BRASIL: Nuevo código de tránsito evitó mil muertes en carreteras

El Código Nacional de Tránsito vigente desde 23 de enero de 1998 contribuyó de forma decisiva a reducir la mortandad causada por vehículos en las carreteras federales de Brasil el año pasado.

Ocurrieron 6.808 muertes, 981 menos que las 7.789 del año anterior, una reducción de 12,6 por ciento. El total de accidentes cayó 4,45 por ciento, pero es aún muy elevado, 120.509, así como la cantidad de heridos, 60.281, pese a la disminución de 9,37 por ciento.

Esos datos se refieren solo a carreteras bajo jurisdicción de la Policía Federal de Carreteras, que es común a todos los estados. No comprenden los accidentes urbanos, más numerosos, y los ocurridos en las carreteras de jurisdicción estadual.

Los registros anteriores indican que en total mueren en Brasil cerca de 28.000 personas y resultan heridas unas 350.000 cada año, en la guerra que se libra en las carreteras y calles del país.

Pero esos primeros datos indican que la curva empezó a caer. Desde 1992 las estadísticas solo apuntaban aumentos en los accidentes, muertos y heridos en los 55.000 kilómetros de carreteras federales.

La nueva legislación de tránsito provocó un choque en la cultura de los conductores brasileños, al imponer fuertes sanciones a las infracciones, como la prisión por hasta ocho años y multas que pueden ascender a 800 dólares para los reincidentes.

El cinturón de seguridad se hizo obligatorio incluso en las ciudades, lo que explica mayor reducción de muertes que de accidentes totales.

El código estableció también la suspensión, por un año, de la habilitación para los conductores que sobrepasen 20 puntos negativos, en un sistema acumulativo que registra las infracciones, atribuyendo puntos según su gravedad.

En el estado de Rio de Janeiro las autoridades estiman en 20.000 los conductores inhabilitados por ese mecanismo. En caso de ser sorprendidos conduciendo algun vehículo, la sanción se duplica a dos años.

La aplicación rigurosa de la pena podría dejar la ciudad de Rio de Janeiro casi sin conductores de autobús, ya que constituyen gran parte de los castigados y son notorios por su imprudencia.

Esa situación produjo un nuevo comercio ilegal a cargo de conductores que se ofrecen para asumir los delitos en lugar de los verdaderos infractores, con el fin de evitarles la pérdida temporal de la habilitación. La sustitución puede costar 1.200 dólares, según avisos aparecidos en la prensa.

"La ley ser aplicada", aseguró el presidente del Departamento de Tránsito de Río de Janeiro, Eduardo Chuay, investido en el cargo esta semana. Los sancionados serán notificados por correo y tendrán 30 días para apelar ante una comisión especial, que analizará los pedidos de revisión de pena.

La reducción de las muertes en las carreteras revela "un aumento gradual de la responsabilidad de los conductores", evaluó Paulo Borde, jefe de Operaciones de la Policía de Carreteras.

Pese a la ley más rgida, el número de multas aplicadas en las carreteras se redujo de 2,3 millones en 1997 a 1,2 millones en 1998.

Pero el temor al castigo, en especial a la suspensión de la habilitación, originó más cautela, según el policía, quien lamentó, sin embargo, que el número de accidentes se mantiene "muy elevado" en el país.

La mayoría de los accidentes ocurren por falla humana, exceso de velocidad y maniobras peligrosas al rebasar otro vehículo. Dos tercios ocurren en tramos rectos, durante el día y buen tiempo, observó Borde.

Los accidentes de tránsito provocan medio millón de muertes al año en todo el mundo, dejando heridas a 15 millones de personas, según la Organización Mundial de Salud.

En Estados Unidos representan 42.000 muertos y pérdidas estimadas en 150.000 millones de dólares cada año, por lo que constituyen el rubro más costoso en tratamiento médico, según autoridades del país.

Los índices de Brasil figuran entre los más elevados del mundo en comparación con la cantidad de vehículos en circulación. Los costos alcanzan 10.000 millones de dólares anuales, según el médico David Duarte Lima, presidente del Foro por la Paz en el Tránsito, de Brasilia.

La esperanza es que la nueva legislación estimule una convivencia más pacfica con los vehículos automotores, que responden por 3,5 por ciento de las muertes ocurridas en el país. (FIN/IPS/mo/mj/he/98

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