La falta de empleo en Argentina, que afecta más a las mujeres, empujó a muchas de ellas a encarar sus propios emprendimientos y hoy conforman más de 40 por ciento en la franja de los pequeños negocios en las principales ciudades del país.
Según estadísticas oficiales, en Argentina el desempleo afecta a 13,4 por ciento de la población, pero si se discrimina por sexo se observa que afecta a 16,9 por ciento de las mujeres y a 12,2 por ciento de los hombres.
Lo mismo ocurre con el subempleo, que impacta en casi 20 por ciento de mujeres -que quisieran trabajar más horas y no lo consiguen- y a 10,3 por ciento de los hombres, a pesar de que 47 por ciento de ellas tienen enseñanza secundaria completa.
Cristina Vallejo, de 40 años, contó en qué consiste su trabajo: "Mis amigas siempre me elogiaban por lo bien que ordenaba mis placares (armarios), y a muchas de ellas se los acomodaba yo. Entonces me empezaron a ofrecer dinero a cambio de ayuda".
Al principio, la tarea deparaba a Vallejos un ingreso extra los fines de semana. "Pero cuando cerró el local de artículos deportivos en el que trabajaba, tuve que organizar esto como negocio, y ahí fui por asesoramiento a la Red de Mujeres", relató.
Ahora, ordena armarios, vende cajas forradas para la ropa, botineros y otros accesorios, archiva boletas de impuestos y servicios de la casa, y organiza bibliotecas.
"Tengo clientas fijas que me piden que les acomode el 'placard' en cada cambio de temporada y otras eventuales. Hay mujeres recién casadas a las que les ayudo a organizarse", contó Vallejo, quien empezó a preparar a su sobrina para que la ayude.
La Red de Mujeres es al mismo tiempo una iniciativa de otra mujer, que decidió organizar una instancia de trabajo que mantenga en contacto a las mujeres con negocios propios mediante cursos de capacitación, ruedas de negocios y publicaciones.
"Comenzamos en 1994 y ya tenemos 706 socias", dijo a IPS Solange Grandjean, licenciada en Márketing y Publicidad, y encargada de dar asesoramiento a las mujeres emprendedoras o al inicio de su negocio, o cuando está en crisis.
Grandjean comentó que muchas mujeres empiezan a partir de una crisis personal, como puede ser un divorcio o la pérdida de un trabajo estable, y en la mayoría de los casos no tienen la capacitación necesaria hoy para mantener a flote un negocio.
"Hay muchas que se ven en la necesidad de hacerse cargo de una empresa de sus maridos o de otros familiares muertos, y necesitan de nuestra ayuda para pensar estrategias de mercadeo y asesoramiento tributario", remarcó.
Entre las mujeres que lograron hacer buenos negocios sacando provecho a un conocimiento o a una habilidad, un caso muy exitoso es el de Diana Zaks, que sabía preparar sandwiches y hoy tiene 90 empleados.
La empresa de Zacks, "Fresh Food", provee de sandwiches preparados a locales de comidas rápidas de las estaciones de servicio, kioscos y supermercados de Buenos Aires, en bandejas de tergopol.
Las integrantes de la Red de Mujeres abonan 18 dólares por mes para ser socias y en los encuentros -cuatro mensuales- se conocen, se recomiendan mutuamente o exploran la posibilidad de asociarse.
También existe una página en Internet -"Mujeres, Oportunidades y Negocios"- en la que muchas mujeres ofrecen sus productos o servicios: comidas, cultivos orgánicos, cosméticos, ropa de bebés, regalos, vestimenta.
También en la página se ofrece compartir oficinas, o hay propuestas de franquicias de tintorerias y alimentos, así como de talleres de capacitación y datos sobre organizaciones, como la Camara de Pequeñas y Medianas Empresas de Mujeres.
Susana Cassino, dirigente de la Cámara, dijo a IPS que ya tienen 26 delegaciones en todo el país que atienden a unas 600 empresas urbanas y rurales dirigidas por mujeres.
"Las mujeres tenemos problemas para insertarnos en el mundo empresario, donde la mayoría son hombres. Vemos los negocios de manera diferente, damos mayor importancia a los recursos humanos y somos más ordenadas con las finanzas", afirmó.
También destacó que el entrenamiento de las mujeres, que trabajan en tareas remuneradas sin abandonar el cuidado de la casa o la crianza de los hijos, les permitió desarrollar la capacidad de atender varios frentes al mismo tiempo.
La franja de edad en la que se presenta el mayor número de mujeres emprendedoras es la de 35 a 40 años. "El emprendimiento requiere un piso de experiencia y manejo profesional que no tienen tanto las más jóvenes", indicó Grandjean.
La consultora GEA Estudios de Mercado, que analizó el caso de las mujeres emprendedoras para el libro "Como crear mi propia empresa", concluyó que 42 por ciento de las microempresas registradas están encabezadas por mujeres.
El tipo de empresas muchas veces es una continuidad de las tareas domésticas, sólo que ahora, cada vez más, las mujeres consiguen hacer todo eso a cambio de dinero, y no les va mal. (FIN/IPS/mv/ag/dv-if/99