/BOLETIN-AMBIENTE/ INDIA: Uso explosivo de bolsas de plástico amenaza al ambiente

La prácticamente indestructible bolsa de plástico se convirtió en un azote ambiental para países pobres como India y Bangladesh, donde su consumo aumentó 169 por ciento en los últimos cinco años.

Los pueblos y ciudades de India están llenos de bolsas de polietileno. Vuelan por las calles transitadas y ondean como banderas desde las ramas de los árboles. Las bolsas con residuos puestas en la calle para su recolección suelen terminar en los estómagos del ganado.

Las bolsas taparon las cañerías de Dhaka e hicieron que el agua servida se filtrara en las reservas de agua potable durante las últimas inundaciones de Bangladesh, las peores en la historia del país.

Las inundaciones y sus consecuencias fueron tan engorrosas -la diarrea y otras enfermedades transmitidas por el agua plagaron a la capital- que múltiples sectores exigieron la prohibición absoluta de las bolsas, que ya habían recibido críticas por perjudicar al ambiente.

Los ecologistas indios hace años que sonaron la alarma y sostienen que los fabricantes violan las garantías y que el reciclaje de las bolsas en realidad es perjudicial para la salud.

A fines de 1998, el Ministerio del Ambiente anunció su decisión de regular la manufactura de las bolsas. Decidió que las bolsas serían transparentes, hechas de plástico virgen y aptas para llevar alimentos.

La Asociación de Fabricantes de Plástico, con sede en Bombay, la capital financiera de India, presionó al gobierno y se salvó de la prohibición total, aseguran ambientalistas.

Sólo la prohibición total mejorará la situación, sostienen. Estados como Himachal Pradesh y el autónomo Consejo de Desarrollo de Ladakh Hill prohibieron las bolsas de plástico y eliminaron los impuestos a la industria de la bolsa de papel.

"Durante los 10 años en que las bolsas de plástico sustituyeron a las de papel se convirtieron en una verdadera molestia", comentó Ravi Agarwal, de la organización ecologista no gubernamental Srishti.

Los activistas culpan al gobierno de la situación. "El Ministerio del Ambiente decidió que la mejor manera de manejar el problema de las bolsas de plástico es trabajando junto a aquellos que tienen interés en crear los residuos en primer lugar", acusó Bharati Chaturvedi, consultora de la Fundación Nacional de India.

Chaturvedi expresa la frustración de los ecologistas que señalan que el Ministerio hace hincapié en aumentar el grosor de las bolsas, cuando debería imponer la prohibición total.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) apoyan una campaña nacional para decirle "no a las bolsas de plástico", especialmente en las escuelas. Unos 200.000 niños de Delhi están rechazando las bolsas de plástico a favor de alternativas que no dañen al ambiente, indicaron los activistas.

Al comienzo de un nuevo año escolar, una niña de 12 años en Delhi insiste en comprar una bolsa escolar de yute. Otro niño convenció a su madre de que le guarde los sándwiches en una servilleta de tela porque el plástico es un riesgo ambiental.

"Lo que necesitamos ahora es hacerle entender a la gente que las viejas bolsas de papel son opciones mucho mejores para el ambiente", sostuvo Agarwal.

Las bolsas de papel y de yute son alternativas tradicionales en India. En la actualidad fueron eclipsadas por las bolsas de plástico, cuyo consumo se incrementó 169 por ciento en los últimos cinco años.

"Las bolsas de plástico son parte de la cultura descartable de Occidente, y nosotros los imitamos al abandonar el uso de las bolsas de yute o de tela, que eran comunes en los hogares indios mucho antes de que se comenzara a utilizar el plástico", dijo el ambientalista Iqbal Malik.

Los controles de calidad no existen en la manufactura de las bolsas de plástico. Casi 60 por ciento de las 18.000 fábricas del país no están registradas, explicó Vatavaran, una ONG de Delhi.

Las bolsas descartadas se dejan para que las recojan niños de la calle y otras personas que viven de la basura, pero no todas son retiradas ya que los trabajadores sólo reciben dos rupias por cada 500 bolsas en Delhi. Un dólar equivale a 40 rupias.

"Esta cifra irrisoria hace que la recolección de las bolsas de plástico no sea lucrativa para los hurgadores de basura, que ignoran las bolsas de plástico, que siguen siendo una molestia para las autoridades de la ciudad y un peligro ambiental", advirtió Deepika Pawar, de la ONG Vínculo Tóxico.

El proceso de reciclaje también es engorroso. Las bolsas son fragmentadas, derretidas y luego vendidas por 12 rupias por kilogramo. Los intermediarios las dividen en gránulos y las venden a los fabricantes que las convierten nuevamente en bolsas en una máquina.

"Las bolsas descartadas no se limpian adecuadamente y por tanto pueden provocar disentería, alergias y cólera", afirmó Pawar. Pruebas realizadas por el estatal Consejo de Control de Contaminación de Assam hallaron metales tóxicos como cobre y cromo en bolsas de plástico que no son transparentes.

El Consejo advirtió que los alimentos guardados en bolsas plásticas contaminadas pueden provocar anemia, vértigo e incluso dañar el sistema nervioso.(FIN/IPS/tra-en/nk/an/aq/en-he/99

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