El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) solicitó a los países miembros de la ONU 136 millones de dólares para enfrentar el creciente estado de emergencia de millones de mujeres y niños de todo el mundo.
La directora ejecutiva del organismo, Carol Bellamy, declaró ante el consejo ejecutivo el martes que necesita la ayuda de emergencia para asistir a 48 millones de mujeres y niños que padecen guerras, desastres naturales y otras crisis en 20 países.
"Tan sólo cuatro años atrás, Unicef trabajaba con sus socios en 15 países golpeados por este tipo de crisis. Hoy, el número subió a más de 55, la mayoría afectados por guerras civiles, y en todos hay situaciones que amenazan profundamente las vidas y el bienestar de niños y mujeres", dijo Bellamy.
Sobre todo, funcionarios de Unicef sostienen que las reglas de la guerra cambiaron en las últimas décadas y que cada vez más mujeres y niños sufren las consecuencias.
Nils Kastberg, director de operaciones de emergencia de Unicef, dijo que las mujeres y los niños se convirtieron en objetivos de guerra, lo que "casi no tiene precedentes" ya que al principio del siglo sólo eran cerca de cinco por ciento de todas las víctimas de los enfrentamientos armados.
"Hay una creciente falta de respeto por la santidad de los hospitales, de las escuelas" y de otros sitios que antes estaban vedados a los combatientes, argumentó Kastberg. Ahora, muchos grupos utilizan esos lugares como escenario para los ataques, aseguró.
Antes, "las guerras eran entre los países", señaló Urban Jonsson, director regional de Unicef para Africa oriental y austral. Ahora que muchos de los conflictos se libran dentro de los países, "los grupos ya no parecen respetar las reglas del juego", comentó.
Bellamy dijo el martes que varios conflictos, incluso muchos en Africa, amenazan la supervivencia de millones de mujeres y niños.
"Pienso en el conflicto de Sierra Leona, donde se calcula que 10.000 niños fueron alejados de sus familias, muchos reclutados por la fuerza como soldados o mutilados y explotados sexualmente", dijo.
"Pienso en República Democrática de Congo, donde la guerra ya desplazó a más de medio millón de personas, 300.000 de ellos niños", agregó.
Bellamy también se refirió a los trastornos que provocan las guerras en Afganistán, Ruanda y Sudán, las crisis económicas en Rusia, Indonesia y el resto del sudeste de Asia, las sanciones económicas de la ONU contra Iraq, y desastres naturales, como las inundaciones en China y Bangladesh y el huracán Mitch que asoló a América Central en octubre.
Para mejorar la respuesta a estas emergencias, dijo Jonsson, Unicef comenzó a adoptar programas para utilizar los fondos existentes con el fin de preparar al personal del organismo para las crisis futuras.
Con ese entrenamiento, el organismo podrá distribuir los fondos de emergencia con mayor eficacia, una vez que ocurran las crisis, afirmó.
"Queremos estar capacitados para movilizar al personal con rapidez. Este cambio de Unicef es fundamental", manifestó Jonsson.
Las agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) siempre tuvieron que enfrentar emergencias, y en los últimos años la tarea recayó con mayor fuerza en Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Pero Unicef no había tenido que pasar tantas crisis como ahora, aseguró Jonsson.
Bellamy procura que todos los organismos de la ONU, incluso el Consejo de Seguridad, tengan una mayor participación en las gestiones para coordinar las reacciones de emergencia.
Unicef se propone en junio informar sobre el avance de los derechos de la infancia en Africa, incluso de las mujeres y niños como objetivos de la guerra, como parte de su esfuerzo de este año para concentrar la atención internacional en las crisis del continente. (FIN/IPS/tra-en/fah/kb/aq/dv/99