Con el aval de cuatro organismos mundiales, expertos en temas de salud y mujer de 17 países diseñaron en México una estrategia para orientar los servicios médicos hacia el abatimiento de la mortalidad materna, que cobra 600.000 vidas al año en el mundo.
El Primer Taller Internacional sobre Servicios de Salud Amigos de la Mujer, que reunió a especialistas de organismos oficiales y no gubernamentales, analizó entre este martes y viernes los factores que inciden en la deficiente calidad técnica de los servicios de salud reproductiva y materna.
A pesar de que con el tema se relacionan el aborto y sus complicaciones, en las conclusiones del Taller no se hizo mención a los mismos, hecho que algunos participantes justificaron por "asuntos políticos".
El 99 por ciento de las 600.000 muertes anuales de mujeres por causas relacionadas al embarazo tienen lugar en los países en desarrollo, y podrían evitarse con servicios de salud adecuados, dijeron los participantes.
Con respaldo de la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y los fondos de las Naciones Unidas para la Atención de la Infancia (UNICEF) y de Población, los especialistas acordaron orientar la atención a la salud bajo el enfoque de los servicios Amigos de la Mujer,.
Esos organismos promueven brindar calidad en el servicio médico e involucrar a las mujeres en la toma de decisiones sobre su salud.
El taller determinó realizar consultas con los gobiernos y organizaciones no gubernamentales internacionales para desarrollar y mejorar la perspectiva de los Amigos de la Mujer, además de vigilar el cumplimiento de sus objetivos a través de una red de información planetaria.
Los servicios de salud Amigos de la Mujer puedan ser implementados en instituciones públicas y privadas así como en puestos y centros de salud, hogares y hospitales, señala la estrategia aprobada.
El encuentro estableció la realización de investigaciones más profundas para determinar la eficacia de los esfuerzos por proporcionar a las mujeres acceso fácil y oportuno a la conservación y recuperación de su salud reproductiva.
Según UNICEF, por cada mujer que fallece por causas relacionadas a la maternidad, 30 más sufren serios problemas de salud vinculados con su salud reproductiva.
El Taller desarrollado en México recomendó organizar en cada país un grupo de trabajo de alto nivel responsable del desarrollo de la estrategia para la puesta en marcha y la supervisión de los servicios de salud para la mujer.
Pero la meta no parece fácil si se considera que los recursos financieros son escasos.
El Population Reference Bureau, con sede en Washington, calcula que en los países pobres el gasto por cabeza en atención sanitaria es de 14 dólares, mientras en países de ingresos medios esa cifra asciende a 62 dólares.
Los acuerdos de México son resultado de un intercambio de experiencias entre especialistas de Bangladesh, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Georgia, India, Jamaica, Nigeria, Perú y Rumania, entre otros países.
La mortalidad materna fue el punto medular en las mesas de trabajo.
Sólo en Bolivia, donde la magnitud del problema quedó evidenciada apenas en 1994 tras una encuesta demográfica, la tasa promedio de mortalidad materna se sitúa en 390 decesos por cada 100.000 nacidos vivos y en algunas zonas rurales llega a 524 por 100.000.
Bolivia registra el índice más elevado de mortalidad materna en América Latina, seguida de Perú, con 270 muertes por cada cien mil nacidos vivos, frente a ocho registradas en Estados Unidos y cinco en Suecia.
Además, en Bolivia cada año más de 3.000 niños quedan huérfanos a consecuencia de la muerte de sus madres, mientras el rieso de fallecimientos por causas derivadas de la maternidad es 70 veces más alto que en cualquier país de Europa.
En las discusiones de los especialistas dos palabras fueron repetidas constantemente: dignidad y respeto.
Ambas fueron pronunciadas a cada momento para establecer los mecanismos que permitan mejorar las condiciones de vida de las mujeres y garantizar que éstas que éstas sean escuchadas, sin importar su raza, religión o condición social.
La mortalidad materna fue definida como una injusticia social y un problema de salud que requiere ser comprendido como una ausencia de derechos humanos de las mujeres.
Su combate requiere reformas legales, políticas y de educación y fuertes alianzas entre los gobiernos y las comunidades.
Aunque no apareció en el documento final de recomendaciones, el aborto fue un tema recurrente en las mesas de trabajo, que abogaron por brindar a las mujeres condiciones adecuadas para optar por una interrupción del embarazo sin riesgos de muerte.
Una representante de Bangladesh afirmó, tras señalar su origen musulmán, que para evitar las complicaciones de un aborto no deseado e inseguro, la salida es ofrecer servicios de salud adecuados en términos de calidad.
La chilena Mónica Riutort, directora de los programas para América Latina del centro canadiense de Colaboración en Salud de la Mujer, explicó a IPS que "dadas las restricciones de cada país, la recomendación (general) sobre el aborto es la mejor que se pudo haber dado" en el Taller.
"La dinámica política de los países no permite manejar el tema de otra manera", señaló Riutort. (FIN/IPS/pd-dc/dg/pr-hd/99)