MALASIA: Tiempos difíciles para trabajadores de plantaciones

Sandanam Murugan se quedó sin empleo después de haber trabajado durante 19 años como recolector de caucho en una de las mayores plantaciones de Malasia, y sólo recibió 1.300 dólares de indemnización.

Para peor, es posible que Sandanam pierda la casa de ladrillo de dos dormitorios que le dio la firma en Padang Serai, estado de Kedah, donde vive con su familia, conformada por seis adultos y cuatro niños.

"Con la baja indemnización que se nos ofreció no podemos pagar el alquiler de una casa y mucho menos comprar una vivienda económica", afirmó.

Este tipo de viviendas cuestan entre 9.200 y 11.800 dólares desde que se aumentó el precio límite para estimular a los constructores a erigir más casas económicas. Esas sumas están fuera del alcance de recolectores desempleados como Sandanam.

Corren tiempos difíciles para los trabajadores de las plantaciones de caucho, cuyo sudor y esfuerzo en el pasado convirtieron a este país en el mayor productor de caucho del mundo.

Ahora, muchas compañías se deslumbran con la posibilidad de obtener mayores ganancias con el aceite de palma. Cada vez más firmas talan sus árboles de caucho y plantan palmeras, que necesitan menos trabajadores para su mantenimiento.

El aceite y los productos derivados de la palma superaron al caucho natural como importante fuente de ganancias. Representan ocho por ciento de las exportaciones, y sólo la electrónica y los productos eléctricos superan sus ingresos por exportación.

Antes de la recesión que se desencadenó en julio de 1997, grandes extensiones de tierra dedicada a la plantación de caucho y al aceite de palma se utilizaron para el desarrollo inmobiliario.

Los trabajadores de las plantaciones perdieron sus empleos y viviendas a cambio de una mísera compensación. Pero con la industria del caucho natural en decadencia, las compañías vuelven a dedicarse al aceite de palma.

Sólo en la zona de Kedah se vendieron más de 10 plantaciones de caucho que se dedicarán al cultivo del aceite de palma o al desarrollo inmobiliario. "Lo mismo sucede en los estados de Perak y Selangor", dijo Ganesh Rasagam, activista de un comité de apoyo a los trabajadores agrícolas.

"El gobierno no tiene una política de indemnización justa o de vivienda alternativa para los trabajadores que pierden sus empleos", agregó. Como resultado, los trabajadores de las plantaciones de caucho de todo el país pierden sus empleos y sus viviendas.

Aproximadamente 90 trabajadores fueron despedidos de la plantación en que trabajaba Sandanam, y es probable que varias decenas más corran la misma suerte.

Entre los trabajadores que aceptaron la compensación, la dirección ofreció empleos a 27 de ellos en las plantaciones de palmeras, en los que estarán nuevamente a prueba. Pero en general las compañías prefieren contratar mano de obra extranjera para cosechar el fruto de la palma.

Pero los trabajadores de la plantación de Sandanam no dejan las cosas al azar.

Muchos no aceptaron la indemnización legal mínima, que consiste en el pago de 20 días por cada año de servicio para los empleados que trabajaron más de 5 años, y la paga de 15 días por año para los más nuevos. La mayoría gana cuatro dólares diarios, por lo que la compensación es muy baja.

Los empresarios afirman que las compañías no pueden pagarles más que el mínimo. Pero el empleador de Sandanam, por ejemplo, registró ganancias de más de 52,6 millones de dólares por año.

Sandanam y sus colegas ya recibieron dos notificaciones para que evacúen sus casas. Los trabajadores respondieron con denuncias ante la policía. "Al perder el empleo el tema más importante es la vivienda", dijo Shanmugavalli, un recolector de caucho. "La compensación que nos ofrecen es insuficiente".

Los trabajadores se quejan de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de Plantaciones no fue de mucha ayuda para los más de 300.000 trabajadores de 1.456 plantaciones, a pesar de las altas cuotas de afiliación impuestas a los miembros del sindicato.

"Hasta ahora, el sindicato no consiguió ningún avance con respecto al tema de la compensación", afirmó Singam Maniam, otro activista.

Los activistas afirman que los trabajadores de las plantaciones son explotados y oprimidos.

Generalmente, los trabajadores recolectan el látex de hasta 600 árboles diarios, desde las 6:00 de la mañana hasta el mediodía. Como se les paga por día, no ganan nada cuando no pueden trabajar, como en el caso de los días de lluvia.

El salario real se estancó en los últimos años. La mayoría de los trabajadores gana menos de 79 dólares por mes, de los que se deducen los aportes jubilatorios y de seguro contra accidentes, y para llegar a fin de mes deben conseguir un segundo empleo en fábricas cercanas.

Una cantidad considerable de los salarios de los trabajadores no va a parar a sus bolsillos.

En el caso de la plantación de Sandanam, hay cuotas mensuales de afiliación al sindicato, una cuota por limpieza de bidones de látex y una cuota para verificar el contenido de agua en el látex. Estas deducciones suman entre 2,5 a 10 dólares más que se recortan del salario por mes.

Estas condiciones llevaron a los trabajadores a lanzar en 1997 una campaña nacional por una nueva estructura salarial en las plantaciones.

El 29 de diciembre, 250 trabajadores de 60 plantaciones y sus familias acudieron al Departamento de Quejas de la Oficina del primer ministro en Kuala Lumpur.

Las quejas se centraron en la falta de respuesta a seis cartas en que solicitaban una entrevista con el primer ministro para tratar la apremiante situación de los trabajadores.

Los manifestantes desplegaron una pancarta que decía: "El primer ministro ignora a los trabajadores de las plantaciones", sostenía una pancarta de los manifestantes, que exigieron la intervención del jefe de gobierno para proteger sus intereses.

También presionaron para obtener salarios calculados mensualmente en lugar de la actual estructura diaria, legado de la época colonial.

"Como la tierra es asunto de los estados, los gobiernos estatales deberían obligar por ley que se brinde viviendas alternativas a los trabajadores" despedidos de las plantaciones, afirmó Ganesh. (FIN/IPS/tra-en/an/js/at-aq/hd/99

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