La reducción del área sembrada de coca en Perú tiene interpretaciones diferentes: mientras las autoridades sostienen que los resultados obtenidos en los últimos tres años abren paso a la etapa de promoción de cultivos alternativos, analistas independientes afirman que el éxito es sólo aparente.
"El triunfalista anuncio del gobierno peruano es sólo un éxito virtual", afirma el experto Roger Rumrill. "Es engañoso porque no responde a la eficacia real de los instrumentos de interdicción ni de los programas de sustitución de cultivos, de modo que en cualquier momento aumentarán los cultivos de coca».
Rumrill asegura que "se trata de un resultado coyuntural generado por la decisión de las organizaciones colombianas de narcotraficantes de sembrar en el territorio de su propio país la coca que transforman en cocaína".
Como consecuencia de la expansión de las plantaciones de coca en Colombia cayeron la demanda y los precios de la hoja en Perú y Bolivia, dice el experto, pero anota que se advierte desde octubre pasado un repunte en los precios y se está pagando tres dólares el kilogramo, cuatro veces mas que en enero de 1998.
Las declaraciones de Rumrill responden al anuncio formulado el fin de semana pasado por el jefe de la División Nacional Antidrogas, Dennis Del Castillo, quien proclamó que en 1998 sólo se sembraron y cultivaron 51.000 hectáreas.
Esto significa una reducción del 26 por ciento en relación con el área sembrada en 1997, precisó Del Castillo y destacó que en los tres últimos años la reducción global asciende a 56 por ciento.
"Estos resultados marcan el inicio próximo del turno de los programas a gran escala de cultivos alternativos, que emprenderemos en base a la reciente Ley de Promoción de la Inversión en la Amazonía", aseguró.
El jefe de la División Antidrogas comentó que la mencionada Ley ante la comunidad internacional, "para buscar respaldo financiero a los programas de cultivos alternativos que sustituyan las plantaciones de coca".
El presidente Alberto Fujimori aprovechará el previsible respaldo internacional a la erradicacion de cultivos de coca para reducir las tensiones en la región amazónica, cuya población se opone a las concesiones otorgadas a Ecuador en el Acuerdo de Paz firmado en octubre pasado, según analistas peruanos.
El rechazo a este Acuerdo provocó disturbios en Iquitos, la más importante ciudad selvática de Perú, durante los cuales fueron incendiados varios edificios y murieron seis personas.
El anuncio del gobierno sobre la reducción efectiva de las plantaciones de coca en la selva peruana fue respaldado por el embajador de Estados Unidos, Dennis Jet, quien declaró que las observaciones satelitales efectuadas por su país confirmaban el informe de la División Nacional Antidrogas de Perú.
Jet senaló que también Bolivia obtuvo un éxito importante en la erradicación de coca, pues en 1998 la extensión sembrada en su territorio bajó en 17 por ciento.
Fuentes de la División Antidrogas aseguran que debido al éxito en la erradicación de los cultivos de coca, Perú fue propuesto como copatrocinador de la XVII Conferencia Internacional para el Control de Drogas, que tendrá lugar en febrero próoximo en Washington.
A esta Conferencia, organizada por la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), asistirán representantes de Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, así como del programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID).
La misma fuente senaló que a partir de marzo se iniciarán operaciones antidrogas multinacionales en los países mencionados, con el propósito de desmantelar las "redes corporativas" creadas por las organizaciones del narcotráfico.
Por otro lado, fuentes gubernamentales en Washington revelaron que este año la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos intensificará su respaldo a la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de dicho país en los programas de erradicación de coca en Perú, Bolivia y Colombia.
Según analistas independientes estadounidenses, tras el fin de la guerra fría, la CIA ha redifinido sus objetivos, colocando ahora a la lucha contra las drogas en el mundo como una de sus prioridades.
Los dispositivos satelitales que la CIA utilizaba en la década del 50 para observar desplazamientos de las fuerzas militares dentro de la ex Unión Sovietica, y para controlar la producción de trigo en ese país, se usan ahora para controlar las plantaciones de coca y amapola en todo el mundo.
Washington se encuentra a la espera de que el gobierno de Perú responda al pedido de facilidades para los aviones y helicópteros que controlan el espacio aéreo en los operativos antidrogas, que deberán abandonar en mayo próximo la Base Howards, en Panamá.
Fujimori descartó la posibilidad de instalar una base militar norteamericana en territorio peruano, de modo que las negociaciones sobre este tema se refieren sólo a facilidades para los servicios de mantenimiento y abastecimiento de combustible.
El mismo pedido ha sido formulado a los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Honduras y el Salvador, pero a las autoridades antidrogas norteamericanas les interesa el uso de pistas de aterrizaje en la Amazonia peruana por su cercanía a la zona donde han instalado sus plantaciones de coca los carteles colombianos. (FIN/IPS/al/ag/ip/99