El gobierno de Argentina anunció hoy que otorgará beneficios a empresas afectadas por la devaluación en Brasil, principalmente por la amenaza de despidos en el sector automovilístico, que destina al país vecino casi cien por ciento de sus exportaciones.
Tras una semana de negativas del ministerio de Economía ante presiones de la Unión Industrial Argentina en busca de protección, el presidente Carlos Menem admitió que serán compensadas las empresas perjudicadas por la caída de las ventas a Brasil.
Entre las medidas en estudio se cuenta el adelanto a febrero de una rebaja de los aportes de las empresas a la seguridad social, que estaba prevista para entrar en vigencia en abril.
Del mismo modo, Menem informó que el Ministerio de Economía estudia la aplicación de un "plan canje" para el sector automotor, que implicará un estímulo estatal a la demanda interna de vehículos, para favorecer la colocación de las unidades que no encuentren mercado en Brasil.
Argentina exporta 50 por ciento de su producción automovilístico, y 95 por ciento de esas ventas se destinan a Brasil, cuya crisis parece amenazar la economía de los otros tres países miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur).
El plan canje consiste en que los particulares que tengan un automóvil usado pueden cambiarlo por una unidad nueva con reducción de impuestos y de las ganancias de los fabricantes. El descuento sería de 20 por ciento del precio final.
La Asociación de Comercio Exterior de Brasil y analistas brasileños creen que no puede afirmarse todavía que la depreciación del real provocará una disminución importante de las exportaciones de Argentina, pues el comercio bilateral es complementario.
Argentina destina 30 por ciento de sus ventas externas a Brasil, su principal cliente. La mayoría de los productos exportados tienen demanda inelástica (lácteos, granos, oleaginosas y petróleo), y por lo tanto, no se prevé una caída muy significativa de la demanda.
Pero el caso es otro tratándose de la exportación de vehículos, y las mayores preocupaciones se refieren a la industria del sector. El gobierno teme una ola de despidos en el mismo año en que Menem finaliza su segundo mandato y se realizan elecciones presidenciales.
La industria automovilística argentina emplea a alrededor de 120.000 mil operarios, de los cuales 13.000 están hoy suspendidos a la espera de que se defina la situación en Brasil.
La fábrica Ford suspendió a sus trabajadores por 15 meses, en tanto otras, como General Motors o Toyota, intentan aplicar modalidades nuevas en la negociación con los sindicatos, como reducir la jornada y aumentarla cuando se recupere el mercado.
La representación de Ford en Argentina advirtió que su exportación mensual de automóviles disminuirá de 7.000 en 1998 a 3.500 este año, y de ahí la decisión de mantener suspendido al personal, con probabilidad de despidos en el 2000.
La industria automovilística fue en esta década el sector más dinámico de la economía argentina, favorecido por medidas como las que ahora vuelve a considerar el gobierno.
El minsitro de Economía, Roque Fernández, había afirmado en los últimos días que no habría para las empresas beneficios que implicaran un aumento del gasto público sin analizar previamente el impacto real, caso por caso.
Pero este viernes, Menem aseguró que se estudiarán las medidas solicitadas por la Unión Industrial, la principal asociación empresarial del país, y que serán expuestas el lunes próximo al gobierno de Brasil. (FIN/IPS/mv/ff/lb if/99
