/BOLETIN-DD HH/ PERU: El difícil éxodo laboral

Para los peruanos que ingresan por vía terrestre a Argentina, los problemas comienzan en Mendoza, en donde la policía sube a los autobuses para revisar documentos y verificar si tienen los 500 dólares que se exige a los turistas.

Este mes, más de la mitad de los pasajeros de los autobuses procedentes de Perú interceptados en esa ciudad argentina fueron obligados a regresar, pese a tener sus documentos y "bolsa de viaje" en regla.

En realidad, muy pocos poseen realmente los 500 dólares exigidos, pues en la mayor parte de los casos no son turistas sino inmigrantes irregulares, y el dinero que exhiben proviene de "préstamos para pasar", que deben devolver.

A los que logran pasar de Mendoza los esperan nuevos controles policiales en las calles de Buenos Aires, especialmente en el barrio Once, donde se puede encontrar trabajo "negro" en pequeñas fábricas textiles, según versiones que circulan en Lima.

Se calcula que hay unos 30.000 peruanos en la capital argentina, que salieron empujados por el desempleo y llegaron dispuestos a trabajar en forma irregular y por cualquier salario.

Aunque no existen datos oficiales, se calcula que cerca de 8000.000 peruanos ingresaron como turistas y permanece en forma irregular en diversos países. La mitad se encuentran en Estados Unidos, unos 60.000 estarían en Chile y los demás se reparten entre España, Italia, Venezuela, Canadá y Japón.

Para ingresar a Japón, algunos peruanos se hicieron adoptar en su país por descendientes de japoneses, para así adquirir el "Koseki", documento que acredita ese origen, y algunos han llegado al extremo de hacerse operar los ojos.

Los peruanos más pobres y de menor calificación profesional, se encaminan a los países más próximos, como Argentina y Chile.

En Chile, regularizaron su situación 14.000 peruanos que trabajaban irregularmente, luego de demostrar que se encontraban en ese país desde antes del 1 de julio de 1998, pero se calcula que otros 20.000 no han hecho oportunamente el trámite por temor a ser descubiertos y no confiar en las autoridades.

En Argentina, los inmigrantes peruanos también podían regularizar su situación, pero por las mismas razones de temor y desconfianza no lo hicieron y ahora atraviesan una situación especial, por un singular endurecimiento en el trato policial.

Argentina fue tradicionalmente un país acogedor de inmigrantes, que eran invitados a regularizar su situación legal. Pero esa política parece estar variando, en especial con los latinoamericanos, y se ha anunciado una ley que sancionará no sólo a los indocumentados sino también a los que les den empleo.

La presunción de que ahora las autoridades argentinas han incorporado criterios racistas es expuesta por Enrique Oteyza, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

"Para las autoridades argentinas hay una inmigración deseada, de procedencia europea, y otra indeseada, constituida por inmigrantes de los países vecinos, especialmente de Perú y Bolivia", a los que acusan de conducta delictiva para ocultar su xenofobia, afirmó el experto.

"La calle está dura para los peruanos en Buenos Aires", comentó Isaías Rengifo, de 28 años, quien viajó en agosto pasado acompañado de su hermana Belén y retornó hace algunos días a Lima después de ser atrapado en una redada por la policía bonaerense.

De acuerdo con su testimonio, la policía justificó la redada afirmando que se buscaba delicuentes y marginales, pero las personas que fueron detenidas con él tenían todos aspecto de mestizos o indígenas.

Según fuentes periodísticas argentinas, en los primeros 19 días del año fueron detenidos por la policía en el Once 1.103 extranjeros, de los cuales 662 eran peruanos.

La acusación de haber ordenado una cacería de inmigrantes andinos es negada por el ministro del Interior, Carlos Corach, autor de un proyecto de ley sobre el tema que será debatido por el Congreso.

"No asociamos a los extranjeros en situación irregular con los delicuentes", dijo Corach. Pero uno de sus principales subalternos, el director de Migraciones, Hugo Franco, declaró recientemente que "la indocumentacion genera marginalidad y la marginalidad produce delicuentes".

Franco aseguró que 60 por ciento de los delitos menores en Buenos Aires son cometidos por extranjeros indocumentados. (FIN/IPS/al/ag/ip-hd/99

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