ARGENTINA: La "Brasildependencia" pone en crisis el comercio

La aceleración de la crisis de Brasil, caracterizada por la depreciación del real, induce a los exportadores argentinos a buscar nuevo destino para sus ventas, 30 por ciento de las cuales son colocadas en el mercado brasileño.

Argentina vende cada año a Brasil alrededor de 8.000 millones de dólares en granos, oleaginosas, lácteos, frutas, carnes, petróleo y automóviles, entre otros productos, y esas exportaciones serán afectadas por la caída del real y por la aguardada recesión brasileña.

Los analistas denominan "Brasildependencia" a esta corriente de ventas concentradas en el socio principal del Mercosur (Mercado Común del Sur), un fenómeno que causa vientos de crisis cuando el "supercliente" tiene problemas.

Brasil devaluó el real nueve por ciento el miércoles al ampliar la banda cambiaria, y sólo dos días después debió dejar su moneda en libre flotación ante la fuerte presión de los mercados, que empujaba al alza las tasas de interés, agotaba las reservas del Banco Central y mantenía en baja constante las cotizaciones de bolsa.

La bolsa de Sao Paulo, la mayor de América Latina, celebró el viernes la liberalización del mercado de cambios con una ganancia de 33,4 por ciento.

Pero la libre flotación no es definitiva, y debe esperarse hasta el lunes para saber de que manera Brasil enfrentará el problema de una deuda interna de más de 300.000 millones de dólares. Más de la mitad de ese monto está pactado a corto plazo.

Esta situación provoca inquietud en Argentina desde hace tiempo. El impacto de la crisis del sudeste asiático en Chile fue una muestra menor de lo que puede ocurrir si una importante proporción de las ventas se concentra en un sólo mercado, de economía inestable.

Los productos alimenticios tienen demanda inelástica y podrían seguir llegando a Brasil, aunque a precio más bajo. El consumo de trigo será afectado por la depreciación del real, que mide la pérdida de competitividad a las exportaciones argentinas, pero no de modo sustancial, estiman operadores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Argentina produce más de 10 millones de toneladas de trigo, de exporta 6,5 millones. Cinco millones de toneladas se colocarán en Brasil en 1999, ya que el país vecino no produce ese cereal en cantidad suficiente y no tiene forma de reemplazarlo.

No obstante, los productores temen que para Brasil resulte hoy más conveniente adquirir trigo en Estados Unidos, donde seguramente encontrarán mejores líneas de crédito para clientes en problemas. Algo similar ocurre con el maíz.

En cambio, el problema de la soja puede ser de competencia en terceros mercados. Argentina, uno de los primeros productores del mundo junto con Brasil, exporta 95 por ciento de su cosecha de soja, que ahora competirá con la brasileña en Asia.

Lo mismo ocurrirá con las carnes. Si bien Argentina es muy eficiente en la producción de cortes bovinos, Brasil estaba compitiendo en algunos mercados de Europa y Estados Unidos, un hecho que ahora se agudizará tras la depreciación del real.

Los productores de lácteos destinan a Brasil más de 80 por ciento de sus exportaciones. Brasil es casi mercado cautivo de la leche y los quesos argentinos. Pero, ese alto porcentaje representa apenas seis por ciento de la producción nacional.

No obstante, los fabricantes ya estaban preparándose en 1998 para ingresar en otros mercados latinoamericanos y en Estados Unidos y la Unión Europea con productos de mayor valor agregado.

Los fruticultores están preocupados, porque ya enfrentaban la competencia de la producción que Chile no logra colocar en Asia, y ahora Brasil, que compra la mitad de las peras y manzanas que se producen en Argentina, puede restringir compras.

Las dificultades son mayores en los sectores automovilístico y petrolero. Argentina destinaba a Brasil 35 por ciento de sus exportaciones de petróleo y ahora tendrá que buscar nuevos destinos, aumentando los costos de flete.

Los fabricantes de automóviles, que colocan 90 por ciento de su producción en Brasil, amparados en acuerdos regionales, ya están tomando medidas para reducir la cantidad de unidades fabricadas, con el consiguiente impacto en miles de operarios.

Para este sector, es casi imposible encontrar otro destino de exportación sin subvenciones, ya que en Brasil encuentra un mercado a la medida, con una balanza de intercambio acordada de antemano que algunos consideran un régimen de protección encubierto.

Al respecto, la Asociación de Fabricantes de Automotores de Argentina confía en que el gobierno adopte medidas para aumentar la demanda interna y facilitar las exportaciones fuera del Mercosur. (FIN/IPS/mv/ff/if/99

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