PERU: Piedras contra el celibato sacerdotal

La guerra del celibato estalló en Mórrope, una pequeña ciudad de la costa norte de Perú, cuya población se levantó contra la destitución de un sacerdote católico con mujer y dos hijos.

Los apacibles 3.500 habitantes de Mórrope impidieron a pedradas el domingo que ingresara a la iglesia del pueblo el sacerdote Pedro Vásquez, designado por el Obispado para sustituir a Jorge Arbañil, sancionado por haber proclamado que tiene conviviente e hijos.

El incidente comenzó en la última semana del año pasado, cuando trascendió que el Obispado de la Diocesis de Chiclayo destituyó al Arbañil y le ordenó que entregara las llaves de la iglesia a su sucesor.

Según Arbañil, si no hubiera declarado su condición marital, el Obispado de Chiclayo "hubiera seguido haciendo la vista gorda, como en tantos otros casos".

Los sucesos de Mórrope provocaron el día 5 una polémica por televisión entre el obispo del Callao, Ricardo Durand, y Franz Wieser, dirigente de "Diálogo y Vida", una organización conformada por 40 ex sacerdotes que dejaron las sotanas para formar familia que realiza activa campaña contra el celibato.

"Cuando un joven entra al seminario se compromete a un conjunto de normas. Si no las puede cumplir, tiene derecho a renunciar al sacerdocio, pero no puede incumplir y seguir siendo sacerdote", expresó Durand.

En cierto modo, Durand le dio la razón a Arbañil al admitir que si no hubiera proclamado su condición "su falta sería menos grave, porque al proclamarla revela que no se arrepiente".

"Como se ve, más se condena el escándalo que el presunto pecado", comentó Wieser, un ex sacerdote nacido en Italia pero peruano por decisión y matrimonio.

"El celibato debe ser opcional, no obligatorio. Este reglamento no tiene origen en la Biblia sino que surgió en un concilio y otro concilio podría abolirlo", añadió Wieser, quien considera que la norma se mantiene como un instrumento de poder de la jerarquía católica sobre los sacerdotes.

"Dialogo y Vida" realizó el 8 de noviembre pasado un Congreso Nacional en Lima y decidió participar en el Quinto Congreso de la Federación Internacional de Sacerdotes Católicos Casados, que se celebrará el 28 de julio en Atlanta, Estados Unidos.

Arbañil dijo que admitió ante la jerarquía de la Iglesia Católica peruana que tenía pareja estable y dos hijos, "porque ya es tiempo de poner fin al celibato antinatural y a la hipocresía de muchos sacerdotes que esconden su vida sexual y no reconocen a sus hijos".

Esta actitud es respaldada por los feligreses de su ex parroquia, que declararon a los noticieros de televisión que preferían "un sacerdote casado a aquellos que tienen amantes escondidas e hijos sin apellido".

"Algunos curas serán castos pero en los pueblos la mayoría trata de seducir beatas o hacen algo peor, persiguen niños", expresó por su parte el alcalde de Mórrope, Oswaldo Sucupe.

En tanto, el frustrado nuevo párroco ingresó a Mórrope prudentemente acompañado por una comitiva de diáconos y laicos de Túcume, su ex parroquia, porque sabía que le esperaba una hostil recepción. Pero no había previsto un rechazo tan contundente.

De entre la multitud que le cerró el pasó salió una piedra que le hizo un corte de tres centímetros en la cabeza.

Tras expulsar al nuevo párroco, la multitud se dirigió a la casa de Arbañil, pidiéndole que recuperara su iglesia y oficiara misa en ella.

Pero el ex párroco se rehusó "para no cometer un delito, porque el inmueble es propiedad privada de la Iglesia", aunque anunció que celebraría misa en el cementerio local, que le fue ofrecido por el alcalde, pues la jerarquía católica puede impedirle ingresar a sus iglesias, pero no anular su ministerio.

Por consiguiente, las misas, bautizos y matrimonios que celebre tienen valor sagrado, aseguró.

El caso de Arbañil no es único en Perú. Según "Diálogo y Vida", hay al menos otros cuatro sacerdotes en su misma situación que siguen ejerciendo normalmente pese al veto de la jerarquía católica.

Los 40 integrantes de "Diálogo y Vida" afirman que siguen siendo sacerdotes, aunque no a tiempo completo, pues realizan diversos oficios para sobrevivir, pero celebran misas, para sus familias y amigos.

"La jerarquía pretende ignorar que esos sacerdotes destituidos siguen ejerciendo, pero no puede impedirlo porque se trata de parroquias muy aisladas y pobres, a las que nadie quiere ir", señaló José Ruillon, un ex sacerdote jesuita que ahora administra con su esposa un restaurante en Lima.

En Yurimaguas, el obispo de la Diócesis ratificó al sacerdote José López Hermosillo, con pareja y dos hijos, como párroco de la iglesia de San Lorenzo, "porque simplemente no tenía a quien poner", añadió.

Se estima que unos 400 sacerdotes han desertado en Perú en los últimos años, en rechazo al celibato.

El experto español Pepe Rodríguez dice en su ensayo "La vida sexual y el clero", que "el temor a la miseria y la inseguridad retiene a muchos sacerdotes en una profesión de la que desearían salir, principalmente alrededor de los 40 años de edad, cuando la crisis sexual se hace sentir más".

Rodríguez sostiene que el 64 por ciento de los sacerdotes españoles consultados en su encuesta admitieron haber tenido relaciones sexuales a partir de los 40 años. (FIN/IPS/al/ag/cr/98

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