CAFE: Brasil exportó más volumen, pero ganó menos dinero

Brasil obtuvo 2.328 millones de dólares el año pasado por la exportación de 16,58 millones de sacos de 60 kilos de café, informó hoy la Asociación Brasileña de Exportadores del producto (Abecafé).

El volumen exportado fue 14,5 por ciento mayor que en el año anterior y el más elevado desde 1992, pero los ingresos bajaron 15,2 por ciento.

El año 1997, con 2.745 millones de dólares, fue el mejor para los exportadores brasileños desde 1984, con el excelente precio obtenido, de 190 dólares promedio por saco. El precio cayó el año pasado a 140 dólares, por un desplome en el segundo semestre.

La buena cosecha brasileña, de 35,35 millones de sacos en la cosecha 1998/1999, determinó la tendencia, al permitir un gran aumento de la oferta del mayor productor y exportador mundial.

La próxima cosecha, según estimaciones oficiales de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, será de 23 millones de sacos, volviendo al bajo nivel de 1997 y los tres años anteriores, afectados por las heladas y sequías que azotaron el centro-sur de Brasil en 1994.

Los dos semestres del año pasado tuvieron abruptas diferencias en lo que refiere al café. En el primero, Brasil exportó un promedio de solo 930.000 sacos a 186,20 dólares el saco. En el segundo, el volumen se casi duplicó a 1,8 millones de sacos, pero al precio de 119,35 dólares.

Los exportadores brasileños esperaban mayores ventas externas en noviembre y diciembre, en sustitución de la oferta de América Central, cuyos cafetales fueron destruidos por el huracán Mitch.

Pero la demanda internacional, sin embargo, se redujo ante el aumento de precios en octubre y noviembre. Por otra parte los caficultores brasileños retuvieron su producción, a la espera de mejores precios, al obtener del gobierno una prórroga del vencimiento de sus deudas, alejando necesidades financieras.

El café brasileño, determinante en el mercado mundial al dominar casi un tercio de las exportaciones, sigue con una oferta inestable, pese a la migración de los cultivos y otras medidas que procuran regularizar su producción y mejorar la calidad.

Desde las fuertes heladas de los años 70, la caficultura se redujo mucho en la región sur y en el estado de Sao Paulo, vulnerables a las bajas temperaturas, y se concentró en el estado de Minas Gerais, mayor productor nacional desde la década pasada.

En Minas Gerais crece el cultivo en las áreas de "cerrado", tierras semiáridas y de baja fertilidad, pero que permiten buena calidad, por la baja humedad en la época de cosecha.

Esa área, fuera del alcance de las heladas y también favorecida por la llanura que permite la mecanización, ya alcanzó una producción de cuatro millones de sacos, casi alcanzando al estado de Espíritu Santo, en el centro-este y latitud similar, especializado en café conillon, la variedad robusta brasileña.

La marcha cafetera hacia el norte llegó a Bahía, estado del nordeste, donde también hay áreas de "cerrado" y experiencias en irrigación.

Tras un período de desregulación, desde 1990, con la extinción del estatal Instituto Brasileño del Café, que imponía su orientación, el gobierno y el sector privado decidieron unirse en el Consejo Deliberativo de Política Cafetera para ordenar e impulsar el desarrollo de la caficultura y sus exportaciones.

La industria de torrefacción adoptó hace algunos años un exitoso programa de calidad y de aumento del consumo interno, actualmente estimado en 12 millones de sacos de 60 kilos. La meta era llegar a 15 millones en el 2000, pero parece poco factible ante la crisis financiera que enfrenta el país. (FIN/IPS/mo/mj/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe