El advenimiento del euro, la moneda común europea nacida al despuntar este año, podría ser el punto de partida de una nueva guerra fría, pero en el área financiera y económica, según temen comentaristas estadounidenses.
Se necesitarán otros tres años para que el euro comience a circular en forma de billetes que llevarán una "e" minúscula en relieve entre dos barras paralelas. Pero ya hizo su aparición como moneda de referencia el 1 de enero y el lunes irrumpió en los mercados de cambios.
Según el primer ministro britanico Tony Blair, del Partido Laborista, el euro se ha convertido "en la segunda moneda del mundo", detrás del dólar.
Analistas políticos y económicos de Estados Unidos temen que Europa utilice el euro de ariete para desafiar la supremacía del dolar y debilite el liderazgo político de Washington.
El escenario del conflicto serían las reservas internacionales de los países de todo el mundo, 60 por ciento de las cuales están denominadas en dólares.
Una nueva moneda de reserva podría desplazar fondos actualmente invertidos en títulos estadounidenses que Washington emplea para financiar su déficit comercial de 200.000 millones de dólares.
Además, el dólar "tendrá un rival poderoso para poner precio a productos que se comercian internacionalmente. En la medida en que esos productos son tasados en dólares, Estados Unidos se beneficia. Ahora, previsiblemente, perderá parte de esas utilidades", advirtió el columnista William Pfaff.
El ex secretario de Estado Henry Kissinger sumó su voz de predicador a la creciente marea de temores. "Es difícil percibir de qué manera podrá tener éxito la unión monetaria europea. Pero todavia es mas difícil imaginar que se permita su fracaso".
El avance del euro en los mercados internacionales "tendrá impacto en la alianza atlántica" que Estados Unidos y Europa mantienen desde hace 50 años, predijo Kissinger.
El ex ministro británico de Defensa Michael Portillo, del Partido Conservador, señaló que la Unión Europea (UE) se ha embarcado en un rumbo que "no estadounidense", que "muy posiblemente resultará antiestadounidense".
Por el momento, Gran Bretaña se mantiene apartada del euro, al igual que Dinamarca, Grecia y Suecia. Pero, como observó Blair el lunes, el mercado financiero de Londres es el hogar natural de esa moneda y "Gran Bretana quiere que tenga éxito. Dentro fuera del euro, vamos a jugar un papel activo para asegurar su vigor".
Tailandia y otros países ya han manifestado su intención de cambiar una parte de sus reservas de dólares a la nueva moneda, pero un movimiento más amplio en el mismos sentido sólo se dará gradualmente, opinó Robert Solomon, profesor invitado de Brookings Institution, un influyente grupo de estudios de Washington.
"Los bancos centrales evitarán seguramente una compra importante de euros, pues de hacerlo, perderían valor sus depósitos remanentes en dolares", dijo Solomon.
La caída de la demanda de dólares debilitaría la posición de Estados Unidos como nación "indispensable" en el mundo, como la caracterizan los funcionarios de Washington.
"La hegemonía siempre causa oposición, y la UE es el único actor internacional capaz de desafiar seriamente a Estados Unidos", comentó Pfaff.
"Europa se opondra a Estados Unidos debido a irreconciliables conflictos de intereses", incluyendo el euro y la creciente rivalidad en industrias estratégicas", agregó. Pfaff pronosticó una dura competencia entre las dos partes en la fabricación de aviones comerciales y militares, misiles y sistemas espaciales.
Como la estabilidad será la clave de la unión monetaria europea, Robert Wade, economista político de la Universidad Brown, prevé una cerrada oposición de la UE a la vision estadounidense de mercados financieros libres.
Los europeos ven la unión monetaria "sobre todo como un proyecto político, y están dispuestos a pagar un alto costo económicos con tal de sostenerlo", afirmó Wade en el periodico Politica Exterior.
La UE "hará todo lo necesario para mantener el euro y la unión monetaria en la buena senda frente a la actual crisis global, incluyendo la aplicación de controles para regular los flujos de capital", aseguró.
A largo plazo, el euro podría ser una irresistible moneda de reserva. Como senaló el economista Lester Thurow, la seguridad de sus colocaciones es una de las principales preocupaciones de los inversionistas.
"Estados Unidos, considerado como un banco, soporta un déficit comercial de más de 200.000 millones de dolares por año y debe al resto del mundo mas de un billón. La UE, por su parte, presenta superávit comercial ante el resto del mundo y es acreedora. ¿En qué banco colocaria usted su dinero?", preguntó Thurow.
Sean o no justificados los temores de una nueva guerra fría en materia económica, "Washington tiene la oportunidad de hacer un examen introspectivo", dijo Pfaff.
"Toda nación hegemónica es orgullosa en extremo y, como contrapartida, es objeto de envidia, resentimiento y amenazas externas. Pero, ¿estaría dispuesta a ceder voluntariamente parte de su poder?", se preguntó Pfaff, para responder negativamente.
"Tampoco se ha analizado" suficientemente si Estados Unidos "tiene en realidad recursos intelectuales y morales para ejercer un papel hegemónico", agregó.
"Estas consideraciones cobran importancia en un momento en que está a punto de comprobarse que el siglo XXI no será un siglo estadounidense", expreso.
El euro será la moneda única de la UE en el 2002. Por ahora, ha sido adoptado por 11 de los 15 paises de la Unión: Austria, Bélgica, Alemania, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Espana. (FIN/IPS/tra-en/aa/kb/ego- ff/if/99