(Arte y Cultura)

Vinicius de Oliveira, que hasta hace poco más de un año era lustrabotas en el aeropuerto de Río de Janeiro, es hoy, junto a la actriz brasileña Fernanda Montenegro, protagonista del Festival de Cine del Mercosur (Mercocine), que se desarrolla en Uruguay.

Montenegro, que se desempeña en teatro, cine y televisión, es candidata al premio Oscar de Hollywood como mejor actriz por su intervención en "Estación Central", una producción que también compite por la estatuilla en el rubro mejor película extranjera.

Sentado en una silla de ruedas en el lujoso hotel Conrad de Punta del Este, un centro turístico ubicado 150 kilómetros al oriente de Montevideo, De Oliveira podría pasar por el hijo enfermo de algún acaudalado empresario.

Pero la silla de ruedas fue necesaria porque hace pocos días se fracturó los cinco dedos del pie derecho mientras jugaba al fútbol con sus amigos, una pasión que lo mantiene cerca del mundo de pobreza que, por ahora, dejó atrás.

El niño, de 12 años de edad, conoció en el aeropuerto a Walter Salles, director de "Estación Central".

"Como estaba de zapatillas y no podía ofrecerle una lustrada le pedí dinero para comprarme una hamburguesa, porque tenía hambre. Me la compró y comimos juntos", relató el niño.

"Pensé que había en él algo especial", dijo a su vez Salles, quien tras varias cavilaciones le ofreció el papel que luego De Oliveira representó y que de alguna forma es parte de su vida.

"Pixote", un niño brasileño de la calle, vivió hace pocos años una experiencia similar a la de Vinicius. Pero luego de alcanzar la fama por haber actuado en una película que tomó su nombre, Pixote murió en un tiroteo con la policía.

Los productores de "Estación Central" procuran que la fama y las presiones del sistema no ejerzan el mismo efecto sobre De Oliveira. Por eso se comprometieron a pagarle sus estudios, incluidos los universitarios.

"Estación Central" narra el viaje por Brasil de un niño que pierde a su madre y busca a un padre desconocido en compañía de una mujer mayor (Montenegro), maestra jubilada, también abandonada.

"La película no es sobre un niño abandonado, también es sobre una mujer abandonada, sobre dos criaturas. La realidad de esos olvidados no sólo pertenece a países latinoamericanos. Así es la humanidad, así lo determina la atención social de muchos gobiernos", dijo la actriz.

Montenegro es conocida en la mayoría de los países de América Latina y en algunos de Europa como protagonista de "culebrones" (telenovelas) producidas por la televisión brasileña.

"El sentido ético del filme se concentra en dos personajes en busca de su identidad y creo que son puntas de una sociedad carente de contacto (…) El niño de alguna forma encuentra sus raíces y la mujer encuentra su renacimiento", relató la estrella brasileña.

Montenegro insistió en varias reuniones sobre la necesidad de que el cine sudamericano adquiera la capacidad de funcionar como una industria y trazó paralelismos con la forma en que se maneja ese negocio en Estados Unidos, donde el tema comercial es esencial al momento de diseñar productos culturales.

En declaraciones a la prensa uruguaya la actriz señaló que si la televisión brasileña -la más poderosa de la región- ha podido desarrollarse como industria también puede hacerlo el cine.

Montenegro observa con ilusión la entrega de los Oscar, pero no tiene ningún interés en continuar su carrera en el cine estadounidense.

"Pertenezco a una cultura, vivo en mi país, hablo un idioma. Ya no soy una joven de veintipocos años, una edad en la que uno viaja por el mundo e intenta rupturas. No quiero hacer cosas fuera de mi país, no lo necesito, tengo 50 años de carrera", declaró.

El Mercocine, que culminará este domingo, está exhibiendo películas de los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de sus asociados (Bolivia y Chile).

"El viento se llevó lo que", "Un crisantemo estalla en cinco esquinas" y "Mala época", son las más representativas de Argentina.

Brasil, con el mayor número de películas, se destaca con "Estación Central", "El viajante" y "For All".

"El hombre que imaginaba" y "Gringuito" son dos de los créditos de Chile.

Por Uruguay se exhiben, entre otras, "Otario" y "El Chevrolé", dos producciones de 1998.

Bolivia está presente con "El día que murió el silencio" y Paraguay, el país con menor desarrollo cinematográfico de la región, se presenta con "El toque del Oboe", en coproducción con Argentina y Brasil. (FIN/IPS/rr/dg/cr/99)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe