La moratoria de Minas Gerais dividió en Brasil a los gobernadores estaduales en dos bloques, a la vez que siguió provocando hoy el desplome de las bolsas y de los títulos de la deuda externa del país.
La Bolsa de Sao Paulo llegó a registrar una caída de hasta 9,5 por ciento durante este martes, cerrando el día en 7,7 por ciento, ante el deterioro de la confianza en el ajuste fiscal prometido por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
El índice paulista, un termómetro mundial, ya había acumulado pérdidas de 12,64 por ciento del jueves al lunes, como consecuencia de la moratoria decretada el día 6 por el gobernador de Minas Gerais, Itamar Franco, quien presidió Brasil de 1992 a 1994.
Los principales titulos brasileños, los C-bonds, caían 2,6 por ciento al promediar la tarde de este martes, siguiendo la tendencia iniciada el jueves pasado. Las bolsas de todo el mundo, especialmente las latinoamericanas, sufren los efectos de la crisis brasileña.
La turbulencia política es el nuevo combustible de la financiera. Los 18 gobernadores estaduales que apoyan al presidente Cardoso se reunieron en la nororiental ciudad de Sao Luis para condenar la moratoria.
Pero a la vez se manifestaron por la necesidad de bajar las tasas de interés en el país para reanudar el crecimiento económico y reducir el desempleo, abogando también por nuevas relaciones entre el poder central y los 26 estados brasileños.
La iniciativa fue una respuesta anticipada al encuentro de siete gobernadores de oposición, convocado por Franco para el día 18, en busca de adhesión a la moratoria o actuación conjunta contra la política económica de Cardoso.
En este mismo martes, el Partido Laborista Brasileño (PTB) anunció que abandonaría la coalición oficial, una amenaza hecha varias veces antes para reclamar mayor participación en el gobierno.
El partido es "desdeñado" por el gobierno y no recibe "contrapartidas" a su apoyo, justificó el diputado Paulo Heslander, líder de esa fuerza en el parlamento. En resumen, Cardoso tendrá que ofrecerles más cargos políticos para contar con los 30 votos laboristas en el Congreso.
El nerviosismo se vio agravado por versiones que apuntaban la salida del ministro de Hacienda, Pedro Malán, y del presidente del Banco Central, Gustavo Franco, así como una inminente devaluación.
Cardoso las desmintió, afirmando que Malán es esencial para el gobierno, y aseguró que "el mercado puede estar tranquilo" sobre la permanencia de las autoridades económicas y su orientación, en favor de la estabilidad monetaria.
El presidente reiteró que no habrá "renegociación" de las deudas estaduales, cuya restructuración fue acordada en los dos últimos años.
La moratoria de Minas Gerais ya comenzó a ser castigada con la retención de recursos que le debía transferir el Tesoro Nacional.
En el caso de ese estado, el contrato redujo su deuda al gobierno central en 1.660 millones de dólares, 10 por ciento del total, recordó el presidente.
Un plazo de 30 años e intereses de seis a 7,5 por ciento al año fueron concedidos a los estados, en la negociación de deudas por un total de 72.000 millones de dólares al cambio actual.
Hubo subsidios y reducción de la deuda para todos los estados, observó el presidente, ya que los intereses del Banco Central están en cerca de 30 por ciento. Pero el gobernador Franco justificó su moratoria argumentando que "no hay dinero siquiera para alimentar a los presos" del estado.
Su medida sólo representa la dilación por tres meses del pago de 80 millones de dólares mensuales al gobierno central, según Franco, quien calificó de incomprensible que provoque los efectos divulgados en las bolsas de todo el mundo.
Pero su decisión agravó la "crisis de confianza" que, según analistas del mercado e inversionistas, afecta a la economía brasileña. La rebelión de su estado, el segundo en importancia económica del país, indica mayores dificultades para cumplir el esfuerzo fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional.
La persistente fuga de capitales del país y señales de creciente resistencia a la política económica oficial, incluso entre antiguos aliados del presidente Cardoso, contribuyen al clima de pesimismo reinante. (FIN/IPS/mo/ag/ip-if/99
