AMBIENTE: Hay pruebas suficientes para prohibir el DDT

Hay pruebas suficientes de que el DDT (diclorodifenil tricloroetano) es nocivo para el ser humano y la fauna, lo que justifica la prohibición mundial de su producción y uso, afirmó el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF).

El compuesto químico continúa siendo utilizado para combatir al mosquito y otros insectos portadores de enfermedades en varias naciones en desarrollo, pese a que fue prohibido décadas atrás en América del Norte y otras regiones porque se lo vinculó con la disminución de las poblaciones de aves.

Anualmente se producen alrededor de 30.000 toneladas de DDT en al menos cinco países y se permite su importación y uso en una docena de naciones, incluso en México.

De acuerdo con WWF, que tiene sede en Washington, el agente tóxico se sigue encontrando en la leche materna humana y animal, por lo que muchas personas están expuestas a sufrir daños en el sistema nervioso e inmunológico.

El DDT "puede ser esparcido en un pueblo de Africa y luego terminar en el tejido graso de los osos polares del Artico", afirma un informe de la organización ambientalista.

El WWF publicó el informe durante una reunión con representantes de más de 100 países que concluyó este viernes en Nairobi para discutir si se debería recomendar la prohibición mundial de las 12 sustancias químicas más tóxicas.

Estos compuestos son conocidos como contaminantes orgánicos persistentes (COP) debido a que viajan largas distancias y a que se descomponen muy lentamente.

La lista negra de los 12 compuestos químicos incluye al DDT, el clordano, la dieldrina, la dioxina y el PCB (bifenil policlorado).

"El DDT es una sustancia química tan potente que la única manera de estar a salvo es no usándolo en ninguna parte del mundo", afirmó Clifton Curtis, director de la Iniciativa Tóxica Mundial del WWF.

Hallazgos científicos resumidos en el informe, vinculan al DDT con la presencia de daños cerebrales que causan hipersensibilidad, conductas anormales, menor transmisión de las señales neurológicas, y la supresión del sistema inmunológico, lo que provoca una respuesta más lenta a las infecciones.

Los estudios realizados en México y Sudáfrica revelaron que la leche materna de las mujeres del lugar contiene rastros de DDT en concentraciones que exceden los límites aceptables de ingestión infantil establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió el informe.

La mayor parte de los millones de toneladas de DDT producidas en el pasado permanecen en el suelo y siguen siendo redistribuidas en el ambiente, afirmó el grupo ambientalista.

Una huerta del estado de Oregon, Estados Unidos, aún conservaba 40 por ciento del DDT utilizado allí 20 años antes, explicó el informe a modo de ejemplo.

Pese a que pasaron más de 20 años desde que se utilizó por última vez en muchos países, los suelos destinados al cultivo de algodón en Estados Unidos y en otras naciones todavía arrojan a la atmósfera una cantidad estimada en 110 toneladas de DDT.

"Cuando se libera la sustancia química en el aire, ésta se eleva miles de kilómetros hacia las zonas más frías, desde donde vuelve a la tierra para acumularse en el tejido graso de seres humanos y animales", detalló Curtis.

El informe instó a aprobar la prohibición mundial no más allá del año 2007. Hasta entonces, el DDT debería ser tratado como "un pesticida de último recurso" que será utilizado cuando no haya ningún otro mecanismo disponible para controlar las plagas, expresó.

Pese a que el uso del DDT fue prohibido en 34 países, y muy restringido en 34 más, la OMS todavía lo aprueba a la hora de controlar al mosquito portador de la malaria.

El informe precisa que el análisis del compuesto químico llevado a cabo por la OMS en 1993 es anterior a que se publicaran los nuevos hallazgos científicos al respecto.

"Ya no se trata de si el DDT debería ser prohibido, el tema es tomar la decisión cuanto antes y a la vez asegurar a los países en desarrollo el acceso a un medio de control alternativo, seguro y al alcance de sus posibilidades económicas", explicó Curtis.

"La OMS utiliza datos que no están actualizados para justificar el uso del DDT, pero esos datos no incluyen los últimos hallazgos de sus efectos sobre el comportamiento, el sistema inmunológico y el funcionamiento cerebral", indicó.

Como el uso del DDT con fines agrícolas fue prohibido o limitado en los años 70, las más altas concentraciones en seres humanos se encuentran actualmente en áreas donde es rociado para controlar al mosquito tranmisor de la malaria y a la leishmaniasis, una infección parasitaria transmitida por las moscas de la arena.

Además del peligro para las personas que viven en esas zonas, 82 por ciento del DDT que se aplica en el interior de una edificación puede filtrarse al exterior y viajar largas distancias, de acuerdo con el informe.

En una publicación dada a conocer el año pasado, el WWF describió una serie de alternativas al DDT que combaten eficazmente al mosquito.

Entre esas opciones se incluyen técnicas como la distribución de peces u otros predadores que se alimentan de larvas de mosquito, o la aplicación de agentes patógenos naturales en los lugares donde se alimentan esos insectos.

La principal meta de la reunión de Nairobi es asegurar que se estudien las diversas alternativas, considerando la seguridad que ofrecen, y que se proporcionen los fondos suficientes para ayudar a los países pobres en la sustitución del DDT y demás compuestos químicos de la "lista negra", por otros menos nocivos.

El WWF afirmó que debe aplicarse el "principio de precaución" a la hora de utilizar el DDT.

Tal principio establece que "deberían tomarse medidas cuando haya pruebas científicas suficientes como para demostrar que una sustancia es nociva, incluso si no se determinaron científicamente las relaciones de causa y efecto asociadas. (FIN/IPS/tra- en/dk/kb/mvf/en/nc/aq/en-he/99

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