La guerra de Sierra Leona amenaza la estabilidad de Africa occidental porque provoca divisiones entre los países de la región.
Sierra Leona es uno de los 16 integrantes de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS), establecida en 1975 para preservar la seguridad de la región.
ECOWAS restauró la democracia en Liberia y posibilitó el retorno al poder, en febrero de 1998, del presidente de Sierra Leona, Ahmed Tejan Kabbah, que había sido derrocado por soldados rebeldes en mayo de 1997.
Nigeria, una de las principales potencias militares de Africa, tuvo un rol protagónico en la restauración de la tranquilidad en ambos países.
El poder de los 20.000 soldados que tiene Nigeria en Sierra Leona fue doblegado, sin embargo, por el desordenado ejército rebelde de ese país, que este mes ocupó Freetown durante una semana.
"La batalla tuvo como resultado el incendio del sector de la ciudad sitiada por los rebeldes, y eso se podría haber evitado si Kabbah hubiese escuchado los llamados a la reconciliación realizados por las autoridades de Nigeria", sostuvo un analista político de Lagos.
"Se le aconsejó a Kabbah que intentara ser un poco más conciliador. Era de esperar que los publicitados juicios políticos a sus principales opositores estallaran de esta manera», señaló.
"Pero ECOMOG (encabezado por Nigeria), el brazo militar de ECOWAS, fue muy moderado, y por eso los rebeldes se apoderaron de parte de la capital hace dos semanas", afirmó.
"La operación de Sierra Leona se proponía restaurar la paz y la tranquilidad. Desearíamos evitar que la región se convierta en el escenario de una guerra", declaró un funcionario de Nigeria que comparte el punto de vista del analista de Lagos.
Nigeria advirtió a Liberia y otros países que no ayuden a los rebeldes de Sierra Leona.
Una declaración de Abuja, la semana pasada, advertía que el gobierno "observa con gran preocupación el nefasto papel que cumplen Liberia y otros países, dentro y fuera de la región, en Sierra Leona".
"Las acciones y las políticas de esos países no sólo subvierten las decisiones colectivas y los principios de nuestras reglamentaciones, sino que también hacen peligrar las relaciones entre los estados", señaló.
"No podemos mantener las relaciones de siempre con países que proveen balas que matan y mutilan a nuestros soldados", agregaba la declaración. Informes no confirmados revelaron que Liberia, Burkina Faso y Libia apoyan a los rebeldes.
"Esos tres países tienen un elemento común. El Frente Patriótico Nacional de Liberia, al que pertenece el presidente Charles Taylor, y el Frente Revolucionario, encabezado por el líder de los rebeldes, Foday Sankoh, recibieron entrenamiento en Libia", explicó un militar nigeriano.
El militar estuvo en Liberia y presenció las elecciones presidenciales de 1997, cuando Taylor fue elegido presidente.
"Los rebeldes utilizaban Burkina Faso como conducto hacia Libia, y a veces como campo de entrenamiento", aseguró. Liberia, Burkina Faso y Libia rechazaron las acusaciones.
"Nigeria debe dar el ejemplo y endurecer sus relaciones con esos países. Ya es tiempo de que Nigeria tome las riendas del asunto" si las acusaciones son ciertas, observó Opeodu Adele, politólogo de Lagos.
Nigeria invirtió 6.000 millones de dólares para mantener la paz en Liberia, entre 1989 y 1997. "Nigeria debe reaccionar en forma decisiva a la extraña situación en la que se encontró en Sierra Leona", explicó Adele.
Un funcionario de Nigeria descartó la posibilidad de una solución militar para Sierra Leona.
"Nigeria no busca una solución militar para Sierra Leona. Nos interesa la paz y siempre hemos promovido las negociaciones de paz entre los grupos que estaban en guerra. Ya lo hicimos en Liberia y en Guinea Bissau, y Sierra Leona no debería ser un problema", comentó.
La prensa de Nigeria se sumó al debate. "Taylor no ocultó nunca su apoyo a Foday Sankoh. Apoyó a Sankoh y su Frente Revolucionario en todo, incluso le brindó entrenamiento militar y le proveyó de armas", opinó Ebhohon Ikhurionan el lunes, en el Daily Times, de Lagos.
Ikhurionan señaló que los nigerianos piensan que en Sierra Leona "el tiempo se está agotando, lo que está en juego es nuestra integridad". (FIN/IPS/tra-en/ro/mn/ceb/aq/ip/99