El gobierno de Estados Unidos comunicó hoy su preocupación por la huida de narcotraficantes de los centros penitenciarios de Honduras, un hecho que, a su juicio, evidencia la fragilidad del sistema penal y puede favorecer la consolidación de las bandas de la droga.
La fuga de traficantes de narcóticos en los últimos dos meses "nos preocupa sobremanera y nos obliga a reforzar nuestro compromiso de combate a la narcoactividad con más recursos y apoyo para la policía" hondureña, dijo el embajador estadounidense en Honduras, James Creagan.
"Nosotros creemos que si no se pone un alto a estas fugas espectaculares, los narcotraficantes no temerán a la justicia y se ramificarán por todo el territorio, especialmente ahora que el país esta sumido en labores de reconstrucción tras los desastres causados por el huracán Mitch", señaló el embajador.
Según Creagan, la incomunicación en que han quedado algunas zonas del país tras el paso del huracán favorece a los narcotraficantes y por eso, Estados Unidos considera incrementar la ayuda anual de 200.000 que destina a Honduras para la lucha contra el narcotráfico.
De momento, Washington se propone otorgar a la policía equipo de apoyo logístico, poner en práctica programas de capacitación de los jueces, agentes y fiscales y colaborar en la modernización de la justicia penal.
La preocupación estadounidense se debe especialmente a la huida de la cárcel de Juan Ramón Hernández, vinculado a una cartel de narcotraficantes que opera en la costa atlántica de Honduras y responsable de la muerte de siete personas hace seis meses en la localidad de Tocoa, en la misma región.
Hernández y el coronel Wilfredo Leva Cabrera, también prófugo de la justicia, son señalados por las autoridades hondureñas como cabecillas del llamado "cartel del Golfo", que tendría vínculos con organizaciones delictivas de Colombia y Jamaica.
La Fiscalía del Estado asegura que el cartel del Golfo utiliza el territorio de Honduras para la venta y depósito de cocaína, y sospecha que también participa en el tráfico de armas en Colombia y México.
Leva Cabrera está prófugo desde hace seis meses y, si ben se ha denunciado su presencia en el norte del país, la policía de esa zona arguye que no puede capturarlo, porque está protegido por un grupo de sicarios fuertemente armados.
En cuanto a Hernández, que había sido perseguido durante ocho años, incluso por la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos), escapó hace un mes de las puertas de la Penitenciaría Nacional, tras pagar un soborno de un millón de dólares a custodios y oficiales de policía.
La Penitenciaría Nacional, situada en la localidad de Támara, a 20 minutos de la capital, era considerada de máxima seguridad por las autoridades. Pero varios reclusos acusados de narcotráfico huyeron en los últimos meses del lugar.
La ministra de Seguridad, Elizabeth Chiuz Sierra, señaló dificultades para capturar a los fugados. "Mientras nosotros los seguimos con armas viejas, ellos portan modernos fusiles y ametralladoras. No podemos arriegar a nuestros agentes", afirmó.
Según la policía, Honduras es desde los años 70 puente del contrabando de drogas de América del Sur a Estados Unidos y en los últimos ocho años, su territorio es también utilizado para almacener cocaína. (FIN/IPS/tm/ff/ip/98
