate Blanchett, la estrella australiana de "Elizabeth", y la británica Judi Dench, que interpreta el papel de la soberana en "Shakespeare in Love".
Por desventura, ambos filmes son extravagantes y contienen anacronismos que disminuyen su credibilidad, a menudo distorsiones históricas intencionales.
De los dos, el amable "Shakespeare in love" combina con comodidad trucos modernos con trapisondas isabelinas. Ambos, empero, tienen una excelente realización.
"Shakespeare in Love", dirigido por John Madden y escrito por Marc Norman y John Stoppard, al menos se divierte con su premisa: William Shakespeare (un dudoso Joseph Fiennes), trata de componer su nueva extravagancia: "Romeo y Ethel, la hija del pirata".
El bardo lo intenta todo, desde psiquiatría hasta amoríos con actrices, pero sólo un auténtico romance con la adinerada Viola (Gwyneth Paltrow), que se viste de varón para actuar en el escenario isabelino, reservado para hombres, libera su musa.
La comedia romántica es bastante débil pero el guión es notable. Los atractivos Fiennes y Paltrow se muestran un poco pálidos en papeles que les exigen aparecer sensuales y creativos. Pero "Shakespeare" esta plagado de chistes maliciosos sobre el teatro isabelino y moderno.
Geoffrey Rush, quien encarna a lo que parece un "agente" artístico a cargo de la carrera de Shakespeare, se adjudica buenos parlamentos acerca del público teatral, incluyendo su irónica apreciación de la importancia de Shakespeare en su producción: "Oh, es solo el escritor…"
Ben Affleck casi roba el espectaculo, igual que Ned Alleyne, uno de los más arrogantes actores de la compañía de Shakespeare, mientras Rupert Everett interpreta un fatalista Christopher Marlowe, cuyas palabras están en boca de todos.
La violenta euforia de "Shakespeare in love" está complementada por, Dench en su papel de la reina Isabel, quien juzga con sagacidad a la corte que la rodea y afirma que las piezas teatrales tienen el único objeto de ser contempladas por ella.
Por contraste, la "Elizabeth" que encarna Blanchett goza de pocas diversiones en su vida. Apenas su amante, quien es representado por Fiennes.
El director Shekhar Kapur pinta a una sombría Inglaterra plagada de conspiraciones porque la iglesia Católica trata de mantenerse en el poder después de la muerte de la reina María, "la sanguinaria", media hermana de Isabel.
No obstante, Isabel consigue restaurar la independencia de Inglaterra respecto del Papa con la ayuda de su discreto consejero Francis Walsingham (otra vez Geoffrey Rush).
Así como Tom Stoppard contribuyo con algunos buenos chistes a pintar el teatro isabelino por dentro en "Shakespeare", Michael Hirst incluyó a todas las grandes figuras del primer período de reinado de Isabel I, entre 1540 y 1550.
De ese modo, aparecen Mary Geise, Lord Burleigh, Walsingham e incluso el Papa, interpretado por John Gielgud, en una intricada trama de traiciones.
Pero Kapur, conocido por llevar la vida de la ex delincuente y dirigente política de India Phoolan Devi al cine (en "La reina bandolera"), narró un lado de la historia sobre la lucha reformista de Isabel contra un demonizado catolicismo.
Kapur tomó prestadas flagrantemente secuencias de la serie de "El Padrino", de Francis Ford Coppola, para sugerir que Isabel, como el capo mafioso Michael Corleone, es corrupta y deshumanizada por los asesinatos y maniobras llevados a cabo por Walsigham y otros en su nombre.
En un momento ridículo, la yuxtaposición de una ceremonia religiosa con múltiples asesinatos al estilo de "El Padrino" es duplicada en la descripción de la derrota de los enemigos de Isabel, una escena que parece anacrónica y falsa.
El espectador de "Shakespeare in love" y "Elizabeth" podría preguntarse de qué manera la reina prematuramente madura que interpreta Blanchett se convierte en la monarca fatigada y ácida encarnada por Bench.
Puede ser tremendamente confuso cuando tragedia y farsa, representadas en diferentes cines, son exhibidas al mismo tiempo. (FIN/IPS/tra-en/fh/kb/ego/mj/cr/99