En una primera reacción oficial ante el agravamiento de la crisis internacional tras la caída del real en Brasil, el gobierno de Chile dispuso hoy una drástica reducción de 28 por ciento en la inversión prevista en las empresas públicas para este año.
Joaquín Vial, director de Presupuesto del Ministerio de Hacienda, dijo que el menor gasto de las empresas del Estado "contribuirá a un ajuste ordenado de la economía en medio de un ambiente de alta incertidumbre".
Con esta decisión, el gobierno del presidente Eduardo Frei acentuó la política de austeridad resuelta en noviembre de 1998, cuando se dispuso un virtual congelamiento del gasto público para el presente año.
Ni Vial ni el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, vincularon el nuevo recorte de la inversión al renovado embate de la crisis internacional, desatado el miércoles, cuando Brasil dispuso una devaluación de nueve por ciento del real.
Tanto el gobierno como dirigentes empresariales y expertos académicos coinciden en que la economía chilena se mantiene en condiciones suficientemente sólidas para resistir los embates del llamado "efecto caipirinha".
El presidente de la Asociación de Bancos, Hernán Somerville, dijo este viernes que el mayor impacto de la crisis brasileña debe recaer sobre Argentina y que la economía chilena debe hacer esfuerzos para diferenciarse del resto de América Latina.
Los primeros análisis indican que el sistema bursátil chileno sufri ó relativamente los coletazos de la devaluación en Brasil, que provocó el jueves bajas generalizadas en todas las bolsas.
Este viernes, la decisión brasileña de liberar la flotación del dólar, que en los hechos implicó una nueva devaluación del real, repercutió en una recuperación bursátil que también llegó a Chile.
El índice de precio selectivo de acciones (IPSA) de la Bolsa de Comercio de Santiago tuvo este viernes un alza en torno a 2,7 por ciento, en una de sus primeras jornadas positivas en el curso de este mes.
El jueves, el IPSA registró una caída de 2,66 por ciento, lo cual fue calificado como aceptable frente a la magnitud de los retrocesos en otros mercados bursátiles.
El dólar, cuya cotización en el mercado libre aumentó el miércole s a 475 pesos, se mantuvo en ese mismo rango el jueves, y este viernes tuvo una ligera alza, para llegar a los 476 pesos.
Tanto las señales bursátiles como cambiarias son interpretadas como demostración de la capacidad de Chile para evitar una debacle en su economía como consecuencia del "efecto caipirinha".
Sin embargo, es en terreno de los impactos comerciales donde se plantean los mayores focos de preocupación.
Una recesión declarada en Brasil que se expanda a Argentina, afectará no sólo a los dos principales actores del Mercado Común del Sur (Mercosur), sino también a dos de los mayores socios comerciales de Chile.
Entre enero y noviembre de 1998, Chile realizó exportaciones por 674 millones de dólares a Argentina y por 710,2 millones a Brasil. La suma de los dos países es más de la mitad de lo exportado a toda América Latina.
La crisis internacional, con el cierre de mercados y caídas en los precios de materias primas como el cobre, significó el último año a la economía chilena una merma en sus ingresos de 2.000 millones de dólares.
El gobierno de Frei teme que en la medida de que disminuyan los ingresos por exportaciones aumente el déficit en su cuenta corriente y se afecte el buen nivel de reservas internacionales que mantiene el Banco Central.
Es bajo esa perspectiva que el gobierno de Frei está empeñado en rebajar el gasto público y que se explica la reducción de las inversiones en las empresas del Estado anunciada este viernes.
La reducción de 28 por ciento implicará un ahorro efectivo de 430 millones de dólares, que afecta a todas las empresas estatales, incluyendo a la Corporación del Cobre, principal generadora de divisas del país. (FIN/IPS/ggr/if/99)