El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, recibirá al gobernante electo de Venezuela, Hugo Chávez, el día 27, en un encuentro que consagrará el vuelco de Washington respecto al antiguo lider golpista, a quien negó la visa hasta hace menos de un mes.
Chávez asumirá el poder el 2 de febrero y desde su resonante triunfo el 6 de diciembre impulsó una ofensiva diplomática para "borrar la imagen de satán que me han endilgado", según su propia definición, con Washington como un gran objetivo.
El teniente coronel retirado de 44 años, que insurgió en la escena pública con una abortada rebelión militar el 4 de febrero de 1992, hizo el anuncio del encuentro con Clinton en Bonn, donde se hallaba este miércoles, dentro de su tercera gira como presidente electo.
La Casa Blanca confirmó el encuentro con Chávez dos días después que el presidente argentino, Carlos Menem, abogase ante Clinton durante una visita oficial, a fin de que su administración respalde al próximo presidente venezolano, como un gesto conveniente para la región latinoamericana.
El subsecretario para Asuntos Interamericanos de Estados Unidos, Peter Romero, indicó el martes en Washington, que Venezuela "es un importante amigo y aliado", con un papel estratégico como el mayor abastecedor petrolero y el único país de la región que es inversor neto en la potencia del norte.
Romero inició la inflexión formal de Washington hacia Chávez, visto como izquierdista y populista por funcionarios e inversores estadounidenses, con una visita a Caracas el 30 de diciembre, para felicitar al presidente electo por su triunfo y confirmarle el otorgamiento de la visa, que le fue en 1996 y 1998.
Chávez explicó a medios venezolanos desde Bonn, que además de Washington, visitará Nueva York, para reunirse con inversores privados, y Atlanta, donde antenderá una invitación del Centro Carter, del ex presidente estadounidense James Carter.
No se precisó aún si el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, anularía su prevista visita a Caracas la semana próxima, al confirmarse el ahora el viaje a Washington.
Carter encabezó al grupo de observadores de su centro que supervisó las elecciones presidenciales, en que Chávez obtuvo más de 56 por ciento de los votos, en un proceso signado por el entusiasmo popular.
"En Venezuela se ha vivido una revolución democrática y pacífica", aseguró Carter, al anticipar que buscaría influir sobre las autoridades estadounidenses para que "trabajen con el nuevo gobierno", en favor del radical cambio del modelo político que propugna.
Romero dijo tras entrevistarse con Chávez que Washington respaldará al proceso de cambios de Venezuela, y en particular a la Asamblea Constituyente con que el próximo gobernante promete "refundar la república", siempre que el proceso se mantenga "dentro de los parámetros legales".
la candidatura de Chávez fue respaldada por una alianza de casi toda la izquierda, antiguos militares golpistas y empresarios proteccionistas, que ostensiblemente no contó con el respaldo ni de la embajada estadounidense ni de sus empresarios, quienes se pronunciaron abiertamente contra su triunfo.
Pero el muy activo embajador John Maisto inició el acercamiento hacia Chávez tras su triunfo y desde entonces se ha entrevistado con el próximo gobernante en cuatro ocasiones, la última el día 8, acompañando a un misión parlamentaria.
Inicialmente, según lo trascendido, el Departamento de Estado acogió la idea de la visita de Chávez antes de asumir el poder, pero sin ser recibido por Clinton, dejando el encuentro presidencial para otro viaje a mediados de año.
Pero Chávez y su equipo insistieron en que el viaje sólo tendría sentido si era para encontrarse con Clinton, lo que lograron finalmente.
El viaje a Estados Unidos sería el cuarto viaje postelectoral. En el primero, entre el 15 y el 18 de diciembre, visitó Brasil, Argentina -donde también se entrevisto con el presidente chileno Eduardo Frei- y Colombia. El segundo, el día 21, fue a México.
La actual gira la inició el lunes en España, de donde contnuó a Francia y Alemania. Este jueves viajará a Italia y desde allí seguirá al día siguiente a Canadá, para culminar la noche del sábado en Cuba.
En La Habana, Chávez sostendrá un encuentro con el presidente colombiano Andrés Pastrana y el anfitrión Fidel Castro, para analizar mecanismos para apoyar el proceso de paz colombiano, un asunto que Venezuela considera vital para sus propios intereses, debido a la acción de la guerrilla en su frontera.
Su dinamismo diplomático busca eliminar la imagen de golpista, generar confianza entre los inversores, buscar apoyo financiero inmediato para aliviar la aguda crisis económica y social que heredará en febrero, y despejar dudas sobre su intención de impulsar un regimen autoritario.
A la luz de las manifestaciones de Menem en Washington parece estarlo consiguiendo, ya que afirmó el lunes que se trata de una figura joven y con nuevas ideas de 44 años, que "quiere hacer un buen gobierno" y necesita el apoyo internacional para ello.
A la toma de posesión del próximo gobierno han confirmado su presencia ya 14 gobernantes latinoamericanos y caribeños y el heredero de España, el principe Felipe de Borbón, en una lista en que destaca la presencia de Castro y la ausencia por problemas de agenda de Ernesto Zedillo.
La intención del equipo de Chávez es que Estados Unidos esté representado por el vicepresidente Al Gore (Fin/IPS/eg/ip la/98