Sudáfrica, el único gran productor de armas de Africa, se propone limitar el suministro de armas livianas a guerras civiles y conflictos militares en todo el mundo.
El gobierno sudafricano envió una carta al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, en que le informa que adoptó una política para destruir sus excedentes de armas livianas obsoletas con el fin de que no terminen en los campos de batalla.
"Sudáfrica se compromete a detener el movimiento de armas livianas ilegales por sus fronteras", agrega la carta.
En 1998, la policía sudafricana destruyó o fundió 70 toneladas de armas livianas y municiones, entre ellas 4.504 pistolas, revólveres, rifles y armas de confección casera.
Así mismo, Sudáfrica y Mozambique destruyeron en forma conjunta más de 100 toneladas de armas livianas y municiones en Mozambique.
Pretoria indicó que ya firmó acuerdos con varios países de Africa austral para controlar el tráfico de armas y municiones ilegales.
"El flagelo de las armas livianas sigue devastando a las poblaciones civiles, creando crisis humanitarias en todo el mundo", declaró Annan el martes ante el Consejo Asesor de las Naciones Unidas sobre Asuntos de Desarme.
"Estas armas de destrucción personal impiden el progreso económico y social, y obstaculizan nuestros mejores esfuerzos para el desarrollo", agregó.
Annan dijo que la ONU, por su parte, ayudará a los gobiernos y a la sociedad civil para que el desarme y el control de las armas sean elementos centrales de futuras iniciativas de paz.
En Africa occidental, la ONU ayuda a aplicar una moratoria sobre la importación, la exportación y la manufactura de armas livianas, explicó.
"De tener éxito, la prohibición podría conducir al renacimiento de la paz en la región, y servir como ejemplo para un continente cuyo desarrollo económico y social ha sido a menudo entorpecido por la disensión y el conflicto internos", agregó Annan.
En la carta a Annan, Sudáfrica señala que está "comprometida con una política de responsabilidad en el comercio y la transferencia de todas las armas".
El gobierno creó un sistema de control de armas por el que se fijarán criterios, principios y pautas para "garantizar la transferencia y el comercio responsables de, entre otras, las armas livianas".
Sudáfrica también promulgó leyes que exigen el registro de todas las armas livianas civiles, e incluso el requisito para que esas armas se guarden en un lugar seguro.
Durante el régimen racista del apartheid, que fue sustituido por un gobierno multirracial en 1994, Sudáfrica era el décimo productor de armas del mundo.
El presidente Nelson Mandela, que asumió el poder en mayo de 1994, heredó una extendida industria armamentística que producía equipos entrenadores para aviones de guerra, helicópteros de combate, barcos de guerra, vehículos a control remoto, misiles, vehículos blindados de transporte de personal y armas livianas.
La industria, que ahora se encuentra bajo riguroso control del gobierno, exportó en 1997 aproximadamente 265 millones de dólares en equipos militares a 63 países, un incremento de 34 por ciento desde 1996.
Según el Directorio de Control de Armas Convencionales sudafricano, entre la lista de compradores se encontraban Chile, Ecuador, India, Omán, Pakistán, Ruanda, Singapur, Suiza, Tailandia y Uganda.
Pero el gobierno también rechazó órdenes de varios países, incluso de Afganistán, Birmania, Burundi, Nigeria, Sri Lanka, Sudán y Turquía, porque violan los derechos humanos o se encuentran en zonas de conflicto.
Sudáfrica fue uno de los propulsores de una resolución de la Asamblea General de la ONU, adoptada en diciembre, para celebrar una conferencia internacional sobre el comercio ilegal de armas. Suiza ofreció ser sede del encuentro, previsto para antes del 2002.
La conferencia debe formular un plan de acción para combatir la proliferación de las armas livianas de acuerdo con las experiencias de los países, señala el gobierno sudafricano en su carta a Annan.
La resolución también faculta a Annan para iniciar un estudio, lo antes posible, sobre la factibilidad de restringir la manufactura y el comercio de las armas livianas.
Así mismo, la resolución propone el estudio de la creación, dentro del sistema de la ONU, de una única base de datos de fabricantes y comerciantes autorizados de armas livianas. (FIN/IPS/tra-en/td/kb/aq/ip/99
