BRASIL: Devaluación de nueve por ciento

Brasil modificó hoy su política cambiaria. El nuevo presidente del Banco Central, Francisco Lopes, anunció la fluctuación del real en una "banda larga", que en los hechos provocó una devaluación inmediata de nueve por ciento.

La banda será de entre 1,20 y 1,32 reales por dólar. Es previsible que la cotización salte al techo en los primeros días, ante las presiones negativas que afronta la economía brasileña en este inicio del año.

La cotización había ascendido el martes a 1,2112 reales por dólar para venta en el cambio comercial y la fuga de capitales superó 1.000 millones de dólares, un nivel similar al de septiembre, ante el impacto de la moratoria rusa.

La decisión coincide con cambios en la autoridad monetaria. Gustavo Franco renunció a la presidencia del Banco Central, alegando "razones personales", entre ellas el desgaste de cinco años en varios cargos de dirección en la entidad y la falta de contacto con su familia.

Lopes era el director de Política Monetaria del Banco Central y discrepaba de las orientaciones de Franco. Sus posiciones triunfaron ante las presiones financieras y políticas que hicieron insostenible la rígida política cambiaria vigente desde 1996.

Las bolsas brasileñas abrieron al mediodía con una hora de retraso, pero en menos de 15 minutos se suspendieron las transacciones.

Los índices de Sao Paulo y Rio de Janeiro cayeron más de diez por ciento, activando el "circuit breaker", mecanismo de interrupción automática de las operaciones ante grandes oscilaciones.

El presidente Fernando Henrique Cardoso, que comenzaba sus vacaciones en una playa del nordeste del país, regresó a Brasilia ante el huracán financiero que se espera en estos días, tanto en el mercado brasileño como en el internacional.

"No hay cambio de rumbo", aseguró Cardoso, en procura de tranquilizar el mercado ante las medidas.

"Los intereses caerán de acuerdo con el avance del ajuste fiscal" y Brasil cumplirá todos sus compromisos, añadió, al tiempo que reclamó a los bancos internacionales y otros gobiernos que "amplíen los créditos normales" al país.

Lopes, aún "presidente interino" del Banco Central hasta la aprobación de su designación definitiva en el Senado, declaró que el principal objetivo de la nueva política cambiaria es "permitir la reducción de los intereses" en el país y la consecuente reanudación del crecimiento económico.

Para eso, sin embargo, "es indispensable el ajuste fiscal" con la aprobación de sus medidas en el Congreso y aplicación efectiva, advirtió. La mayor flotación "solo hace posible mayor flexibilidad en la política monetaria", precisó.

La nueva banda no será fija. Sufrirá alteraciones cada tres días, por un mecanismo automático que la ampliará un punto porcentual cada año.

Los límites anunciados este martes permiten "una variación de cinco por ciento hacia arriba o hacia abajo en relación con el centro de la banda", que es de 1,26 reales por dólar.

Con la ampliación de la banda, esa posibilidad de variación se elevará a seis por ciento en enero del 2000 y a siete por ciento en enero del 2001.

Con esas medidas, en todo este año será posible una devaluación de 12 por ciento en el techo de la banda, previó Lopes.

Para efectuar esa "transición", Brasil cuenta con reservas de "unos 45.000 millones de dólares", sostuvo, contando con los más de 9.000 millones recibidos en diciembre del Fondo Monetario Internacional y otros países, en el marco de la ayuda acordada por un total de 41.500 millones de dólares.

"No hay ruptura en la política cambiaria. Su filosofa permanece" y las modificaciones constituyen "solo un perfeccionamiento en una dirección siempre prevista como correcta", afirmó Lopes.

"No se trata de una corrección del cambio", una devaluación brusca y considerable, como pretendían muchos economistas, sino de "acelerar la ampliación de la banda", aclaró. Ahora, un dólar puede valer 1,32 reales hoy y menos, hasta 1,20 reales, otro día.

El riesgo cambiario que representa la mayor flutuación dejará de favorecer al capital especulativo de corto plazo, que ya no se pretende atraer. El Banco Central cometió "un error al inicio de 1998, al estimular y permitir la entrada de ese capital", reconoció.

Brasil duplicó sus reservas cambiarias entre fines de 1997 y junio de 1998, pagando altos intereses, adoptados tras una fuga de 8.000 millones de dólares en octubre y noviembre de 1997 como consecuencia de la crisis asiática.

La política cambiaria ahora abandonada comprendía una banda larga, pero "era simbólica", porque efectivamente tenía vigencia solo la "intrabanda", permitiendo una flotación insignificante y una devaluación suave de 0,6 por ciento al mes.

Esa intrabanda, a la que el Banco Central empleó para devaluar 12 por ciento el real en 1997 y 1998, desaparece ahora. La duda es la capacidad del país para sostener esa nueva política cambiaria, evitando la fuga excesiva de capitales y el colapso que sufrieron otros países que intentaron salidas similares.

Lopes mencionó como ejemplo el caso de Israel, con un largo proceso de estabilización económica iniciada en 1985, y la adopción de bandas cambiarias también ampliadas gradualmente. (FIN/IPS/mo/mj/if/98

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