El primer ministro de Camboya, Hun Sen, reclamó que la investigación de los crímenes contra la humanidad del Jemer Rojo sea ampliada e incluya el genocidio causado por los bombardeos de Estados Unidos durante la guerra de Indochina.
Se estima que los ataques de la fuerza aérea estadounidense, realizados entre 1969 y 1973 contra supuestos infiltrados en Camboya del ejército norvietnamita, mataron a más de 600.000 campesinos y provocaron el desplazamiento forzoso de millones de personas.
Muchos historiadores y analistas afirman que la brutalidad de los bombardeos impulsó a grandes sectores de la población a unirse al extremista Jemer Rojo, haciendo posible su ascenso al poder en 1975 bajo el liderazgo de Pol Pot, fallecido en 1998.
Se estima que 1,7 millones de personas fueron ejecutadas o murieron debido a torturas, hambre o exceso de esfuerzo en los campos de trabajo durante el gobierno del Jemer Rojo, entre 1975 y 1979.
La investigación del papel de Estados Unidos en el genocidio de Camboya no es un tema nuevo. Intelectuales y activistas por los derechos humanos la plantearon con frecuencia en el pasado.
En una carta al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, Hun Sen afirmó que cualquier tribunal que se cree debería investigar la muerte de camboyanos entre 1970 y 1998, y que la indagatoria debería comprender el papel jugado por Estados Unidos, China y otros países.
"Después de llevar a cabo el genocidio y de ser expulsada del poder, la organización política y militar de Pol Pot continuaba existiendo", dijo Hun Sen en su carta a Annan.
Con el respaldo de China y Estados Unidos, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, el Jemer Rojo mantuvo el reconocimiento de ese organismo como gobierno legítimo de Camboya, después de su derrocamiento en 1979 por el ejército vietnamita respaldado por milicias disidentes.
Según el primer ministro, una mirada más profunda al período posterior al derrocamiento del Jemer Rojo es inevitable.
Miles de personas murieron durante la guerra civil entre el gobierno y el Jemer Rojo, y a causa del embargo internacional patrocinado por Estados Unidos contra el país durante los años 80.
Los críticos de Hun Sen sostienen que al pedir una investigación más amplia, el primer ministro intenta demorar y diluir los reclamos para que los ex líderes del Jemer Rojo sean conducidos ante la justicia.
El mes pasado, Hun Sen dio la bienvenida en Phnom Penh a Khieu Samphan y Nuon Chea, dos líderes del Jemer Rojo, y sugirió la posibilidad de establecer un acuerdo con la organización si ésta retornaba a la legalidad.
Hun Sen, que desempeñó un papel clave en la neutralización del Jemer Rojo como fuerza militar, mediante el uso de la fuerza y alentando las deserciones, se retractó posteriormente y reiteró la necesidad de enjuiciar a los dirigentes de esa organización.
Aún no hay reacción oficial de Estados Unidos ante el pedido de Hun Sen, pero las referencias del primer ministro camboyano a que el Jemer Rojo también recibió apoyo de Tailandia fueron rechazadas enfáticamente por el gobierno tailandés.
A pesar de la existencia de pruebas acerca del papel que desempeñó Tailandia, desde 1980, como país de paso para el suministro de armas al Jemer Rojo y refugio de sus tropas, el primer ministro tailandés, Chuan Leekpai, afirmó que no había existido "ningún apoyo de ese tipo en ningún momento".
La oposición a que se investiguen los períodos anterior y posterior al gobierno del Jemer Rojo también provino desde ángulos inesperados.
Entre quienes instaron al gobierno a ceñirse al plan original de investigar sólo el período 1975-1979 estuvo Thomas Hammarberg, representante de la ONU en la cuestión de los derechos humanos en Camboya.
Luego de una reunión con Hun Sen para aclarar el tema, Hammarberg dijo que el primer ministro le aseguró que la ampliación de la indagatoria no era una condición previa para continuar con el juicio a los líderes del Jemer Rojo.
Hammarberg indicó que el trabajo para establecer un tribunal podría comenzar a fin de año, y agregó que un equipo de juristas de la ONU presentará el mes próximo propuestas a Annan sobre la forma y el lugar del juicio.
Estas propuestas se transmitirán oficialmente al gobierno de Camboya y se espera que se hagan públicas en marzo.
"Con independencia de los motivos de la propuesta de Hun Sen, el hecho es que Estados Unidos fue uno de los principales protagonistas de la destrucción de Camboya, y para que haya justicia su papel también debería ser investigado", dijo un diplomático asiático en Phnom Penh.
El diplomático admitió que probablemente la idea no tenga mucho apoyo, porque implica enfrentarse al poder político y de propaganda de Estados Unidos, que nunca aceptó ninguna responsabilidad moral por sus políticas en Indochina y aún considera que fue "parte agraviada" en aquel conflicto.
"Todas las víctimas necesitan justicia, no sólo las que asesinó el Jemer Rojo", dijo François Ponchaud, un conocido misionero francés en Camboya y uno de los primeros en exponer al mundo las atrocidades cometidas por el Jemer Rojo, en su libro "Camboya: Año cero en 1976".
Una de las primeras investigaciones independientes del conflicto en Camboya, realizada por una comisión finlandesa de académicos entre 1980 y 1981, concluyó que los bombardeos de Estados Unidos, además de matar a miles de personas, "destruyeron casi por completo la estructura social tradicional".
Casi dos millones de camboyanos fueron obligados a abandonar los lugares en que vivían a causa de los ataques de la aviación estadounidense, que lanzó 530.000 toneladas de explosivos sobre ese país, tres veces más que los arrojados sobre Japón durante la segunda guerra mundial.
Durante los bombardeos de 1969-1973, la producción de arroz en Camboya cayó casi 70 por ciento, mientras 75 por ciento de los animales de granja resultaron muertos, y se destruyó gran parte de las pequeñas industrias y más de 40 por ciento de la red de carreteras.
Algunos analistas atribuyen parte de los más de 1,7 millones de muertes ocurridas durante el gobierno del Jemer Rojo a las duras condiciones creadas por la guerra precedente.
"Los verdugos no están dispuestos a proporcionar detalles exactos, y las víctimas rara vez pueden hacerlo", observó el historiador Gabriel Kolki, al escribir sobre la actuación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam. (FIN/IPS/tra-en/hd/bs- ss/js/at/nc/mp-ff/ip-hd99