Las langostas invadieron partes del sur de Sudán, zona trastornada por la sequía, la hambruna y la guerra civil entre el gobierno fundamentalista islámico y el insurgente Ejército de Liberación Popular (SPLA).
La zona invadida por los insectos, en el Alto Nilo septentrional, es la reserva cerealera que provee de alimentos a la mayor parte de los seis millones de habitantes del sur de este país africano.
Samani Malok, representante de los granjeros de la zona afectada, informó que los trabajadoresformaron una Brigada de Agricultores para luchar contra la invasión de langostas.
Malok explicó que las langostas destruyeron 450.000 toneladas de sorgo, mijo y cacahuetes esta temporada. "Siguen amenazando los cultivos", agregó.
"En consecuencia, se está poniendo imposible trabajar la tierra. Los agricultores tienen grandes dificultades para cultivar en parte por las langostas y en parte por la guerra civil", dijo.
Para reducir la amenaza, Malok instó al gobierno a utilizar aviones para erradicar los insectos. "Necesitamos fumigación aérea porque la escala de la invasión es abrumadora", afirmó.
A pesar de estas declaraciones, la estatal Empresa de Protección de las Plantas de Sudán, que controla las plagas, niega que las langostas hayan invadido la zona austral.
"No tenemos denuncias de amenazas de langostas en el sur. Investigaremos la versión y veremos si hay algo de verdad", declaró esta semana un funcionario de la empresa.
El funcionario descartó enviar personal para verificar la situación. "La inseguridad e inestabilidad provocada por los rebeldes hará imposible que mi compañía arriesgue la vida de sus empleados", explicó.
"Pediremos a los agricultores que abandonen la zona, ya que no es justo que los civiles arriesguen sus vidas en este tipo de situación", agregó.
Malok encabezó una delegación de agricultores la semana pasada que se trasladó a Jartum para pedir la ayuda del gobierno contra las langostas. Más de 80 por ciento de la población del sur se dedica a la agricultura, y la mayoría cultiva mijo, sorgo y cacahuetes.
Los agricultores, la mayoría de la provincia de Renk, también se quejan de haber sufrido acoso de los rebeldes. "En ocasiones el SPLA recluta por la fuerza a los integrantes de la Brigada de Granjeros y a los que no tienen suerte y se resisten, los matan", aseguró Malok.
"En el pasado, los granjeros atrapaban a las larvas de las langostas en zanjas, pero ahora los rebeldes y los soldados del gobierno utilizan las zanjas para atacarse unos a otros", precisó.
La guerra civil socavó la capacidad del Estado para controlar la reproducción de las langostas. Informes sin confirmar aseguran que un avión utilizado para fumigar fue derribado por la insurgencia en los años 80.
"Si no se controla ahora, la invasión de langostas será un desastre el próximo año, se destruirán más cultivos, los granjeros pasarán hambre", advirtió Malok.
Antes que se desatara la guerra civil en mayo de 1983, las langostas eran fumigadas desde vehículos automotores. Ahora son los agricultores quienes las fumigan, a pie, ya que la mayoría de los automotores fueron destruidos por minas colocadas por ambos bandos.
Los granjeros, que no saben manejar los pesticidas, exhortaron al gobierno que los capacite para que se puedan proteger contra los productos químicos.
Malok, que sólo terminó la enseñanza primaria, indicó que los pesticidas afectaron la salud de muchos agricultores. "La prensa nunca denuncia las enfermedades provocadas por intoxicación de pesticidas", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/nb/mn/aq/dv/99
