KENIA: Gobierno denuncia incursión del ejército etíope

Kenia protestó formalmente ante Etiopía por una sangrienta incursión de fuerzas etíopes en su territorio, que fue resistida por tropas kenianas.

Soldados etíopes cruzaron la frontera de Kenia el fin de semana, cuando perseguían a fuerzas del insurgente Frente de Liberación Oromo (FLO), que intentan derrocar al primer ministro Meles Zenawi.

Catorce soldados etíopes y cuatro guerrilleros del FLO fueron muertos en la batalla librada en Kenia, mientras cuatro kenianos, entre los que se contaban policías, recibieron heridas, informó Stephen Kipkabut, un alto funcionario de la región norteña, dónde tuvo lugar el combate.

Pero residentes de la zona contactados por teléfono desde Nairobi dijeron que las víctimas kenianas fueron "numerosas", y que hay "varios" desaparecidos.

No obstante, Kipkabut aseguró que sólo tres kenianos que estaban de compras en territorio etíope fueron tomados como rehenes por los rebeldes.

Mientras, el FLO aseguró que su ataque "sorpresa" a las guarniciones de Sololo y Fanchana, cercanas a los límites con Kenia, causó la muerte a 60 soldados etíopes, y que "cientos" de efectivos "fueron heridos y tomados prisioneros".

La operación se debió a la intransigencia de las autoridades de Etiopía ante las demandas del pueblo Oromo, afincado en el sur, que reúne a 40 por ciento de los 57 millones de habitantes de Etíopía, afirmó el FLO.

"Después de haber hecho sinceros esfuerzos en los últimos siete años, el FLO no tiene otra posibilidad que la de iniciar la acción armada y defender al pueblo Oromo y a sí mismo de los ataques" de las fuerzas gubernamentales, expresaron los rebeldes en una declaración pública.

La embajada de Etiopía en Nairobi se negó a comentar el comunicado del FLO. "El embajador hará declaraciones cuando Adis Abeba así lo disponga", dijo un diplomático etíope.

La región de Kenia en que ocurrió el incidente, fronteriza con Etiopía y Somalia, es un territorio semiabandonado, de escaso interés económico, sin carreteras ni escuelas y con un hospital mal equipado. Por eso se convirtió en refugio de fuerzas irregulares.

"El ataque prueba que Kenia es ahora un lugar seguro para las milicias de Oromo", advirtió el parlamentario opositor Adan Keynan, que acusó al gobierno de Kenia permitir la presencia del FLO.

Hombres armados, presuntos miembros del FLO y de las etnias kenianas borane y gabra, mataron el año pasado a 142 kenianos de origen somalí debido a una disputa por tierras de pastoreo en el remoto distrito de Wajir, unos 650 kilómetros al noroeste de Nairobi.

El FLO y el gobierno de Etiopía deslindaron su responsabilidad en el caso.

Abdirizak Arale, del Foro del Norte por los Derechos Humanos y la Democracia, una organización no gubernamental de la región afectada, exhortó al presidente Daniel Arap Moi a proteger a la población del área fronteriza de las incursiones del FLO.

"¿Cuánto tiempo más habrá visitas de muerte y martirio a los habitantes del norte, especialmente a los de origen somalí?", se preguntó el Foro esta semana, en una declaración divulgada en Nairobi.

El FLO mantiene 2.000 guerrilleros en territorio de Kenia, según informes extraoficiales y no aceptados por el gobierno de Arap Moi.

El FLO se separó del gobierno de unidad nacional de Etiopía en 1992, tras denunciar fraude electoral y prácticas represivas del Frente Revolucionario Democrático del Pueblo, del primer ministro Zenawi. (FIN/IPS/tra-en/pn/mn/ceb-ff/99

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