En un cambio de matiz, La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) amenazó hoy tanto a Yugoslavia como a los separatistas albaneses con ataques aéreos, si no inician negociaciones.
La situación se acerca a "un punto crítico de definición", dijo el secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, leyendo un comunicado de la alianza militar europeo- norteamericana.
Previamente, en una visita a la sede de la OTAN en Bruselas, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que "la amenaza del uso de la fuerza es esencial" para lograr un acuerdo para la autonomía de la provincia, de mayoría étnica albanesa.
Este viernes está programado en Londres un nuevo encuentro del llamado Grupo de Contacto, formado por Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia, del que se espera salga la agenda de negociaciones.
De proseguir los enfrentamientos, la OTAN lanzaría ataques aéreos contra posiciones militares del ejército yugoslavo y del llamado Ejército de Liberación del Kosovo (ELK), que reclama la formación de un estado independiente.
Al parecer, los jefes militares de la OTAN descartaron el envío de tropas para forzar una retirada de las fuerzas yugoslavas, esperando que la amenaza sea un incentivo suficiente para obligar a las partes a negociar.
Las tropas serían enviadas posteriormente, para supervisar el cumplimiento de un eventual acuerdo de autonomía para Kosovo, dijeron fuentes diplomáticas.
Rusia, considerado un aliado de Yugoslavia, es hasta ahora el principal obstáculo para las acciones militares, que inicialmente tenían como único objetivo las tropas yugoslavas.
El gobierno del presidente Slobodan Milosevic ha manifestado su disposición a negociar la restauración de un estatuto de autonomía, pero rechaza terminantemente la discusión de la independencia de la provincia, que tiene un profundo significado histórico para Serbia.
En Kosovo los serbios perdieron una batalla decisiva contra las fuerzas invasoras turcas en 1389 y la región se convirtió desde entonces en símbolo de resistencia contra las ocupaciones extranjeras.
Posteriormente, desde el siglo XVII, la zona fue siendo paulatinamente habitada por albaneses, que ahora forman la mayoría de la población.
Conocedores de la hostilidad entre la OTAN y el gobierno yugoslavo, los separatistas han apostado hasta ahora a crear una situación de conflicto que incite a la OTAN a intervenir en su favor, creando una independencia de hecho.
Las acciones del ELK han desplazado de la escena al líder del Kosovo, Ibrahim Rugova, que ha encabezado la resistencia pacífica a la derogación de la autonomía regional decretada por Milosevic en 1989, cuando asumió la presidencia Serbia (entonces una de las seis repúblicas de la federación yugoslava)
Los líderes europeos temen reproducir la situación creada en Bosnia en 1995, cuando aviones de la OTAN atacaron fuerzas serbias y cambiaron el curso de la guerra de las ex repúblicas yugoslavas en favor de Croacia.
Un acuerdo de cese del fuego en Kosovo, firmado por Yugoslavia y Estados Unidos en octubre, se ha desvanecido en las últimas semanas, tras fuertes enfrentamientos entre los rebeldes separatistas y las tropas yugoslavas.
El incidente más grave fue la masacre de un grupo de 40 personas de etnia albanesa, el 15 de enero, en una aldea cercana a Pristina, capital de Kosovo, atribuído inicialmente a las fuerzas serbias y que está siendo investigado por un equipo de patólogos finlandeses. (FIN/IPS/ws/ak/99