Una nueva ley que prohibe la mutilación genital femenina en Senegal fue mal recibida por los tradicionalistas y bienvenida por los activistas por los derechos de las mujeres, que advirtieron sobre la necesidad de entablar paralelamente campañas de información.
La ley fue aprobada por el parlamento el día 14, casi un mes después de haber sido anunciada por el presidente Abdou Diouf.
Muchos pusieron en tela de juicio, sin embargo, la eficacia que pueda tener un mero acto legislativo para eliminar una práctica que se aplica a 700.000 niñas senegalesas por año, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
El proyecto de ley sobre mutilación genital femenina pasó por momentos difíciles antes de ser aprobado, ya que algunos legisladores -incluso del gobernante Partido Socialista- se negaron a participar en la votación.
Ciertos legisladores dijeron que la ley iba contra sus creencias religiosas, mientras otros invocaron la libertad de culto.
Los jefes religiosos se mostraron totalmente contrarios a la prohibición de esta práctica.
"No cortar parte del clítoris hace que aumente la sensualidad, lo cual suele ser causa de adulterios. Quitar el clítoris entero vuelve frígida a la mujer, lo que va en detrimento del marido", explicó el marabut Thierno Mountaga Tall en carta enviada al parlamento para pedir la anulación de la ley.
"La extirpación del clítoris en las mujeres es lo mismo que la circuncisión en los hombres, lo cual significa que es casi obligatoria para una mujer musulmana. La extirpación se practica en varios países musulmanes, tanto en hospitales como en hogares, y no ha causado daños sicológicos ni fisiológicos", agregaba.
Chiekh Abdoulaye Dieye, secretario general del Frente por el Socialismo y la Democracia y parlamentario, estuvo de acuerdo con el marabut.
"Mi religión me prohibe votar esa ley", declaró Dieye, que denunció además que había habido mucha presión por parte de los grupos de activistas por los derechos de las mujeres.
Doudou Wade, legislador del Partido Socialista, observó que "la mutilación genital femenina es una práctica religiosa" y que "prohibirla es contrario al artículo 19 de la Constitución que garantiza el derecho de los ciudadanos a la libertad de culto".
Pero la también socialista Mata Sy Diallo alertó que "a las mujeres, nos encierran y nos violan. No tuvimos otra alternativa que votar a favor de esta ley".
Diallo destacó, al igual que otros parlamentarios y grupos de activistas por los derechos de las mujeres, la importancia de promover también la toma de conciencia de la población, ya que la ley, por sí misma, no eliminará la práctica de la mutilación genital femenina.
"Esta ley debe ir acompañada de un incremento de la información y comunicación con la población, de manera de hacerles entender y aceptar la ley que se acaba de aprobar", indicó Diallo, que es portavoz del parlamento.
Habría que ocuparse sobre todo de informar en las zonas rurales, ya que es allí donde está más extendida la práctica, agregó-
Kedougou, en el este, es la región de Senegal donde más se practican mutilaciones genitales femeninas.
El alcalde de la localidad, Bocar Sidibe, dijo que no estaba contra la prohibición de la extirpación, pero que la decisión del gabinete había sido "algo precipitada".
"Nuestra población no está preparada para recibir esta ley. El Estado debería tomarse un tiempo para lanzar campañas de concientización y demorar la aplicación de la ley recién aprobada", sostuvo.
El gobierno acababa de prohibir la mutilación genital femenina cuando 120 niñas de entre ocho meses y 10 años fueron mutiladas en conjunto en Kedougou por un extirpador que usó para todas el mismo cuchillo.
Los movimientos por los derechos de las mujeres interpretaron la operación, realizada en un día, como una provocación. (FIN/IPS/tra-en/as/kb/ceb-dg/hd-pr/99
