/BOLETIN-DD HH/ TIMOR ORIENTAL: Australia investigará denuncias de masacre

Australia investigará una presunta masacre y torturas perpetradas en noviembre por soldados de Indonesia contra civiles de Timor Oriental.

El primer ministro interino, Tim Fisher, prometió la investigación el jueves, después de que la cadena de televisión SBS transmitió a todo el país imágenes filmadas en un campamento de guerrilleros timorenses.

La indagación de los hechos denunciados estará a cargo del Departamento de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Defensa. Los resultados obtenidos determinarán las relaciones futuras con el gobierno de Indonesia.

La decisión puede poner en aprietos al gobierno australiano, porque la versión de los militares de Indonesia se aproxima más al resultado de una investigación realizada por un equipo de la Cruz Roja Internacional, según el cual no hay evidencia clara de que se haya producido una masacre.

La filmación realizada por SBS, que según se afirmó fue sacada de contrabando de Timor Oriental, otorgaba credibilidad a las denuncias sobre una masacre de civiles en Alas, 175 kilómetros al sur de Dili, la capital del territorio ocupado por Indonesia.

Los militares y el gobierno indonesio rechazaron las acusaciones y aseguraron que sólo hubo cuatro muertes en Alas.

La SBS emitió una fotografía del cuerpo torturado y mutilado de un timorense al que, según se afirmó, los soldados habían arrancado las uñas y cortado la lengua. El informe incluyó también el testimonio de un hombre que relató haber sido duramente golpeado por los militares.

Indonesia invadió Timor Oriental, ex colonia portuguesa, en diciembre de 1975, y lo anexó un año después. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no reconoce al gobierno de ocupación y considera que Portugal sigue siendo el administrador del territorio.

Entre los antecedentes de la situación, se recuerda que en 1998 la prensa australiana obtuvo y publicó documentos clasificados que evidenciaron el ocultamiento, por parte de la entonces cancillería laborista de Australia, de una matanza consumada en 1991 por las fuerzas de ocupación en Timor Oriental.

Según grupos defensores de los derechos humanos, más de 200.000 personas, casi un tercio de la población de Timor Oriental, murieron en el enfrentamiento con los indonesios o por inanición y enfermedades resultantes de la ocupación.

Estos grupos afirman que las violaciones de los derechos humanos han sido muy frecuentes a lo largo de la ocupación, incluso mientras Indonesia y Portugal intentaban llegar a un acuerdo político sobre el territorio.

"El gobierno federal evaluará las evidencias. Es necesario hacer los mayores esfuerzos para averiguar si el año pasado ocurrió una masacre que el gobierno australiano consideraría con gran preocupación", declaró Fisher a la prensa.

Las denuncias de que se había producido otra matanza colectiva en Timor Oriental surgieron hace menos de dos meses, y provocaron una nueva protesta internacional contra las atrocidades cometidas por los militares de Indonesia.

Según afirman los denunciantes, los hechos se precipitaron a raíz del ataque del Frente de Liberación de Timor Oriental Independiente (FRETINIL), creado en 1974, contra una guarnición militar del pueblo de Alas.

De acuerdo con esa versión, tres soldados resultaron muertos en el ataque y 13 fueron tomados como rehenes, tras lo cual el ejército indonesio envió refuerzos y al menos 140 civiles debieron refugiarse en iglesias.

Grupos de Timor Oriental afirmaron que más de 50 personas fueron muertas por los soldados indonesios, como represalia por el ataque del FRETINIL. Informes posteriores anunciaron que cientos de personas tuvieron que abandonar Alas y trasladarse a Dili.

El ejército ocupante no permitió el acceso a Alas de una delegación de la ONU enviada para indagar la verosimilitud de los rumores acerca de la masacre.

Un agregado militar de Australia, que visitó Timor Oriental en diciembre, también se vio impedido de ingresar a esa localidad, y aseguró que no había evidencia suficiente para confirmar o desmentir las acusaciones.

La Cruz Roja Internacional, en cambio, pudo visitar Alas en dos ocasiones diferentes, y según Tony Fenner, director de la organización para el sudeste asiático, un equipo encontró escenas de un desastre pero ninguna evidencia de que hayan muerto 50 personas.

"Estuvimos entre dos y cuatro semanas en Alas. Lo que sabemos es que murieron seis personas de diversas localidades, y que hubo numerosos incidentes en el lugar y sus alrededores. Hubo tres personas desaparecidas y cientos huyeron de la zona", detalló Fenner el viernes a la Australian Broadcasting Corp.

"Es muy difícil calcular el número de muertos, aunque es seguro que en ese período hubo un empleo excesivo de la fuerza por parte de la policía, e incluso asesinatos como represalia. Lo único que puedo decir es lo que pudimos observar durante la misión", declaró Fenner.

Pero el asunto parece muy lejos de estar resuelto.

El obispo Carlos Ximenes Belo y José Ramos-Horta, dos timorenses que obtuvieron el premio Nobel de la Paz en 1996, aseguran que en Alas se cometieron nuevas violaciones de los derechos humanos, y la decisión del gobierno de Australia refuerza la credibilidad de sus denuncias.

El 21 de noviembre, Belo envió a la ONU una lista con los nombres de 11 personas que habrían sido asesinadas en Alas.

Pocos días después, el Centro de Derechos Humanos de Timor Oriental, con sede en Melbourne, declaró que tras un amplio cotejo de distintos datos, podía afirmar que unos 50 timorenses fueron ejecutados sin proceso judicial previo entre el 10 y el 16 de noviembre.

"Después de la caída del ex presidente de Indonesia, Alí Suharto, cuando se suponía que ese país estaba en plenas reformas democráticas, en Timor Oriental hay personas que sufren arresto arbitrario, y luego son torturadas y asesinadas. Esto sucede a diario en todo el país", afirmó Ramos-Horta. (FIN/IPS/tra-en/si-aa/js/ceb/mp/nc/aq/hd-ip/99

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