El presidente de Argentina, Carlos Menem, reiteró hoy su ambición de lograr en las elecciones de octubre un tercer mandato consecutivo mediante una reforma constitucional, posibilidad a la que él mismo había renunciado seis meses atrás.
"Tienen pánico de que me postule", aseguró el presidente en alusión a los dirigentes de la oposición, y reconoció que si hubiera una reforma de la Carta aceptaría ser candidato del gobernante Partido Justicialista para los comicios de este año.
Menem admite en público hace dos días que quisiera volver a pelear por la candidatura, pese a que la constitución le impide presentarse por tercera vez consecutiva y pese a tener un respaldo de apenas 17 por ciento de la ciudadanía, según las encuestas.
Esa alternativa había quedado desechada el 21 de julio, tras un intento fallido de conseguir el respaldo de su partido para explorar las vías institucionales que le permitieran pelear por un tercer mandato.
Menem declaró entonces que, después de meditarlo largamente, había decidido autoexcluirse de la pelea por la candidatura para las elecciones presidenciales de este año.
Sin embargo, una encuesta de del Centro de Estudios de Opinión Pública reveló entonces que 60,4 por ciento de los argentinos desconfiaba de la renuncia de Menem. La mayoría de los entrevistados interpretó que el mandatario no se resignaría.
También los dirigentes de la Alianza de oposición, que hace tres meses lanzaron su fórmula presidencial, consideron que el "renunciamiento" era sólo un "repliegue táctico" de Menem.
La fórmula opositora quedó conformada en noviembre por el alcalde de Buenos Aires, Fernando de la Rúa, y el diputado Carlos Alvarez, ambos de esta capital. El primero pertenece a la Unión Cívica Radical y el segundo al Frente País Solidario, los dos miembros principales de la Alianza.
Este sábado, el candidato a vicepresidente de la Alianza, que había manifestado esta semana la voluntad de su partido de investigar si llega al gobierno la fortuna del mandatario, aseguró que Menem haría "cualquier cosa" por mantenerse en el cargo un nuevo período.
En las últimas 48 horas, Menem reconoció que "con toda seguridad" buscaría una tercera gestión si se reformara la Constitución, aunque para ello hace falta una mayoría favorable a la reforma en el Congreso que hoy no existe.
La constitución se reformó a instancias de Menem en 1994, para incorporar la reelección, entre otras medidas. La reforma estableció que el presidente sólo puede ser reelecto una vez. Pero ahora Menem sostiene que la Carta podría ser modificada de nuevo.
"¿A quién no le gustaría?", se preguntó Menem refiriéndose a la posibilidad de seguir siendo presidente. El jefe de Estado, que este domingo viaja en visita oficial a Estados Unidos, dijo que "a cualquiera" le gustaría, pero se lamentó por ser "el único inhabilitado por la Constitución".
En cuanto a la posibilidad de que la Corte Suprema interprete que su segundo y actual mandato es en verdad el primero de la constitución reformada en 1994, Menem dijo que "sin reforma constitucional es casi imposible".
La decisión de Menem de abandonar la pelea por una nueva postulación había acelerado los tiempos de los precandidatos justicialistas Eduardo Duhalde y Ramón Ortega.
Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires, está enemistado con Menem. Ambos disputan el liderazgo del partido y, mientras Menem busca un sucesor que reivindique su acción de gobierno, Duhalde lo critica y pone énfasis en los déficit sociales: la pobreza y el desempleo.
Duhalde deberá disputar la candidatura con Ortega, ex cantante y ex gobernador de Tucumán, y con cualquier otro dirigente justicialista que se presente a las elecciones internas del 11 de abril, cuando quedará conformado la fórmula.
Algunos analistas consideran que el coqueteo de Menem con la posibilidad de una nueva reelección es una estrategia para no perder poder en el último año de su gestión, pero los dirigentes justicialistas comienzan a pensar que la insistencia puede llevar al desgaste del partido y a su derrota en 1999. (FIN/IPS/mv/mj/ip/99